Mario Mollá El 1 de julio entró en vigor el Instrumento de Ratificación de la Carta Social Europea (revisada), tras su suscripción, finalmente, por el Gobierno de España. El texto contiene el catálogo de derechos sociales más amplio del ámbito europeo, y en este sentido su ratificación supone un compromiso de garantía imprescindible para los Estados firmantes.
Este hecho, que ha pasado desapercibido para el periodismo de notas de prensa, banalidades y cifras de muertos, cobra especial significado tras el intento frustrado de una Constitución de la Unión Europea, y confirma la inercia (negada) hacia la ética del progreso ilustrado, fortaleciendo el (maldecido) modelo del “Estado del Bienestar”, el mayor logro compartido de la humanidad.
Durante los últimos años, a las políticas neoliberales que han socavado los derechos de ciudadanía ya instaurados, se les ha sumado el ímpetu baladrón de los reaccionarios, - locales y visitantes - quienes pervirtiendo y lucrándose de las instituciones democráticas, se han aprovechado de los problemas multiplicados por la crisis financiera de 2008, el desempleo, la marginación y la pobreza de muchas familias. Con sus trolls y fakes pretenden imponer la barbarie, el triunfo del odio, la marrullería intransigente y la mentira en el mundo de la mujer y su lucha, en la educación igualitaria, o negando la razón aplicada a la ciencia y a la historiografía.
Este otoño, el PSOE celebrará en Valencia su 40 Congreso federal, y después, se sucederán el del PSPV y el resto de los territorios: provincial, comarcal y local. Como apuntaba el secretario general del PSPV-PSOE de l’Horta Nord, Juan Carlos Fulgencio, hemos de ser capaces de pensar “out of the box”, sin perder el hilo del progreso histórico, ese testigo que nos alienta a salvaguardar el Estado del Bienestar y el carácter público de sus pilares básicos.
En esta defensa necesitaremos acopiar: valor frente a la ferocidad política de los partidos reaccionarios, inteligencia para resolver la complejidad de las encrucijadas que la crisis sanitaria, social y económica nos depara, y diligencia para gestionar de forma responsable los fondos europeos extraordinarios y dar soluciones rápidas a los problemas de la gente.
Sin embargo, actuar de modo resuelto y pensar lúcidamente exige serenidad y entereza ante los dimes y diretes embaucadores externos. Pero también internos. Si demandamos racionalidad, actuemos razonablemente. Con diferencias, debate y oposición, pero con unidad de acción para avanzar. La coincidencia en el tiempo entre la oportunidad crítica del momento y los inminentes congresos, lo requiere. Será muy conveniente mantener alejados de nuestras pulsiones los motivos y efectos inconscientes de la “muerte del padre” o del “tótem y tabú” en la “horda primitiva” que relató prolijamente el psiconálisis.
Vendrá bien aquí recordar el agónico sufrimiento que causaron a Orestes las Furias, solo visibles por él, a causa del remordimiento por haber vengado la muerte de su padre, Agamenón.
Dejó escrito Sun Tzu en el “El arte de la guerra” el siguiente aforismo: “Quien sabe resolver las dificultades las resuelve antes de que surjan”.
Salut!
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