Vista del Nou Mestalla. /EPDA
Valencia se queda sin mundial. Al menos así lo confirman varios medios deportivos nacionales que señalan a Vigo y la capital del Turia como las ciudades descartadas de la cocandidatura española al mundial 2030 que organizará junto a Portugal y Marruecos, y que además tendrá sus dos partidos iniciales en Uruguay y Argentina.
A pesar de que la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) no ha querido confirmar la noticia, puesto que no presentará el listado oficial de sedes el próximo 31 de julio, todos los medios coinciden en señalar que la reunión mantenida en Agadir con el resto de países organizadores se cerró con el acuerdo firme de que España sólo tendría 11 sedes durante el mundial 2030 y, ahora mismo se reparten así: dos estadios en Madrid, dos en Barcelona, dos en el País Vasco, dos en Andalucía, uno en Zaragoza, Gran Canaria y A Coruña, para que Valencia consiga una plaza otro estadio deberá perder el mundial.
Los medios nacionales apuestan porque no habrá modificaciones en la lista y coinciden en calificar como “oficial” la exclusión de Valencia de la lista mundialista, el diario Marca incluso ha publicado el vídeo en el que se presentan las 11 sedes.
De ser cierta la lista presentada, Valencia quedaría fuera por culpa de la incapacidad de alcanzar un acuerdo para resolver el proyecto del Nou Mestalla. Una incapacidad que no sólo se debe a los rifi rafes políticos, sino al poco interés de la empresa propietaria del Valencia Club de Fútbol, Meriton Holdings, en construir el estadio. Los empleados de la empresa dirigida por Peter Lim han retenido en varias ocasiones los convenios que había que presentar a la FIFA pidiendo cláusulas a medida que le permitieran retirarse de la candidatura si los políticos no le daban las garantías que exigía o pidiendo, igual que han hecho otros clubes, que los gastos del partido corrieran a cargo de la FIFA y no del dueño del estadio.
En el ayuntamiento de Valencia, por su parte, María José Catalá no ha logrado alcanzar acuerdos con su socio Vox, y hasta esta misma semana no otorgaba la licencia de obras para reanudar el Nu Mestalla y las condiciones urbanísticas para Meriton.
El CSD pide a la RFEF incluir a València en la propuesta para el Mundial 2030
El Consejo Superior de Deportes (CSD) ha pedido este jueves a la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) que València sea una de las trece sedes con la que España cuente en el Mundial 2030, una ciudad que no está dentro del dosier que iba a presentar la RFEF a la FIFA y que cuenta con once estadios de nueve ciudades.
El valenciano y presidente del CSD, José Manuel Uribes, planteó este jueves en una carta que la RFEF lleve una propuesta "de máximos" a la próxima reunión y que en ese dosier también se incluyan València y Vigo como ciudades que puedan ser sedes del Mundial 2030, que España comparte con Portugal y Marruecos.
Ahora, tras la petición del CSD, el Valencia tendrá que seguir dando pasos adelante en la construcción del Nou Mestalla, parado desde hace ya más de quince años, aunque el pasado viernes el Ayuntamiento de la ciudad le otorgó la licencia de obras, el paso inicial para la vuelta de las grúas al terreno de la avenida Cortes Valencianas.
No obstante, en esa misma licencia de obras se incluye que el Valencia tendrá la obligación de terminar el estadio en un plazo de treinta meses si quiere conservar sus derechos urbanísticos en la zona anexa, que incluye una zona de terreno terciario, con la que podría sacar beneficios patrimoniales.
Asimismo, como segundo paso para reiniciar las obras, este mismo miércoles el PP, Compromís y el PSOE -estos dos últimos en la oposición del consistorio- acordaron llevar al próximo pleno de este mes de julio una moción conjunta para aprobar las 'fichas urbanísticas' en relación al Nou Mestalla, que incorporan las condiciones que debe cumplir el club para tener con esos 'derechos' urbanísticos.
Esas fichas cuentan con la realización de una auditoría externa que evalúe el coste del estadio, cuyo resultado tendrá que depositar el Valencia a modo de fianza previa al inicio de las obras para que en caso de volverse a parar, sea el propio Ayuntamiento quien las pueda seguir, mientras que también se acuerda la obligación de que el club pague el coste del polideportivo de Benicalap como contraprestación a esos beneficios urbanísticos.
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