Un instante de la jornada. / A. C. Lleno hasta la bandera en el salón de plenos del Ayuntamiento de Canet de Berenguer para asistir a la presentación de ‘Jaque a la democracia. España ante la amenaza de la deriva autoritaria mundial’ (Ariel), el cuarto y último libro de Joaquim Bosch. Más de un centenar de personas acudió a una cita, que tuvo lugar el pasado martes, y en la que el magistrado realizó un inquietante diagnóstico de la situación política actual y del riesgo que supone el ascenso de la ultraderecha en los países democráticos. Al acto, presentado por el alcalde de Canet, Pere Antoni, acudieron más de un centenar de vecinos y vecinas que hizo que la sala se quedara pequeña ante la expectación despertada.
Si en su obra anterior, La patria y la cartera, el autor diseccionó el problema de la corrupción en España, en este nuevo ensayo centra su mirada en el peligro de los extremismos para la política nacional, una situación que, como explicó, bebe de los tiempos que corren a nivel internacional. Según explicó Bosch, ciertos sectores ultraconservadores se aprovechan de crisis y los desastres como la crisis de la covid-19 para difundir desinformación y deslegitimar a las instituciones democráticas, y destacó la urgente necesidad de proteger las libertades contra los bulos interesados y las tensiones sociales.
“Hace unos veinte años, las proclamas autoritarias eran algo casi anecdótico en las democracias liberales. Se trataba de exotismos inofensivos, ubicados en los márgenes del sistema político. Pero esas rarezas pueden ahora volverse mayoritarias, y resurgen miedos que se habían olvidado”, señaló. Su intervención no podía ser más oportuna ya que se produce apenas una semana después de que el presidente del Consell, Carlos Mazón, suscribiera un pacto con Vox para sacar adelante los presupuestos autonómicos.
Citando a los politólogos Steven Levitsky y Daniel Ziblatt, autores del libro Cómo mueren las democracias, recordó que estas ya no caen a manos de generales armados que dan golpes de estado, sino de líderes electos que consiguen subvertir el proceso que los condujo al poder a través de las urnas. Hungría, Polonia o, ahora, Estados Unidos, son algunos de los ejemplos que citó.
En su intervención, Bosch criticó la instrumentalización de la justicia con fines políticos y subrayó la importancia de la transparencia en las instituciones, especialmente en la jefatura del Estado. Además, destacó que la corrupción y las injerencias partidistas en la judicatura debilitan los contrapesos del sistema democrático, y que afectan a la confianza ciudadana en las instituciones. Esta falta de respaldo al sistema liberal es la puerta de entrada de los mensaje de la ultraderecha que calan, cada vez más, entre el público más joven.
Asimismo, en su intervención, Bosch analizó el perfil del votante de ultraderecha, al que describe como un hombre joven con bajo nivel educativo, y cómo ciertos discursos pueden atraer a este segmento de la población, buscando entender las raíces del apoyo a partidos de tendencia iliberal.
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