Pere Fuset en un instante de su entrevista. / LAURA FLORENTINO
Pere Fuset durante la entrevista. / LAURA FLORENTINO
Un momento de la entrevista. / LAURA FLORENTINO
Pere Fuset durante la entrevista. / LAURA FLORENTINO Ha tenido ya más de un mes para meditar tras su absolución por el accidente mortal de Viveros. ¿Cómo ha cambiado su vida desde entonces?
Estoy muy aliviado tras superar los dos procedimientos de Viveros con dos sentencias de absolución; y también tras un largo periplo a los que hay que sumar 10 denuncias del PP que fueron archivadas. En este tiempo he podido aprender mucho. He aprendido a ser resiliente. No estoy contento, porque nadie le va a devolver la vida a ese operario, pero sí satisfecho de que se haya determinado que no tengo responsabilidad.
Han sido unos años dónde ha dado un paso al lado, dedicándose a una concejalía algo menos mediática. ¿Pensó en dimitir en alguna ocasión?
No. Cuando tomé la decisión fue una decisión personal que trasladé al alcalde y mis compañeros y que inicialmente no compartían. Creía que era lo mejor para la fiesta, a una semana de Fallas; para el proyecto de Compromís y para mí. Pensábamos en un escenario mucho más corto, pero en este tiempo, desde la humildad, he tratado de enfocarme en la gestión en un área que es muy invisible pero muy transversal y que permite mejorar la ciudad desde muchos ámbitos. Gracias a todo este trabajo técnico somos un referente internacional en Smart City.
¿Ha sentido el apoyo por parte de sus compañeros?
No solo de mis compañeros, sino incluso de gente que se encuentra en posiciones ideológicas muy distintas, incluso del PP y Cs. Quiero agradecer ese cariño y ese respeto.
¿Entiende a quien pudiera pensar que aquello que le impedía ejercer en un área, también le debía impedir trabajar en la otra?
Si me hubiera ido del todo, ahora no podría estar aquí. Si con cada imputación me hubiese tenido que ir, me hubiera tenido que ir cerca de 10 veces. Era plenamente consciente de mi inocencia, pero renuncié a aquellas competencias que estaban en entredicho; ni a mi acta de concejal ni al resto de mi trabajo.
Se ha comparado su caso con el de Oltra, que dimitió de todos sus cargos. ¿Ella se equivocó?
No soy quien para valorar lo que hizo Mónica. Lo que pienso y pensaba se lo dije a ella personalmente. No es lo mismo el cargo, el caso, ni la exposición. Ella dimitió y renunció a ese aforamiento. Hay quien piensa que Oltra podría haber hecho un Fuset. En cualquier caso, máximo respeto a su decisión.
Hubo un acuerdo entre aseguradoras.
Algunas formaciones han utilizado este hecho para dejar caer que no ha sido juzgado… ¿Qué le parece?
Me parece surrealista. Las aseguradoras juegan su propia partida y hacen su trabajo, pero eso no elimina el proceso judicial. Hay una vista, un juez, una fiscalía que pide una absolución, una conformidad de todas las partes y una sentencia… Si no hay juicio, no hay sentencia y aquí hay sentencia, con cuatro condenados y un absuelto. Esta crítica no se la verías jamás decir a un abogado.
¿Cree que otros partidos han querido sacar rédito político de su situación? ¿También partidos en el lado de la izquierda?
Muchas veces se habla de la politización de la justicia, y deberíamos hablar también de la judicialización de la política. Se ha convertido en una herramienta de desgaste. La estrategia de la guerra judicial busca utilizar la pena del telediario y de hacer ver que todos los casos son iguales.
¿Cree que Compromís también se presta a esto en otras situaciones?
