Alba, la joven que murió en el accidente. / EPDA 11 de octubre de 2015. Tarde fatídica para la familia de Alba. La joven de Sagunt de 16 años y el copiloto del vehículo morían en un accidente de tráfico en la A-23 a la altura del municipio castellonense de Barracas. El coche se salió de la vía y colisionó contra la mediana chocando contra el quitamiedos, el cual atravesó como una espada el vehículo desde el capó hasta el maletero y, por tanto, a ambos cuerpos. En el automóvil también se encontraban otra mujer y una joven, que resultaron heridas de gravedad.
“El guardarraíl no sólo era inadecuado para el tipo de vía, sino que además estaba en un estado de mantenimiento deplorable”, explican los padres de Alba. “El copiloto murió atravesado por el estómago y nuestra hija Alba atravesada por la cabeza, acabando a siete metros detrás del vehículo”, añaden.
Petición de firmas
Ahora, en 2022, los padres reclaman
justicia para Alba. Lo hacen con una petición de firmas a través de la plataforma
Change.org (puedes firmar la petición a través de este enlace). El motivo: “denunciar la falta criminal de mantenimiento del guardarraíl”. Y es que, según los padres de Alba, Paloma Garzó y Víctor Molina, y su tío, Rafa Garzó, al comprobar después del accidente por parte de los péritos el estado de los guardarraíles que no tocaron el coche, “los tornillos de los quitamiedos se podían sacar con los dedos, sólo apretando un poco”. Algo que quedó reflejado en el informe judicial realizado en el momento. Por eso, según explican a este periódico los familiares, al colisionar el coche “el guardarraíl se abrió, atravesó el coche, haciéndolo volar hasta quedar situado de forma transversal a la calzada”.
Asimismo, a pesar de que esto ya no conste en el informe judicial, la familia cree que los guardarraíles no sólo habrían estado mal ajustados sino, además, “instalados en el sentido contrario a la circulación”, algo que, señalan, habría agravado el suceso.
Sea como sea, según la madre y el tío de Alba, el guardarraíl no sería tampoco el modelo adecuado para el tipo de carretera donde ocurrió el tramo de vía donde ocurrió el suceso. “Deberían ser laterales, más separados y más cercanos a la vía”, especifican.
Poco tiempo antes del accidente se habría destinado una subvención al mantenimiento de la red de carreteras de Castellón, entre ellas, la A-23. “Es un dinero que pagamos entre todos y que, evidentemente, no cumplió con su fin”, afirman.
Justicia
La Audiencia Nacional desestimó el caso “sin ni siquiera examinarlo”, explican los padres de Alba. Además, no sólo “no ha habido ningún juicio”, sino que además, la empresa de mantenimiento de los gardarraíles y la justicia piden que la familia pague 31.000 euros: 27.000 para la empresa y 4.000 para el abogado de Estado por las costes judiciales. La familia tilda la situación de un “abuso de poder escansaloso”.
“Os pedimos que os unáis a nuestra causa, dado que estos hechos son aberrantes, y pedimos justicia para nuestra hija Alba”, concluyen Paloma y Víctor en la petición a través de Change.org.
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