Ana Gómez
Ana Gómez La agenda durante estos días previos a la Navidad está
plagada de encuentros, comidas, felicitaciones y eventos en los que las
personas nos vemos, nos reencontramos, y en muchos casos, colaboramos con
proyectos solidarios.
Pero la Navidad no es igual para todas las personas.
Contribuye a hacer mayor la brecha entre la sociedad de consumo y las personas
alejadas de esa rueda. Constituye la bofetada más severa para quienes las
circunstancias, la edad o simplemente la distancia, les ha alejado de sus seres
queridos.
Estos días me llama especialmente la atención la soledad
que viven muchas personas mayores. Con los años, se han quedado viudas, los
hijos e hijas trabajan y tienen sus propias ocupaciones familiares, y el
vecindario también ha envejecido. Incluso en fechas especialmente señaladas
como Nochebuena o Navidad, ya no tienen a nadie cerca.
El comedor de Casa de la Caridad prevé aumentar sus
atenciones en un 3% durante estas fechas. Las vacaciones navideñas paralizan
los comedores escolares y airean otras situaciones penosas como la pobreza
infantil. En Cruz Roja Juventud el voluntariado se afana en la clasificación y
embalaje de juguetes nuevos y educativos para favorecer la igualdad de las
familias y, por supuesto, el derecho al juego de los menores.
Y aunque en Navidad son más evidentes estas diferencias, se
respira un ambiente más favorable a la Solidaridad. Valencia está plagada estos
días de campañas benéficas: conciertos, recogidas de juguetes y alimentos
básicos, festivales, actuaciones, mercadillos… Hay iniciativas de toda índole
destinadas a las asociaciones sin ánimo de lucro, que conviven con la época de
mayor consumo del año.
Nos toca gestionar todas esas contradicciones, meterlas en
una cocktelera, agitarlas y descorchar la botella.
Forma parte de la vida. Forma parte de la Navidad. ¡Felices
y solidarias fiestas!
Periodista
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