El municipio de Chera se ha unido a la red de municipios solidarios que está acogiendo a once refugiados de Ucrania. Nueve de estos once ha llegado gracias a la iniciativa de este ayuntamiento de la comarca de Requena-Utiel, mientras que los otros dos han llegado después de que un particular ofreciera su casa en el pueblo.
Los nueve primeros refugiados llegaron ayer a Chera tras un largo viaje, coordinado por la ONG Juntos por la Vida, desde la localidad de Irpín, un municipio cercano a Kiev que ha recibido lo peor de la guerra. Los refugiados, o más bien refugiadas, porque todo son féminas menos un niño de 9 años, llegan a la localidad gracias al arraigo de una de sus integrantes, una mujer que estuvo viniendo desde niña a la localidad dentro de las iniciativas de apoyo a los niños desplazados de Chernobyl, y que seguía manteniendo contacto con su familia de acogida en Chera.
El ayuntamiento ha ofrecido a los refugiados la antigua Casa Forestal de la localidad, que permanecía cerrada desde hace años, y en la que han trabajado durante semanas voluntarios y operarios municipales para convertir en habitable este inmueble de dos pisos, dos cuartos de baño y dos cocinas, y que ha sido amueblada con la colaboración de los vecinos de este pequeño pueblo que se ha volcado con sus nuevos vecinos ucranianos.
El ayuntamiento ha empezado a facilitar a sus nuevos vecinos los trámites para el empadronamiento y poder acceder a los servicios básicos como la sanidad universal o la escolarización de los más pequeños, e incluso han habilitado una cuenta bancaria para que los vecinos que lo deseen puedan colaborar.
El alcalde de la localidad, Alejandro Portero, ha agradecido a todos los vecinos que han demostrado su solidaridad, así como a los operarios que han colaborado en arreglar la casa forestal donde ahora descansan sus nuevas vecinas, señalando el gran valor del esfuerzo que ha realizado toda la sociedad de Chera para que el municipio sea una población refugio.
De hecho los vecinos han puesto mucho interés no sólo en donar dinero o muebles, sino que casi medio centenar de vecinos acudieron a una charla para conocer como tratar con personas que llegan de un evento tan traumático como una guerra así como de las diferencias culturales con Ucrania, especialmente en lo que al espacio personal se refiere.