El pleno de Paiporta de este jueves. EPDALa asistencia a los plenos de los municipios afectados por la DANA ha bajado en las ultimas sesiones, aunque continúan las recriminaciones a los alcaldes por los días siguientes a la inundación y la gestión posterior a la tragedia.
La tensión sigue estando presente, aunque hay una mayor conciliación entre los partidos políticos a quienes se dirigen todas las críticas, en especial a los que ostentan la vara de mando que aguantan como pueden las increpaciones de los vecinos, cada vez más indignados.
En algunos municipios se han creado comisiones de gestión o seguimiento de la reconstrucción, pero en Picanya, propuesta por Compromís, la tumbó la mayoría absoluta de los socialistas, con la abstención de PP y Vox, en la última sesión. El objetivo, según expusieron, es abordar “entre todos” la evaluación de los fallos que tuvieron lugar el día 29 de octubre, así como las cuestiones más trascendentales que deja la emergencia.
Para Compromís, la creación de protocolos pre y postemergencia adaptados a la singularidad del municipio “son clave para que estemos mucho más preparados para próximos fenómenos climáticos extremos”, en línea con lo que han planteado esta misma semana las alcaldesas de Paiporta, Catarroja y Benetússer. "Una evaluación sosegada y transparente sobre lo ocurrido es la mejor manera de combatir los bulos y la desinformación acerca de los protocolos y las obras necesarias en el barranco", apuntó su portavoz Guillem Gil.
En Catarroja, las denuncias de los ciudadanos se centraron en los alumnos del instituto Berenguer Dalmau que siguen con la educación online, el cierre de los contenedores soterrados, la situación de los colectores, las soluciones habitacionales para los desalojados y la realización de los proyectos para que la inundación no se vuelva a repetir.
El momento más tenso fue la exposición del hijo de una de las víctimas de la DANA, Juan Monrabal, que se encaró con la alcaldesa, Lorena Silvent, pidiendo su dimisión y criticando el aumento del sueldo de la corporación. Silvent, con tono tranquilo, le indicó que "estamos aquí porque creemos en la democracia y para ayudaros". También la hija de un fallecido recriminó la "falta de humanidad" a los concejales.
El pleno de Paiporta también acabó con las intervenciones del público. En este caso, la primera de las preguntas lanzadas al ejecutivo fue si el Ayuntamiento se va a presentar como acusación particular contra el gobierno autonómico y el estatal, a lo que la alcaldesa, Maribel Albalat, respondió que "seguiremos estudiándolo".
La seguridad vial, con semáforos sin funcionar y pasos de cebra que ni siquiera se ven, fue otra de las cuestiones planteadas, junto con el cobro de las facturas del agua en comunidades de propietarios en las que no existen los contadores, y la reclamación del 100% de bonificación del ICIO. Otro de los presentes reclamó "mayor agilidad y coordinación, y que se dejen de colores políticos".
La crispación fue en aumento con la intervención de una de las voluntarias activistas que denunció la orden "dada por el Ayuntamiento para que dejemos de traer alimentos a Paiporta a un punto de reparto". En contestación, la concejala responsable del área explicó que "se cierra porque es un espacio para las personas mayores, donde hacen sus actividades", y añadió que el Ayuntamiento reparte semanalmente 30 palets de fruta y verdura. También las acusaciones de "mentirosa" a la alcaldesa hizo que se encendieran los ánimos.
En Alfafar, la sesión volvió a realizarse en una sala de alcaldía con la asistencia de pocos vecinos, debido a sus dimensiones. La concejala de Compromís, Amalia Esquerdo, trasladó las preguntas de los vecinos al alcalde, Juan Ramón Adsuara, entre ellas que se buscara una solución para casi el 50% de los vecinos que desconocen dónde están sus coches, necesario para cobrar las ayudas.
El primer edil explicó que la policía "tiene un listado de matrículas y se comunica a los propietarios su ubicación". Un agente de la policía matizó que "es ahora cuando los desguaces se están llevando lo coches cuando estamos controlando las matrículas".
Esquerdo criticó la situación que se vive todavía en el barrio Orba, con trampillas levantadas y contenedores llenos, "algo no está funcionando" y lo comparó con el casco urbano.
Por su parte, Adsuara explicó que se ha retirado una de las campas de vehículos y la balsa de lodos de delante del cementerio. También se han valorado los daños causados en la Alqueria del Pi y se empezarán los trabajos en breve. "Desde ayer ya sabemos que nos vienen las ayudas y podemos licitar para las reparaciones" y anunció que se van a hacer catas para comprobar en qué punto se encuentra el nivel freático.
Para el alcalde de Sedaví, José F. Cabanes, esta sesión fue la primera en la que tuvo que enfrentarse a sus vecinos, fuera del ayuntamiento, que sigue destrozado por la riada. Cabanes se disculpó ante los presentes "si hemos cometido errores" y dio explicaciones sobre su gestión.
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