Frente al marrón que casi dos semanas después de la DANA sigue muy presente en la calles de Aldaia, los niños de uno de los colegios de este pueblo de Valencia han comenzado este lunes a dar forma y color a un mural coincidiendo con su regreso a clase, un paso más en la ansiada vuelta a la normalidad.
'Somos un pueblo vivo y de color, nos levantaremos' ha sido el lema elegido por el centro educativo público Ausiàs March para emprender esta pequeña gran hazaña creativa, con la que los docentes pretenden 'pintar' una realidad más amable para los chicos que han podido reencontrarse con sus compañeros.
"Pretendemos darle mucho colorido al mural. Llevan tantos días viendo marrón y barro que la idea es que vuelvan a poner en su sitio las casas de Aldaia", explica a EFE el director del colegio, Miguel Montesinos, a cuyas aulas han vuelto en esta jornada cerca de 400 alumnos de Educación Infantil y Primaria.
Aunque al mural que han empezado a dibujar no le falta el color, lo que algunos de los alumnos más pequeños han empezado a recoger en él no es en absoluto ajeno al drama vivido y pone de manifiesto buena parte de lo que han vivido: personas limpiando con palas y escobas en medio de enseres amontonados y mucha lluvia.
"Los alumnos tenían muchas ganas de volver, de reencontrarse con sus amigos, de ver a los profes", señala por su parte a EFE otra de las docentes, Araceli Sánchez, quien detalla que la idea ha sido retomar las clases de una manera más lúdica.
'Expresar emociones'
Este mural, donde niños y niñas han podido recoger las diferentes vivencias de estos últimos días y que irá completándose paulatinamente, pretende ser uno de los cauces para que el alumnado exprese sus emociones.
De hecho, siguiendo las recomendaciones de la Conselleria de Educación, buena parte de esta primera jornada lectiva tras la dana ha estado centrada en esa tarea de comunicar y escuchar todo lo ocurrido como parte del proceso para empezar a superarlo.
"Estábamos un poco asustados por si los niños venían muy afectados por la dana, pero me comentan los tutores que está yendo bastante bien", dice el director del colegio, al que ha asistido la práctica totalidad del alumnado "con total normalidad".
Incluso en este primer día de vuelta a clase tras la dana el colegio ha retomado el comedor, explica María José Canoves, monitoria de este servicio que no oculta su alegría de un retorno que ve "muy positivo": "Están todos muy contentos y alegres, han comido como siempre, bien".
Entre esa alegría del regreso se mezcla a su vez la realidad de lo vivido, comenta otra trabajadora que se ha hecho eco de la conversación entre dos alumnos: "¿Te acuerdas del parque? Pues ya no está".
'Afrontar la tragedia'
La manera de afrontar la tragedia también varía en función de la edad del alumnado, de forma que los más pequeños son en general más ajenos a lo vivido mientras los más mayores, de sexto de Primaria, sí tienen mucha más dimensión de lo ocurrido.
María Álvarez, maestra de ese curso, cuenta a EFE que algunos siguen incluso asustados ante la previsión en la zona de una nueva dana y, aunque ella no tiene en clase a ningún familiar directo de una víctima, sabe que en el centro sí hay hijos de fallecidos o desaparecidos.
Este colegio, que ha tenido que ser limpiado y desinfectado pero que no ha sufrido problemas estructurales, será además uno de los que en los próximos días reciba a alumnos de otros centros de la localidad dañados, en concreto del CEIP Mariano Benlliure.
Será entonces cuando los niños de uno y otro colegio, junto a sus profesores, intenten regresar poco a poco a la normalidad y traten de seguir "poniendo color en medio tanto marrón", como resume una maestra.