Nosotros fuimos muy combativos en un momento en el que el PP estaba desangrándose por la corrupción. Fuimos parte activa de ese momento denunciando ante la Fiscalía algunos hechos para que decidiera que cartas tomar. El PP actualmente está condenado por corrupción y algunos consellers están en prisión. ¿Siempre lo hicimos bien? Seguramente no. ¿Siempre hemos sido justos? Seguramente no. ¿Que debemos sumarnos a esta reflexión? Posiblemente. Pero nosotros no hemos arrancado folios de una documentación para presentar una denuncia sin fundamento o hemos denunciado a un concejal por contrataciones iniciadas por el mismo PP.
En este tiempo ha dado todo un revulsivo al área digital del Consistorio. ¿Qué actuaciones le gustaría destacar?
La modernización general del Ayuntamiento, aunque queda mucho por hacer porque las administraciones son monstruos lentos. En el año 2015 una de cada cien instancias eran digitales y hoy en día son dos de cada tres. Esto supone un ahorro ciudadano de más de 23 millones de euros. Hemos conseguido que la gente utilice la app municipal para colaborar con la mejora de la ciudad. Estamos muy cerca de que el 100% del término municipal tenga fibra óptica y somos la primera ciudad con wifi público de calidad. Somos referente internacional como Smart City, por ello estamos sirviendo a decenas de ciudades del mundo como modelo de ciudad inteligente.
Volverá al área de fiestas cuando acaben las Fallas de 2023, pero la realidad es que apenas tendrá mes y medio para ejercer como concejal y poco margen de gestión. ¿Es una escenificación de su rehabilitación?
Las Fallas muchas veces eclipsan un tesoro muy extenso de fiestas: la Semana Santa Marinera, el Corpus o fiestas que han venido con mucha fuerza como la Gran Fira de Juliol, las Navidades y las Campanadas. La gestión de los próximos meses no va a ser poca, siendo el centenario de la coronación de la Mare de Déu. En 2023 hay unas elecciones vamos a salir a batallar, vamos a escuchar a la gente y vamos a ganar estas elecciones. Si las ganamos allí estaré, para trabajar en lo que me apasiona que es el mundo de la fiesta.
¿Cómo valora el trabajo que ha hecho Carlos Galiana en este tiempo?
Carlos ha tenido la capacidad de dar tranquilidad en un momento de incertidumbre, con sus aciertos y errores, y con las legítimas diferencias personales que podamos tener. En la crisis de 2008 el PP recortó las subvenciones a las comisiones falleras y en esta crisis el equipo de Joan Ribó lo que ha hecho es aumentarlas.
¿Qué le parece que vaya a dar un paso atrás y no aspire a ser concejal el próximo año?
La política son ciclos y es bueno que haya rotación. Hay que aprovechar la experiencia, porque con el tiempo aprendes como va todo, pero hay que favorecer la renovación. Si yo me hubiera visto mermado esta legislatura, tampoco me hubiese presentado a la reelección. Este trabajo exige mucho sacrificio y renuncia. Él se merece tomar sus propias decisiones.
¿Va a regresar a su despacho en el Ayuntamiento?
Sí. Ya lo hemos hablado Carlos y yo. Estamos preparando esa transición para que sea lo más cómoda posible y sin que afecte a las fiestas.
¿Es una escenifación? Hacer una mudanza para mes y medio…
Es cierto que las imágenes importan. Pero sobre todo como portavoz tengo unas necesidades difíciles de hacer en mi despacho actual.
¿Cómo ve a su formación de cara a las próximas elecciones? Los analistas políticos señalan que no está en su mejor momento después de crisis como la de Mónica Oltra o Mireia Mollà…
Estas cuestiones son más de ámbito autonómico que local. En la Valencia de 2015 los valencianos íbamos con la cabeza gacha avergonzados por la corrupción. En 2022 esta ciudad ha sido elegida la mejor ciudad del mundo para vivir, tiene la menor deuda de los últimos 20 años, la menor tasa de desempleo de los últimos 16, y la mayor inversión en los barrios de su historia. ¿Es esta ciudad un paraíso? No. Hay que ser humildes. Pero también hay que sacar pecho del trabajo realizado. Aspiro a que salgamos a por todas.
