La
seguridad alimentaria consiste en la medición de disponibilidad de
alimentos para todos los miembros de una familia. La capacidad de
satisfacer las necesidades básicas de la alimentación de los
individuos que es uno de los temas más fundamentales de la vida
humana.
Para
el caso de España desde finales del año 2015, está aprobado el
tercer "Plan
Nacional de Control Oficial de la Cadena Alimentaria 2016 - 2020",
mediante este documento se posee un marco seguro, estable y crea un
entorno de confianza para la ejecución de control oficial sobre
alimentos y piensos.
En
este sentido, una de las mejores maneras de potenciar la seguridad
alimentaria es darles cabida a los pequeños agricultores por medio
de los denominados "consumos de proximidad". El consumo de
proximidad es una nueva tendencia que promueve el consumo responsable
de los productos de temporada. Además, este tipo de modalidad busca
que los clientes compren sus bienes y servicios en sitios cercanos a
la localidad donde se vive.
En
las comunidades españolas el término "Km 0" cobra mayor
relevancia entre los ciudadanos, porque se define como el consumo que
se desarrolla a muy corta distancia. El principal objetivo de esta
tendencia es disminuir la huella de contaminación y promover el
desarrollo local de los agricultores.
En el
caso
particular de la Comunitat Valenciana
los productos que más comercializan a través de la proximidad son:
frutos de mar, verduras y frutas que destacan por poseer vitaminas,
minerales y oligoelementos. De acuerdo con datos de la Cruz Roja de
Valencia únicamente el 27% de las familias en edad adulta tienen la
capacidad de mantener una seguridad alimentaria, que satisfaga todas
las necesidades de esta comunidad.
De
acuerdo con Hugo García, ingeniero
en alimentos y colaborador en GUIADESUPLEMENTOS,
"la venta por proximidad beneficia a los productores en especial
a los que siembran papa, siendo España el onceavo país con mayor
producción de este tubérculo. La papa cobra importancia en la dieta
de los españoles ya que contiene ácido pantoténico (también
llamado vitamina B5) y ayuda a convertir los alimentos que consumimos
en la energía que necesitamos".
Aunque
esta tendencia venía en crecimiento el coronavirus la empujó a
mayores niveles de demanda. Esto se debe a la crisis económica que
causó el virus en diversas familias españolas, quienes han
recurrido a este método de venta para su subsistencia.
Según
datos de las Naciones Unidas en referencia a la seguridad alimentaria
existen aproximadamente 815 millones de personas que padecen de
subalimentación lo que representa una de cada nueve personas en todo
el mundo.
Entre
los principales beneficios de este método son los productos más
frescos, disfrutar de sabores de temporada y a precios accesibles.
Además, de fidelizar los anhelos y deseos del consumidor.
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