Una de las campas de vehículos que se están retirando. EPDAMaría C. acababa de comprarse un coche de segunda mano del año 2001 en el mes de mayo del año pasado. Para ello, recurrió a un préstamo de 3.000 euros con el banco para pagarlo con su trabajo en una cadena de restaurantes, que compaginaba con sus estudios universitarios. Todo se torció en la tarde del 29 de octubre, cuando la riada se llevó por delante el vehículo que tenía aparcado fuera del restaurante en Alfafar, junto al MN4.
La joven, de 25 años, también perdió su casa familiar en Catarroja, pero, por si fuera poco, las cosas fueron a peor, cuando tres semanas después de la DANA, la cadena de restaurantes la trasladó a un establecimiento en Paterna. Sin posibilidad de transporte ni público ni privado, tuvo que recurrir a un segundo préstamo para adquirir un nuevo coche, a la espera de que el Consorcio de Seguros le indemnizara por el primero.
Dos meses más tarde, recibió un ingreso de 750 euros, sin más noticias. Este era el valor tasado por el vehículo, con el 20% más que el Gobierno había establecido. “No me ha llegado ni para pagar el préstamo que saqué”, explica María, que se acogió a la moratoria establecida de tres meses. “Es injusto que me den esa cantidad por un coche que me costó 3.000 euros hace apenas unos meses. No he tenido ningún accidente, no ha sido culpa mía”, protesta. “Ahora tengo que hacer frente a dos préstamos y ya veremos”, añade.
María no quiere ni hablar de las ayudas del Gobierno para la compra de un coche. “Si no me llega para comprarme uno de segundo mano, no sé si se creen que dándome 10.000 euros puede comprarme uno nuevo”.
Reclamaciones
Esta podría ser la historia de otros muchos afectados por la DANA en l’Horta Sud, como bien sabe el perito German Zaragozá, que desde un local de Paiporta, junto a otros compañeros, atiende cientos de casos de este tipo para reclamar al Consorcio de manera voluntaria.
“El caballo de Troya está en las indemnizaciones a la baja, sin criterio técnico, sin respetar las pólizas de los asegurados y con una actuación negligente por parte de peritos que, con tal de hacer 1.000 informes y hacer el agosto, dejan la moral a un lado y son capaces de indemnizar 750 euros por un vehículo que en el mercado de segunda mano no lo compras por menos de 2.500”.
“Aunque no olviden, todos los profesionales tienen seguros de responsabilidad civil y, evidentemente, una peritación negligente para el propietario del vehículo es claramente una responsabilidad civil del perito que firma el informe erróneo, y más aún cuando la reincidencia es evidente”, añade.
Zaragozá explica que “hay otra administración que también forma parte del partido y, de momento, ha estado en silencio absoluto”. “Es la dirección general de Seguros que tiene que velar por los intereses de los asegurados. Se encarga de controlar e implantar sanciones en las conductas negligentes de las compañías de seguros, como un árbitro, pero el problema principal viene cuando es ese mismo árbitro el que preside el Consorcio y a la vez la dirección general”, advierte.
Peritaciones
Las peritaciones de los vehículos afectados por la DANA están siendo muy complicadas. Hay casos en los que el seguro obliga a tener fotografías. “Mi coche desapareció con la riada, se lo llevó el agua y no aparece en ningún sitio. El Consorcio me pide fotografías, pero no puedo encontrarlo”, comenta Karen, de Catarroja.
Otros estaban aparcados en segundos sótanos y han perdido toda la documentación, pero para seguir con el expediente, el seguro pide el permiso de circulación y la ficha técnica del vehículo. “He pedido ambos documentos a la Dirección General de Tráfico y me han contestado que no me los pueden dar porque mi coche está de baja temporal que ellos mismos tramitaron sin mi consentimiento”, alude otro afectado del mismo municipio.
El problema se agudiza con la retirada de las campas sin orden ni control, que ha provocado que muchos propietarios sigan sin encontrar sus vehículos por ningún sitio, ni siquiera con los buscadores habilitados, sobre todo en Catarroja. Esta situación ha llevado a muchos de ellos a presentar una denuncia por robo en la Guardia Civil para tratar de encontrarlo, más que nada porque se han retirado los turismos sin ningún tipo de información a sus dueños.
El Consorcio sigue actuando de la misma manera que al principio en la mayoría de los expedientes. Pide la documentación del vehículo y las fotografías, y en cuanto se tramita, hace el ingreso, sin comunicarlo al propietario. Además, los teléfonos para ponerse en contacto suelen estar saturados y la atención es deficitaria. Esta situación ha hecho desistir a muchos afectados de interponer una reclamación. Un problema más que se añade a las complicaciones provocadas por la DANA.
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