¿Le inquieta que Ribó haya perdido cierta credibilidad como candidato tras romper su promesa de no repetir un tercer mandato?
La pandemia lo ha cambiado todo. Han sido casi tres años en los que en lugar de ir al ataque hemos ido a la defensiva. Hemos tenido que postergar proyectos emblemáticos para rescatar a aquellos que lo estaban pasando peor. Esa excepcionalidad de esos años debe permitir a Joan presentarse a la relección. A partir de ahí, en Compromís debemos empezar a pensar en el futuro, porque Joan Ribó no es eterno.
¿Querrá repetir en la concejalía de Cultura Festiva si se da un tercer mandato de fuerzas de izquierda?
Hay a quien le gusta vender la piel del oso antes de cazarlo. Yo soy extremadamente cauto con estas cosas. Vamos a salir a ganar, a realizar un programa de cambio que queremos que lidere Joan Ribó. Es legítimo que todas las fuerzas quieren optar a Cultura Festiva, porque nosotros también queremos optar a Urbanismo. Son áreas importantes de transformación y nosotros creemos que tenemos el mejor proyecto de ciudad. Pero no voy a entrar a esto, no tenemos que confundirnos de rival. La línea roja es que esta ciudad continúe transformándose y que no nos quedemos atrás.
De cara a una próxima legislatura, ¿qué retos se pueden llevar a cabo en el área de Cultura Festiva?
Hay que abordar la Sostenibilidad, yo añoro una Cremà con una llama viva y no una nube de humo negro. También hay que actualizar el papel de la Fallera Mayor y sus Cortes de Honor, así como su elección para que las niñas sean tratadas de una manera exquisita y acabar con todas las sospechas y rumores al respecto. También hay que trabajar con la Semana Santa o el Corpus, porque todavía hay mucha gente que no las conoce. Y hay oportunidades en la Gran Fira, que se ha convertido en un gran festival para la ciudad; o las Navidades, donde fiestas como las campanadas que son todo un éxito son útiles para dinamizar el sector cultural y el comercio.
El diseño definitivo de la Plaza del Ayuntamiento ha generado críticas en el sector fallero. ¿Las comparte?
Es un tema que no me preocupa en absoluto. Se ha tenido claro en todo momento que las mascletaes tienen que permanecer en este espacio. Pero también es cierto que no se puede pensar solo en un uso exclusivo de 19 días. Tenemos que pensar en un plaza para vivirla. Solo con la provisional actual, que es estéticamente mejorable, hemos conseguido que la plaza se llene de vida y deje de ser una rotonda llena de coches. Confío y deseo en que este proyecto salga adelante lo antes posible.
¿Qué opinión le merece el cambio de ubicación de los castillos de Fallas?
No conozco nada que guste a todos. Sí que era importante sacar los castillos del foso donde se están disparando. Cualquier pirotécnico te dice que es una barbaridad lanzar un espectáculo 12 metros abajo del público. Yo en su momento planteé disparar en la Marina, donde lanzamos las mascletaes verticales, que son un éxito de asistencia. Vamos a ver qué pasa, siempre se está a tiempo de rectificar.
Se sigue pidiendo la dignificación de espacios importantes como la Ciudad Fallera y el Museo Fallero. ¿Qué debemos hacer con ellos?
Quiero ser extremadamente respetuoso hasta el 20 de marzo con el trabajo que está haciendo mi compañero Carlos Galiana, pero al mismo tiempo debemos darnos cuenta de que en cinco años podamos quedarnos sin muchos artistas. La Ciudad Fallera no es una situación fácil. El suelo no es propiedad municipal y hacen falta inversiones millonarias. La Ministra aseguró que tenía una inversión preparada y por el momento seguiríamos esperando. En cuanto vuelva a la cartera para mí será una prioridad. El asunto del Museo Fallero y Junta Central Fallera, es algo que está conectado.
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