Nacho Latorre Puentes solitarios que surgen entre viñedos como falsos arcos de triunfos; largas alcantarillas de hormigón armado que encauzan enjutas ramblas; túneles ocultos entre trincheras profundas; grandes viaductos en medio de la nada y de funcionalidad insospechada... y así hasta 172 infraestructuras diseminadas por los términos de Venta del Moro, Requena y Utiel. Ahí estamos junto al amigo José Alabau inventariando todas las construcciones legadas por el Baeza-Utiel, ese gran proyecto ferroviario que tanta ilusión generó en la comarca, amén de prosperidad con los jornales de las obras.
Un proyecto ambicioso con el objetivo de comunicar por tren Algeciras con el sur de Francia enlazando importantes zonas desasistidas en comunicaciones. Era el gran tren del interior que conectaba y facilitaba la exportación de productos de zonas agrícolas y mineras: Andalucía, La Mancha, nuestra comarca, Aragón, Lérida... Demasiado bonito para ser verdad. Y así pasó, que después de numerosa obra construida entre 1929 y 1936, todo se paralizó, no se pusieron las vías y el tren nunca apareció. De la gran ilusión a la enorme frustración. No fue la primera, ni la última. El Baeza-Utiel posee el dudoso mérito de ser considerado uno de los grandes despilfarros ferroviarios.
El tren no apareció por estas tierras hasta 1885 con la línea Valencia-Utiel, pero hubo que esperar hasta 1947 a que se conectara ya con Cuenca y de ahí a Madrid. Pues bien, esta línea que lleva ya décadas maltratando a sus usuarios, desde el temporal de Filomena de principios de enero se encuentra sin servicio. La única línea de tren de España que no se ha restaurado el servicio tras el temporal. La puntilla que faltaba. De una lentitud exasperante (siete horas y media Valencia a Madrid; casi dos horas Utiel-Valencia); con retrasos continuos (un 35% de retrasos en 2019) [digresión: en uno de sus eternos parones unos amigos se conocieron, enamoraron y ahora forman una familia con dos hijos gracias al tren de Cuenca]; con casi nula inversión en la infraestructura; con estaciones como la de Requena con 20.000 habitantes sin ni siquiera taquillero; con supresión de servicios, apeaderos y, para más inri, horarios fatales; de 2008 a 2015 sin parar en el centro de Valencia... Para qué más. Un tren que da servicio a pueblos del interior como Camporrobles, Cardenete, Huete, Víllora, Arguisuelas, Carboneras (pueblo del que desciende el propio ministro que le condena, el sr. Ábalos), San Antonio... Un tren que podría servir muy provechosamente para ir desde Requena y Utiel a Valencia o Cuenca y Madrid y cuyas prestaciones le condenan a la deserción. Mientras la UE apuesta por el tren como un medio de transporte sostenible, ecológico, seguro y asequible, en España unos políticos y otros destinan casi toda la inversión a las líneas AVE y desatienden las cercanías y los convencionales. ¿Cómo puede ser que España sea el segundo país del mundo tras China en líneas AVE? El AVE conecta los territorios de alta densidad de población, pero aísla a grandes áreas rurales en toda España, donde el remedio y sustituto es el vehículo privado. Y que no hablen de rentabilidad, porque ni los corredores de AVE lo son.
Me dirán que llegó el AVE a la tierra y ahí está esa infrautilizada estación de Requena-Utiel en medio de la nada que espera esos trenes lanzaderas baratos de los que se hablaba, por no decir de las frecuencias y malos horarios a que han sido reducido sus servicios.
No dejemos que se muera la línea convencional Valencia-Cuenca-Madrid y apostemos también por una buena línea de cercanías rápida y al estilo del siglo XXI con fin de término en Camporrobles. Otro Baeza-Utiel no, please o porfi.
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