Un momento de la Dansa dels Porrots de Silla. EPDALa Dansa del Porrots de Silla es una parte muy importante del patrimonio cultural de esta localidad de l'Horta Sud, que mantiene viva la tradición de este milenario baile guerrero, que ha pasado de generación en generación y que se ha materializado en una escuela. Es precisamente la asociación, junto al Ayuntamiento, quienes han organizado la primera semana cultural en torno a esta danza con el objetivo de informar sobre la investigación de esta manifestación cultural y ponerla en valor.
La semana comienza el 7 de mayo y se alarga hasta el 11. A lo largo de estos días, se realizarán actividades orientadas a su difusión con conferencias y charlas, que se acompañarán de exhibiciones y talleres para transmitir los pasos y las técnicas, que pretende garantizar su continuidad generacional. Además, habrán mesas redondas con expertos en patrimonio cultural y una exposición con la indumentaria característica, instrumentos y documentos históricos.
Los actos institucionales previstos reconocerán la labor de los grupos y personas que han luchado y siguen haciéndolo para preservar esta tradición y se han organizado actividades escolares para animar a los más pequeños a su continuidad.
Expediente para ser Bien de Interés Cultural
Esta semana cultural también servirá para comunicar los últimos descubrimientos de la investigación que se está llevando a cabo para declararla Bien de Interés Cultural. En el expediente abierto y la investigación histórica se recoge una vasija de hace 2.000 años decorada con una de sus figuras de lucha, además de una fotografía de 1853 del tatarabuelo del presidente de la Dansa dels Porrots, Abelard Hernández, con la indumentaria típica, como muestra de la larga tradición que existe.
Esta danza comenzó a bailarse en la festividad del Santísimo Cristo durante todo el día, hasta caer el sol, por las calles del municipio para recordar cómo los guerreros de hace 2.000 años desfilaban hacia la batalla. El Ayuntamiento de aquel entonces pagaba a los participantes dos jornales y medio y les daba de comer.
Hoy en día, continúa la tradición y varias collas salen de diversos puntos de la localidad acompañados por el ritmo de tabal i dolçaina hasta llegar a la plaza, donde se juntan y bailan al unísono frente a la iglesia.
Los bailarines representan diversas figuras por parejas como la conocida como de 'costat i costat', el 'pas de genoll', el 'bot a la cintura' o el 'empomar' , donde la maña prima sobre la fuerza, tanto por parte del 'botador' (el que salta) como del 'empomador' (el que aguanta). También tienen su propia indumentaria de inspiración romana y con algunos toques de griega como la corona de laurel. Lo más característico y que le da nombre es el 'porrot', un bastón que simboliza el arma que llevaban los guerreros.
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