Vista del pleno ordinario del ayuntamiento de Alfafar, Valencia, este jueves. EFE/ Kai FörsterlingLa tensión ha inundado el ayuntamiento de Alfafar en un nuevo pleno abierto al público, como ya ha ocurrido en otros municipios afectados por la DANA como Aldaia y Catarroja.
Las sesión se ha celebrado en la sala de juntas y no en la de plenos, con un aforo limitado a los miembros de la corporación y el secretario municipal, que ha generado mayor malestar entre los vecinos que no han podido acceder y han pedido a gritos la dimisión del alcalde y de su equipo de gobierno al grito de "fuera" y "sinvergüenzas".
Adsuara ha informado a EFE antes de la celebración de la sesión plenaria que se había trasladado a la sala de juntas porque la de plenos estaba ocupada por las mesas para la atención de las víctimas y se trasladaba a una sala de reuniones. También ha indicado que no podía retransmitirse tampoco en directo vía streaming.
Las protestas han ido dirigidas al equipo de gobierno y sobre todo a su alcalde, Juan Ramón Adsuara, quien ha aguantado como ha podido los gritos de dimisión, amenazando, en un momento dado, incluso con suspender la sesión si seguían con esa actitud. El enfado y la indignación que han transmitido los afectados se ha centrado, como en otros municipios, en la ausencia del aviso a la población en la fatídica tarde del 29 de octubre, y en la gestión posterior.
Los vecinos han criticado que el consistorio "monte paraetas en la calle" y no haya sido capaz de trasladar el pleno a la plaza para poder ser seguido por el pueblo y trasladar sus reivindicaciones. Algunos de los asistentes han recriminado al alcalde su gestión y que haya hecho "un Mazón" al "abandonar al pueblo", ya que han asegurado que les han llegado más ayudas de las localidades vecinas que de su propio ayuntamiento.
Tanto la oposición, como las asociaciones vecinales han reclamado la creación de un comité local de emergencia que permita que los afectados puedan participar en el proceso de reconstrucción. También se han dejado oír las reclamaciones de los vecinos, sobre todo del barrio Orba, uno de los más afectados por la barrancada, por la lentitud para que lleguen las ayudas y el exceso de burocracia para optar a las de Amancio Ortega. Además, han insistido en otros problemas como es la falta de iluminación en algunas calles.
El público a las puertas de la sala en Alfafar. À PUNT
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