El Centro Aragonés de Valencia celebra el Día del Pilar. /J.S.Murgui Ha sido un momento cargado de lágrimas cuando en la Santa Misa hemos oído con una fuerza que sale del alma: “Dos besos traigo en los labios, pa' mi Virgen del Pilar: Uno me lo dio mi madre, uno me lo dio mi madre, el otro mi soledad”.
Desde el día once de octubre por la noche hasta entrado el medio día doce, el Centro Aragonés de Valencia, ha rendido culto cantando y bailando a los pies de su patrona la Virgen del Pilar en la iglesia del mismo nombre en la ciudad de Valencia.
El día once a las diez de la noche salen los componentes del Centro Aragonés desde su casa en la calle D. Juan de Austria y cruzando el centro de la ciudad con cantos de jotas y al son de guitarras, bandurrias y laudes, llegan a la monumental iglesia del Pilar para rendir ese tributo de amor a su titular y patrona.
Es una noche hermosa, romántica, emocionante, porque la Virgen del Pilar, siendo la Patrona de Aragón, toca de cerca muchos corazones en muchas de las regiones de España y el hecho de que un grupo de Valencianos-Maños o viceversa, acudan cada año a festejar a la Pilarica es el más alto y generoso baluarte que le pueden ofrecer.
La mañana del día doce de octubre, luce radiante, luminosa y brillante, porque las jotas vuelven a inundar la ciudad y algo muy importante a tener en cuenta es la gran cantidad de seguidores que salen a la calle a acompañar a estos grandes músicos, que impregnan de la jota aragonesa el corazón de Valencia.
No faltan las flores que ofrendan a la patrona, se confunden los trajes regionales que forman la comitiva y ese amor queda plasmado acercando el testimonio de la Virgen del Pilar al pueblo valenciano.
Llegaron al templo cantando: “… Le daré la despedida, la que Dios quiso en lo alto: ¡Gloria al Padre, Gloria al Hijo y Gloria al Espíritu Santo…!” y tras depositar los ramos de flores en las manos del Párroco: Antonio Ros Talaero, comenzó la Santa Misa, que en todo momento fue acompañada por los cantos y música del Centro Aragonés de Valencia.
Las jotas e instrumentos de cuerda llenaron el templo: “Con gozo todos unidos, nos acercamos, hasta tu altar. Traemos dentro del alma y en nuestros labios ese cantar… Padre del cielo y la flor, Dios del anciano y del niño, del aire de nuestra jota, de nuestra amorosa voz…”, “Señor ten piedad de nuestras culpas, de riñas odios y enfados, cuantas veces te ofendemos, ¡Cristo ten piedad, aviva el amor de hermanos, ten piedad de nuestras culpas!”. ¡Que voces y que cantos tan sencillos!
En el momento de las ofrendas el Señor Cura Párroco, Antonio Ros, ha bendecido el manto que el Centro Aragonés de Valencia ha regalado a su patrona. Los cantos han resultado emocionantes pues un varón le ha cantado a la Virgen esta jota: “Cuanto deben de llorar, Virgen del Pilar Hermosa, los que están lejos de España y no te pueden besar, ¡Virgen del Pilar hermosa!”
Un dúo le ha cantado con dos aterciopeladas voces esta letra: “Se la dedico a una maña, está jota que yo canto, se la dedico a una maña, ¡que es la Virgen del Pilar, que es la Virgen del Pilar, patrona de toda España!”
En todo momento la música y las voces han animado una celebración cargada de fe y sentimiento, afirmando la unión entre Aragón y Valencia.
Antonio Ros, agradeció todos estos gestos y los cantos de la Eucaristía y un caluroso aplauso puso el broche a esta celebración. El exterior del templo y plaza del Pilar estaba llena de público que acompañó a los músicos del Centro Aragonés en su pasacalle por las calles de Valencia, presididos por su Banderín o estandarte que abría paso a tan maravilloso acto.
Enhorabuena y por muchos años que podamos celebrar esta especial fiesta a la Virgen del Pilar.
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