Casinos históricamente era el punto de partida y encuentro de los cazadores, una de las primeras paradas obligatorias era la carretera de Casinos, aquella antigua Comarcal-234, donde al clarear el día se reunían los cazadores para marcar las estrategias cinegéticas.
Rafael y Manola, tuvieron esa visión comercial para abrir en la entrada del pueblo ese lugar con buen café, desayunos, cartuchos y accesorios necesarios para la caza, que se llamaba Bar Avenida y que era un referente no solo los días de caza, sino todos los días del año, que como un servicio de “urgencias” atendía a los pasajeros que transitaban por aquella carretera.
Era el área comercial de Casinos, donde todas las puertas de la Avenida de Valencia tenían vida, donde los amaneceres se endulzaban con peladillas y turrones, donde las luces anunciaban prosperidad desde el alba hasta el anochecer y donde se forjaron amistades eternas entre los mostradores de los comercios y aquellos visitantes que poco a poco se consideraban como de la familia.
Ese tejido comercial, sumado a la juventud recordada de sus propietarios y regentes, hizo del Bar Avenida, un lugar de encuentro, un salón de celebraciones y un hogar que albergaba muchos acontecimientos sociales en días importantes.
Los días de Nochebuena, la Orquestina Kasins actuaba para matrimonios y familia hasta altas horas de la madrugada, Navidad festiva, Navidad familiar, Navidad divertida. “Las Bochas” (Manola y sus hermanas: Carmen, Pilar y Rosario, incluso su padre el tío Joaquín, animaban aquella fiesta tan particular que exprimían con alegría).
La Falla Pensat i Fet, nació en el Bar Avenida en 1988. Esas paredes fueron testigo de aquel momento histórico, de aquella aventura que hoy sigue viva y que un estandarte recuerda la fecha de su nacimiento.
Nadie pensaba que una falla como las que se plantan en Valencia, ocupara la calle Juan XXIII, hoy llamada José Esteve. Aquella falla, aquellas noches de concursos, de paellas, de encuentros festivos, tenía un casal propio, tenía un refugio perfecto: el Bar Avenida.
El bar acogía a las personas que acudían a comer, a tomar café, a jugar la partida, era un bar de esos de veinticuatro horas.
Rafael, siempre acogía a sus hermanos y familia: a Luis, Vicente, Margarita, Paco, Juan y José María, ellos se sentían como en su casa, porque vivían la cocina, la atención en el mostrador y en ocasiones la ayuda en otras tareas, que pueden pasar desapercibidas y que son necesarias.
Rafael fue un gran cocinero, un especialista en hacer paellas a leña, porque el trabajo fue su bandera y las horas del reloj sus compañeras de camino. La obligación de un bar quema muchas horas de vida.
Al escribir estas letras, después de visitar la Capilla Ardiente de Rafael, recuerdas como una película momentos vividos entre esas paredes. En el año 1985 el Cardenal Tarancón cuando vino a Casinos el día 16 de agosto, comió una buena paella en el Bar Avenida, siempre recordada a lo largo de sus días. Quizás hoy sea el momento de presumir de que políticos, toreros, artistas y hasta transeúntes-mendicantes, hayan sido acreedores de probar los menús del Bar Avenida.
Son cadenas de recuerdos que puede sepultar la historia o dejarlos vivos, son momentos del pasado al presente que viven los pueblos, son páginas de progreso selladas por la luz del amanecer y el silencio roto de la noche, al abrir la puerta para iniciar un nuevo día.
Hoy Rafael después de una enfermedad que lo acompaño hasta el final, nos ha dejado. El legado del matrimonio de Rafael y Manola, es una firma comercial con muchos años de garantía, tres hijos que han vivido en esta aventura y que la mantienen viva: Rafa, Manoli y María José y que hoy junto a su madre, despiden a su padre que luchó desde el principio por esta causa.
Estos momentos de condolencia son para toda la familia y yo así lo intento expresar, pero hay un detalle que no quiero pasar por alto, me refiero a José, el esposo de Rosario, acompañando en silencio, al amigo, al confidente, al cuñado. Las eternas hermanas y familia que tuvieron la Cova Santa por herencia y que aquella hospedería que hoy permanece cerrada fue su casa abierta para todos, el lugar de reencuentro y el perfecto descanso después de las jornadas de trabajo.
Rafael, espero que te hayas encontrado con tus hermanos, con tu familia que ya partió a la eternidad y que San Juan Pablo II al que conociste en el año 1998, te haya recibido con un abrazo de paz eterna.
Descansa en Paz. El entierro es en la Parroquia de Santa Bárbara de Casinos el lunes día 20 de octubre a las diecisiete horas.
José Salvador Murgui Soriano.
Cronista Oficial de Casinos.
Académico de la RACV.