La surfista valenciana Mireia Cabañes durante su concurso en el Mundial de surf adaptado de California. EFE/José Dopico “Claro
que quería llegar a la final, pero no estoy triste porque había mucho nivel y
solo llevo siete meses surfeando. Pese a no pasar, me voy súper contenta. Me quedo
con que estoy deseando volver para hacerme una tabla según mis condiciones
físicas para poder llegar a ese nivel y estar en la próxima final”, explicó en
una entrevista telefónica con la Agencia Efe desde California.
Cabañes
explicó que se quedó muy cerca de conseguir el pase a la final, pero le falló
la ultima ola y quedó en séptimo lugar. “Nos llevábamos muy pocos puntos la
quinta, la sexta y la séptima. Si hubiese cogido otra ola buena me hubiese
clasificado”, apuntó.
La
surfista de 34 años contó a Efe desde California que el primer día de
competición fue horroroso porque, aunque entró al agua tranquila, llevaba dos
días encontrándose "mal y muy cansada", por lo que no tenía fuerzas a
la hora de remar y no pudo arrastrar la tabla.
“Para
colmo, antes de venir adaptamos la tabla con unas agarraderas para ayudarme en
los giros y mis mejores olas fueron cogiendo esas agarraderas, pero no me
contaron porque no puedo utilizarlas. En los entrenamientos cogía unas olas de
derechas perfectas y luego llegaba a la manga y no cogía ninguna buena”,
recordó.
“El
segundo día me dije: ‘te la tienes que jugar y tienes que ir a por todo sin
tocar la tabla’. Y conseguí no tocar la tabla, pero no sumé los puntos
suficientes para clasificarme, pero estoy contenta porque conseguí superar el
resultado del día anterior. Fue muy duro porque el agua estaba muy fría y hacía
mucho aire, pero acabar la manga fue gratificante”, añadió.
Además,
la deportista valenciana, a quien le detectaron con siete años un sarcoma de
Ewing, un cáncer óseo que obligó a amputarle la pierna izquierda y a
practicarle una rotoplastia de Van Ness, analizó que es la persona más
desfavorecida en todas las categorías de pie.
“Tengo
la pierna más corta, del revés, me falta cadera, la rodilla la manejo como
puedo... Y, encima, con aguas frías dejo de sentir la pierna, por lo que el
dolor se me multiplica y me dan calambres. Pero no me lo tomo como algo malo,
tengo la posibilidad de cambiarme de categoría y no quiero”, manifestó.
Cabañes
explicó que quiere seguir intentándolo y, si en un futuro ve que no puede
competir con tanta desventaja, cambiará de categoría. “Quiero seguir
intentándolo hasta que diga: lo he dado todo, el quinientos por cien, pero veo
que no puedo y ahora me cambio”, añadió.
La
valenciana reiteró que las sensaciones son muy positivas y comentó que para la
nueva temporada tiene que aprender a girar con su propio cuerpo, sin coger la
tabla, lo que será un doble reto, porque tiene que coger más estabilidad en la
pierna operada y más fuerza en el core (abdominal).
Cabañes,
que se encontró con una foca a escasos centímetros antes de empezar a surfear y
mientras competía tenía delfines detrás nadando, afirmó también estar encantada
con los compañeros con los que compartió casa. “Nos reímos una barbaridad,
estamos siempre haciéndonos bromas y también nos ayudamos un montón, es una
experiencia increíble", manifestó.
“Tengo
ganas de volver para descansar y dormir, pero les voy a echar mucho de menos.
El equipo técnico es una pasada también, los voluntarios, la gente que nos
ayuda... es alucinante. Estamos casi todos los días con gente de los veintitrés
países y los organizadores, son todos maravillosos”, añadió.
Por
último, Cabañes recalcó que ahora toca entrenar muy duro de cara a la nueva temporada
ya que sabe dónde falla, lo que tiene que mejorar y cómo surfear. “Esta semana
he aprendido una barbaridad a nivel de técnica, de surfing y de cómo puntúan
los jueces”, finalizó.
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