Pablo Cantero/EPDALa delegación española ya está en Tokio. Son 229 personas,
entre deportistas, miembros de apoyo, entrenadores, médicos, etc. que
competirán en 15 modalidades de deportes adaptados. Y este fin de semana,
en Tokio 2020, Pablo tiene la
oportunidad de estrenarse en sus
primeros Juegos Paralímpicos y sacarse la espinita de su ausencia en Río 2016.
Pablo Cantero es un torrentino de 27
años, deportista adscrito a la Federación Española de Deportes para Ciegos
(FEDC) y jugador de la selección española de fútbol-5. Tras la ceremonia de
inauguración de los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020 que se celebra hoy,
martes 24 de agosto, en el Estadio Olímpico, Pablo debutará el próximo domingo,
en un encuentro de fútbol-5 de la ronda preliminar.
Su historia empieza como la de un niño
que juega de delantero en el equipo de fútbol de su ciudad y sueña con llegar a
ser como alguno de sus ídolos. Pero por culpa de un tumor cerebral perdió la
visión cuando solo tenía 11 años. Y decidió afrontar esta adversidad
recurriendo a la práctica deportiva como método para adquirir el coraje y la
perseverancia necesarios que le permitieran recuperar las ilusiones perdidas.
Le costó asumir esa nueva situación,
pero a través del deporte, primero en atletismo como saltador de longitud y
después como jugador de fútbol-5, y con el apoyo de familiares y amigos, al
final Pablo ha conseguido llegar a la selección española de fútbol para ciegos,
con la que ha ganado un oro europeo.
Como atleta consiguió medallas y
récords nacionales y participó en los campeonatos europeos de Swansea 2014 y
Grosseto 2016, donde alcanzó la sexta y la cuarta plaza, respectivamente.
Pero lo pasó mal. Se quedó fuera de
los Juegos Olímpicos de Río y no encontraba un guía estable que le diera la
confianza necesaria para aceptar que la superación y el esfuerzo no siempre
conducen a un éxito rotundo.
Esa sensación de derrota lo llevó a plantearse una nueva etapa, con
nuevos retos personales que superó otra vez con la ayuda del deporte. Pablo dejó
las pistas de atletismo y decidió retomar su otra pasión: el fútbol. Empezó
entonces a buscar el balón con el oído, atendiendo al tintineo de los
cascabeles que le orientan en la localización y, aunque confiesa que fue
difícil al principio adaptarse a una disciplina deportiva que se juega en
equipo, en pocos años ha alcanzado la internacionalidad con la selección
española de fútbol-5, en la que ha conseguido la confianza de su entrenador
para ocupar un puesto fijo en el engranaje deportivo del equipo.
Gracias al atletismo ha podido transformarse en un futbolista de gran
orientación, con buen oído y veloz. “Llevo 14 años entrenando seis días a la semana para cumplir este sueño.
Lo afronto con ganas y con ambición; quiero disfrutar de cada momento”, comenta
satisfecho el deportista torrentino.
Comparte la noticia
Categorías de la noticia