Campillo atiende a representantes de los vecinos. Cuando el debate sobre la España vaciada por fin ha entrado en la agenda de los políticos -lo hizo en la elecciones generales de abril y también en la repetición de comicios el pasado 10N-, en València vamos a la contra. Mientras que Teruel Existe logra un diputado más que merecido porque es una provincia castigada y cada vez más despoblada, en nuestro entorno vemos cómo un proyecto de bulevar en la autovía del Saler -la CV500-, amenaza a los poblados del Sur de la capital, pedanías como el Saler, Devesa, El Palmar, El Perelló y las vecinas Perellonet y Sueca. Políticos que van de falsos ecologistas, pues la Albufera se muere por inacción de todos y nadie quita las
torres de alta tensión que son un peligro para las aves. Políticos que promueven iniciativas sin escuchar a las personas que quieren seguir viviendo dentro del Parque Natural de la Albufera. Ciudadanos que no quieren ser de segunda. Vecinos que intentan vivir dignamente, unos en los restaurantes de El Palmar, pescando o cultivando arroz; otros en los comercios, restaurantes y huertas del Perelló o el Perellonet. Y en cualquier caso, ciudadanos que quieren vivir dignamente, que aman su entorno y lo mantienen y cuidan, mientras las administraciones, la local y autonómica, no cumplen con su trabajo.
La primera obligación de un administración es velar por el bienestar de sus ciudadanos. Ver sus necesidades e intentar atenderlas. Escucharles. Sin embargo, el gobierno municipal y autonómico, han decidido poner obstáculos en la CV500, la única vía que conecta a los poblados del Sur con la capital, para ir al trabajo diariamente, a los colegios e institutos, o los miles de valencianos y turistas que quieren disfrutar de las playas de la Garrofera, del Saler, el Perelló, Perellonet o ir a comer a esa joya gastronómica que es El Palmar.
Políticos torpes, ineptos, sectarios. Porque no saben armonizar todos los intereses del entorno, el económico, el medioambiental, el comercial, el turístico. Se les llena la boca de 'conciliación familiar' y hablan en positivo de una 'pacificación de la CV500' que, sin embargo, es la muerte de estas pedanías del Sur. Porque si una persona que quiere ir a trabajar, a llevar a sus hijos al colegio, a comer a un restaurante de El Palmar, Perelló, Perellonet, tardan hora y media, lo siguiente será crear la plataforma 'Valencia Existe' para defender los intereses de la Valencia despoblada.
El buen gestor no es el sectario que busca dar solución a un problema, generando muchos otros. El buen gestor es quien sabe dar una solución global, sin olvidar lo que más debe importarle: las personas. Por eso, me quedo con las palabras de Cintia Sancanuto, vecina de El Palmar, cuando reivindica
'salvar a la fauna autóctona de la Albufera: las personas'.
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