La fachada de una finca deteriorada por las micciones de los perros. EPDALos vecinos de un bloque de la calle Mariano Aser de Burjassot llevan años aguantando las molestias que provoca el pipicán del Parque de la Granja que tienen a escasos metros de las viviendas, al alcance de ventanas y balcones. Olores insoportables y ladridos de perros las 24 horas del día, que se agudizan en verano, son algunos de los problemas que reclaman los vecinos al Ayuntamiento para que actúe.
La instalación “impide que podamos descansar y abrir las ventanas de nuestras casas”, advierten. “Mi vivienda está literalmente encima del recinto, y me da asco, angustia y me crea ansiedad. No puedo ver la tele, ni leer, ni estudiar, ni estar tranquila en mi casa”, comenta una afectada y eso, durante 19 años, aunque cada vez hay más perros y aumentan los ruidos y los problemas, añade.
A esto se suma las micciones de los canes que se acercan a disfrutar del recinto en las fachadas de las fincas más cercanas, antes de llegar. “Tenemos nuestra comunidad que da vergüenza porque el orín de los perros ha deteriorado la fachada y la pared del parque”, explican.
Recogida de firmas
“El pipicán esta situado en una zona totalmente inadecuada, zona de paso de personas. Los perros se tiran a la verja por donde circulan las personas que atraviesan el parque, los niños que salen del mismo e incluso se producen peleas entre los animales y los dueños”, comentan y por ello han solicitado varias veces el traslado del recinto a un “lugar más adecuado”. Ahora su reivindicación se apoya en una recogida de firmas que han iniciado.
La respuesta de las autoridades, según explican los afectados que ya han remitido varios escritos al Consistorio, se remiten a las normas de uso que deben respetar los usuarios e instan a “comunicar los comportamientos que no cumplan la normativa, para poder identificar a los infractores, sancionarles debidamente y lograr así el mejor funcionamiento de estas instalaciones”.
Respecto a la identificación de los infractores, los vecinos advierten de que “la Policía Local no interviene, pues no es de su competencia y nos indican que los usuarios están dentro de las instalaciones habilitadas para tal fin, y la Policía Nacional tampoco lo hace”, por lo que el problema persiste y se repite.
Por ello, denuncian el incumplimiento de varias ordenanzas municipales respecto a los animales de compañía y la convivencia. Ponen como ejemplo las molestias por ruido y vibraciones, que regula los relativos a animales domésticos y aparatos de aire acondicionado. Las prohibiciones expresas dicen desde las 22 hasta las 8 horas, y entre las 15 y las 17 horas, no se puede dejar en patios, terrazas, galerías y balcones, animales que con sus sonidos, gritos o cantos perturben el descanso de los vecinos.
De momento, los afectados aseguran que "ya no pueden más" y anuncian movilizaciones para poner fin a una situación que llevan aguantando durante décadas.
Desde el Ayuntamiento advierten de que se ha planteado la posibilidad de establecer un horario de uso del pipicán, pero que entorpecería la posibilidad de bajar al perro para las personas que trabajan con horarios diferentes. Además, explican que se refuerza la limpieza de estas zonas en verano y se reponen escobas, recogedores y mangueras, para evitar los malos olores.
Las mismas fuentes municipales se refieren a "actitudes incívicas" y responden que la única solución ante ladridos y voces es advertir a la Policía Local cuando son recurrentes.
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