Imagen de archivo. / EPDA Los robos están azotando los bares de varios municipios de la Baronia. En la última semana, se han visto afectados dos conocidos establecimientos de Estivella, otro de Torres Torres y otro de Algímia d'Alfara. En cuanto a las fechas, muy poca separación entre los casos: en Algímia y en Torres Torres fue sábado a la madrugada y en Estivella, la semana anterior. Por ello, se sabe casi a ciencia cierta que se trataría del mismo grupo de asaltantes.
Además, el 'modus operandi' ha sido en los tres casos el mismo: los ladrones entran a la fuerza reventando la puerta y rompiendo la ventana si es necesario y se llevan todo el dinero de las máquinas tragaperras. Y es que el botín que pueden llegar a acumular estas máquinas puede llegar a ser bastante elevado. Los delincuentes aprovechan y también se hacen con el dinero de las cajas registradoras. Más de 2.000 euros es la cantidad que los ladrones se llevaron en el bar afectado de Algímia. En el resto, una cantidad también significativa.
Según cuentan varias fuentes a El Periódico de Aquí, los ladrones desactivan las alarmas para que no suenen. Las cámaras de seguridad sí que grabaron lo ocurrido, pero al ir los delincuentes encapuchados no se pueden distinguir las caras. Eso sí, se sabe que son jóvenes. De hecho, son menores, por lo que la impunidad para ellos estaría casi garantizada.
En el caso del robo de Algímia, perpetrado, recordemos, el sábado por la noche, los ladrones se habrían cortado al romper el vidrio de la ventana. Y es que, según cuenta uno de los trabajadores, había manchas de sangre en el suelo al día siguiente. Los delincuentes ni siquiera limpiaron las huellas, lo que demuestra su inexperiencia y su poca profesionalidad. Es cierto que un análisis del ADN permitiría conocer la identidad de los ladrones, sí, pero en casos como este se descarta esta opción.
En el caso de un concurrido bar de Estivella, coincide que en el piso de arriba del establecimiento vive una familia. Los ladrones, después de robar el dinero del local, pusieron un alambre en el cerrojo de la puerta para que los habitantes de la residencia no pudieran salir de casa. Al otro bar de Estivella al que también entraron no llegaron a robar nada de gran importancia, salvo un carro. Un carro de transporte de bebidas que, precisamente, utilizaron para trasladar las máquinas tragaperras de los otros bares.
Algunos de los bares afectados han denunciado los sucesos. Otros, sin embargo, han optado por no hacerlo. Los bares de la zona temen que los próximos puedan ser sus locales.
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