Gente en la playa, sin distancia de seguridad. EPDA El cierre de la hostelería, una de las medidas de la Generalitat para limitar los contactos sociales de la población, está trasladando a otro espacios de la ciudad la vida social, en plena tercera ola y con los contagios disparados en la capital.
Y es que, los días de buen tiempo, están favoreciendo que la población acuda de manera masiva a espacios al aire libre, rompiendo así las indicaciones de las autoridades sanitarias que han prohibido encuentros sociales en grupo, tanto en viviendas como en la vía pública.
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Tanto las playas de Valencia, especialmente la Malvarrosa y las Arenas, como los jardines del Turia se han convertido en un hervidero de personas en los últimos días y desde que se ordenara la bajada de persianas en bares, restaurantes y centros de ocio. Haciéndo deporte, comiendo, paseando a las mascotas y divirtiéndose en general. Los motivos son variados.
Es una estampa cada vez más común, que está provocando mucha indignación en redes sociales, especialmente después de que la capital haya superado la incidencia de 1.300 casos a 14 días. Y es que, muchos de los participantes en estas aglomeraciones lo hacen sin mascarilla, ni guardando la debida distancia de seguridad.
El riesgo de contagio es "extremo" en Valencia, de acuerdo con los baremos del propio Ministerio de Sanidad, motivo por el cual la ciudad estará cerrada fines de semana y festivos. Una orden que parece no ir acompañada de un aumento de la seguridad, que impida este tipo de encuentros sociales en plena calle.
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