Ana Torrent, Alicia Borrachero y Jorge Calvo protagonizan Las criadas, de Jean Genet, en versión de Paco Bezerra y dirigida por Luis Luque, una función que se estrenó en las Naves del Español (Madrid) con llenos diarios y que se encuentra ahora inmersa en su gira por el territorio nacional. El 7 de noviembre en el Auditori de Torrent a las 19:00h.
Genet escribió Las criadas cuando aún estaba en la cárcel. Estrenada en ParÃs en 1947, describe el submundo de las sirvientas, en cierto modo un submundo que guardarÃa paralelismos con el del propio Genet. Aunque en su estreno sufrió la repulsa de gran parte del público y la crÃtica, pasados los años se ha considerado uno de los textos dramáticos clave del teatro del siglo XX.
Sinopsis de 'Las criadas'
Las hermanas Claire (Ana Torrent) y Solange (Alicia Borrachero) son las criadas de una Señora (Jorge Pardo) de la alta burguesÃa francesa. Todas las noches inician una ceremonia perversa, un ritual donde la realidad y la ficción se mezclan en un peligroso juego de cambio de identidades. Claire es la Señora y Solange es Claire. Solange es la Señora y Claire es Solange, las hermanas alternan los papeles constantemente, ninguna existe por sà sola porque son dos rostros de un mismo personaje. La Señora representa para ellas la cima de la pirámide, la luz donde se refleja el deseo de ser otra. Por eso las hermanas se visten, juegan y se convierten en una simulación de ese ser divino que es la Señora. La inquina y la rabia de ser conscientes de su destino de criadas les llevará, de un modo inevitable, a un desenlace fatal.
Notas del director
Observo la foto de Jean Genet que me mira desde la portada de un libro. Un libro que utilizo a modo de portarretratos. He mirado esa foto durante meses, he hablado con ella, le he preguntado y le he rezado. Un dÃa soñé que entraba en una habitación que estaba toda pintada de color blanco, en el sueño no podÃa salir de la habitación, el blanco lo ocupaba todo, el sueño se tornó en pesadilla. Cuando me desperté pensé que, si hubiera un infierno, ese serÃa como esa habitación, todo pintado de color blanco. Claire y Solange, nuestros personajes protagonistas en Las criadas, habitan un lugar que bien podrÃa ser un infierno blanco. Una habitación blanca donde viven las hermanas, una estancia o vestidor, umbral del gabinete de la reina. Lo blanco, lo impoluto, lo liso, lo pulcro se convierte de esta manera en metáfora de la enfermedad del gran burgués. En este espacio escénico despojado de objetos y muebles, las hermanas Claire y Solange imaginan los espejos, las joyas y los fastuosos vestidos de su señora. La luz sofocante ahoga a estas criaturas en una atmosfera de locura sin comienzo y sin fin.
La elección de Ana Torrent y Alicia Borrachero no es casual. Con Ana, que ya nos habÃamos enamorado y querÃamos seguir explorando juntos, encontré a la Claire perfecta, un personaje que quiere ser y suplantar a su señora. De Alicia solo puedo expresar mi agradecimiento y mi admiración. Una fuerza conmovedora y una verdad interpretativa recorren el alma de Alicia para abordar el personaje de Solange. La Señora es Jorge Calvo, la elección de un actor para interpretar a la señora es un claro sÃmbolo para entender el universo de Genet, también asÃ, apuntala el conflicto de la identidad que subyace en toda la obra. ¿Esta señora es asà o es un reflejo odioso de sus criadas? Es una pregunta que queda como provocación al público.
En toda obra dramática florecen ideas o preguntas que intentamos mostrar al espectador. Muchas son las cuestiones que afloran en Las criadas: el conflicto de la clase social, el conflicto de la identidad, de lo que somos y en realidad de lo queremos ser... Las grandes pasiones humanas en los personajes: lo que anhelan, lo que sufren, lo que envidian, son los rasgos que nos hacen empatizar con ellos, son esos rasgos los que nos hacen de espejo de nuestras propias pasiones. Si me preguntaran para mà cuál es la cuestión más importante en esta obra es que la vida si sentir amor no es vida. SÃ, la vida sin amor no es vida, solo es caos y locura.
Notas del equipo artÃstico
Ahora que se encuentra tan en boga la disyuntiva de si hay que separar, o no, la obra del artista -dependiendo de lo ejemplar, o no, que haya sido la vida de éste-, cabrÃa destacar la pregunta: ¿desde cuándo la vida de un creador ha tenido la obligación de ser modélica? ¿Se es mejor artista en cuanto se es mejor padre, mejor esposo o mejor ciudadano? Y, sobre todo: ¿qué aporta esta ejemplaridad a la obra del autor? ¿Influye la excelencia de vida de un artista en el resultado cualitativo del producto que ofrece? ¿O es que, además de ser buen arquitecto, buen cocinero o buen equilibrista, se ha de ser, también, buena persona? ¿DeberÃa la vida de un creador ser un ejemplo a seguir, tener un buen expediente? ¿Estamos hablando de arte o de qué estamos hablando?
Jean Genet, antes que dramaturgo, fue ladrón, adicto a las drogas, chapero, convicto, hijo no deseado de madre prostituta y padre desconocido. "Fui a través del robo hacia una liberación, hacia la luz". Y es que sucedió que, justo en la cárcel, al encontrarse rodeado de vidas miserables, truncadas y sin futuro, Genet experimentó el trascendental deseo de la creación artÃstica escribiendo la pieza que están a punto de presenciar, Las criadas: un infierno obsesivamente aséptico y esterilizado, en nuestra propuesta, donde la pureza monocromática funciona de antÃtesis a la extraña rutina de normalidad que pretenden enseñarnos estas dos sirvientas profundamente desgraciadas e infelices. "Yo escribà en prisión. Una vez libre me sentà perdido". ¿Será que la libertad es, realmente, la cárcel más grande de todas las cárceles?