Suhaila en la playa. EPDA. Salir delante del jurado de Got Talent siempre es una experiencia difícil, pero si además tienes seis años y muchos estereotipos que romper, el espectáculo se convierte en inolvidable. Eso fue lo que hizo Suhaila, nacida en el Port de Sagunt, cuando decidió quitarse el vestido de princesa y cambiar la canción de Frozen por una más adecuada con su talento: los ejercicios de fuerza. “Cuando estábamos confinados, pasamos dos meses entrenando y fue cuando descubrí el talento que tenía”, cuenta su padre Jorge. Flexiones, sentadillas, levantamiento de peso… Según su padre, no hay ejercicio que se le resista: “Yo siempre he hecho ejercicio en casa, y desde los tres años me intentaba imitar. Hacía cosas que yo no podía, cuando llevo diez años entrenando en un gimnasio”.
Como cuentan sus padres, el confinamiento sirvió para que quisiera mostrar su talento subiendo vídeos a Instagram. En principio, servía para que lo viesen familiares y amigos, pero poco a poco la cuenta llegó a los mil seguidores. Sin embargo, su padre matiza que no está llevando un entrenamiento duro, sino que Suhaila entrena cuando quiere, y rechaza los métodos de presión que en ocasiones se siguen con los niños en los deportes. Comentan que su hermana, de cuatro años, a veces también intenta realizar ejercicio con ella, pues el gusto por el deporte es transversal en la familia. Los padres dejaron en manos de Suhaila la decisión de participar en el concurso. Jorge señala que seguramente ella no se “había dado cuenta de la magnitud”, pero “quería salir en televisión” y el hecho de encontrarse sola “impone mucho”. Los tres jueces le dieron el ‘Sí’ en la primera fase, tras un espectáculo en el que Risto quedó impresionado por su fuerza. “Nunca había hecho sus ejercicios delante de nadie, y al principio se le veía cortada, pero cuando empezó a sonar la música le cambió la cara y los nervios desaparecieron”, señala Tamara.
“Su pasión en realidad es el fútbol, mucho más que hacer gimnasia -afirma su padre- y no va a ningún sitio, sino que lo lleva innato”. Aunque Jorge apoya la idea de que Suhaila comience a entrenar en un equipo una vez termine la crisis, su madre advierte que sería la única chica del equipo. “Sería diferente si fuese alguna amiga suya, pero, aunque disfruta jugando, esa situación le cortaría”, admite.
Cambio de estereotipos
De ahí la importancia de los referentes y el cambio de estereotipos que defendió en su aparición televisiva. “Ella igual juega con muñecas que se pone las botas para fútbol, pero se pregunta por qué las jugadoras no salen en sus cromos.”, dice Jorge. Los padres entienden que la realidad está cambiando, y Tamara se alegra de que en el colegio intenten inculcar nuevos valores. “A ella le gustaría que se cambiaran los roles, estos deportes no tienen por qué ser solo de chicos”, defiende. Concluyen que los niños tienen que hacer lo que les nazca, y evitando que realicen ciertas actividades se puede estar ocultando el talento. “Muchos padres piensan así, y yo prefiero que mi hija haga lo que le gusta y le haga feliz”, se enorgullece la madre.
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