Este lunes, el programa de investigación ‘Zoom’ de À Punt ha emitido un reportaje que arroja luz sobre el misterioso asesinato de Arturo Torró, empresario y exalcalde de Gandía, de 62 años, que fue encontrado muerto el 19 de febrero junto a su vehículo en la autovía A-38, cerca de la localidad de Xeresa (Valencia).
Al parecer, Torró detuvo su vehículo en el arcén de la autovía mientras se dirigía a Gandía, tras recibir una alerta en el panel de control que indicaba una rueda desinflada. Al detenerse para comprobar la situación, fue atacado por un desconocido que le rodeó el cuello con un objeto similar a una cuerda y, acto seguido, le disparó a bocajarro en el tórax, causándole la muerte. Su cuerpo fue descubierto por su esposa, quien acudió al lugar al sospechar que su marido podía encontrarse allí. Anoche, la televisión autonómica valenciana informó que el caso está bajo secreto de sumario y sigue en investigación. Aunque en el reportaje señalaron que no se han producido grandes avances, los testimonios presentados ayudan a esclarecer ciertos aspectos.
La llamada de Arturo Torró
Según fuentes consultadas por À Punt, Arturo Torró llamó a un amigo tras recibir la alerta en su vehículo. “Creo que he pinchado una rueda, te dejo y luego te llamo”, explicó el amigo del exalcalde. Sin embargo, cuando la Guardia Civil llegó al lugar del crimen, no encontró ningún neumático dañado.
Minutos después del atentado, la esposa de Torró llamó a su amigo, quien le preguntó sobre el supuesto pinchazo. Sorprendida, ella aseguró no saber nada al respecto. Tras esa conversación, la mujer salió en busca de su marido y lo encontró a escasos metros del vehículo, tendido entre unos arbustos. Poco después, los servicios de emergencia llegaron al lugar, pero lamentablemente nada pudieron hacer por salvarle la vida.
En el reportaje también se detalla que los investigadores se desplazaron la autovía donde murió Arturo Torró. Allí, el forense determinó que la víctima presentaba un único impacto de arma de fuego, de calibre reducido. Ese detalle sugiere que el asesino o asesinos se encontraban a muy poca distancia de la víctima, ya que, con un calibre tan pequeño, es necesario disparar desde un metro o dos como máximo para asegurar el impacto.
Doble línea de investigación
Durante este mes y medio, han trascendido muy pocos detalles sobre la investigación, por lo que aún se desconocen las sospechas iniciales sobre la autoría del crimen. Cabe destacar que la carretera donde ocurrió el asesinato no contaba con cámaras de videovigilancia y que el cuerpo de Arturo Torró tampoco presentaba signos de lucha. Lo que parece evidente es que alguien le tendió una trampa para acabar con su vida.
Los testimonios recabados apuntan la posibilidad de un crimen por encargo. “Hay un solo disparo y el tiro fue directo al corazón. Pensar que lo hizo un aficionado sería un error”, señalan fuentes cercanas a la investigación.
El caso de Arturo Torró recuerda al asesinato del alcalde de Polop, Alejandro Ponsoda, en 2007. Ponsoda murió días después de recibir tres disparos en un atentado. Las similitudes entre ambos crímenes son evidentes: los dos eran ediles y fueron atacados mientras iban en su coche. Además, en ambos casos, las sospechas indican la posible intervención de sicarios.
Los periodistas que participaron en el reportaje explican que la Guardia Civil trabaja en dos principales líneas de investigación. La primera sugiere que el móvil del crimen podría estar relacionado con motivos económicos. Torró, un empresario influyente en la comarca de la Safor, fue pionero en España en la creación de una cadena de franquicias de óptica. Sin embargo, atravesó dificultades financieras y fue condenado por corrupción. Además, el programa ‘Zoom’, recuerda que el exalcalde de Gandía denunció haber recibido amenazas y haber sufrido un supuesto ataque en Kenia, aunque no lo denunció hasta nueve meses después.
La segunda hipótesis que manejan los investigadores es la de un crimen pasional o motivado por venganza. ¿Tenía Arturo Torró enemigos? Ha pasado más de un mes desde su asesinato y aún no ha trascendido la identidad de ningún sospechoso. Solo se conocen sus últimos movimientos antes de su fallecimiento, como su visita a un conocido restaurante de Gandía para comer y a una óptica en Sueca. ¿Conseguirán los investigadores dar con los culpables?