Los comercios centenarios son una seña de identidad de los municipios. Una riqueza patrimonial que merece ser cuidada. Pese a que son numerosos los negocios de 'toda la vida' que han ido cerrando sus puertas ante la imposibilidad de competir en igualdad de condiciones con las grandes superficies o la venta online, todavía cabe la posibilidad de realizar una interesante ruta por establecimientos con solera que se están enfrentando a la pandemia con el bagaje de haber superado numerosas situaciones complicadas en su larga existencia.
REQUENA
La visita empieza en Requena. Textiles Jordá es seguramente el negocio más antiguo de la comarca y, del sector textil, de toda España. José Jordá Marín y Mª Antonia Roda Bada lo fundaron en 1846 y durante 175 años ha mantenido su actividad fiel a la filosofía de respetar al cliente por encima de todo y ofrecer el mejor servicio con la mejor calidad. Textiles Jordá continúa en la misma ubicación que nació: la calle El Peso, que soportó la antigua carretera de Madrid a Valencia en la época en que Requena era aduana de Castilla y donde se pesaba la mercancía para recaudar los impuestos.
En esa misma vía nos encontramos con otros negocios centenarios como Casa Valeriana y la Farmacia Iranzo. Esta última fue fundada en 1916 y es la farmacia más antigua de Requena además de una de las más antiguas de la Comunidad Valenciana. Por su mostrador, que todavía hoy mantiene la esencia de sus orígenes, han pasado tres generaciones de farmacéuticos adaptándose a los tiempos y combinando profesionalidad e iniciativa para seguir ofreciendo a sus pacientes todos los servicios que la sociedad del siglo XXI demanda. Casa Valeriana, por su parte, data, al menos, de 1903 y sus actuales propietarios continúan con el negocio que pusieron en marcha sus antepasados y en el que siguen ofreciendo un servicio exquisito y el mejor producto.
UTIEL
En Utiel, hace dos siglos, un emigrante catalán, Valentín Solá fundó Casa Solá, referencia del sector textil desde aquel 1891 en que levantó por primera vez la persiana y que continuó siéndolo a lo largo de los años, incluso después de ser adquirida por una asociación de comerciantes en 1936. A partir de entonces, conocida ya como Sucesores de V. Solá, continuaron expandiendo su prestigio en el textil convirtiéndose en el principal comercio de toda la Serranía de Cuenca.
Tanto el textil como las mercerías han sido los sectores que mejor han resistido al paso de los tiempos y que mayor resiliencia han demostrado a la devastación provocada por las nuevas tecnologías. Así nos encontramos con negocios como la Mercería Paquetería Verdejo, en el número 15 de la calle Santa María; o la Mercería Oleana que, si bien aún no ha cumplido un siglo, tras más de 70 años de existencia mantiene toda su esencia. Su fundador, Manuel Tomás Palau la vendió a los hermanos Rueda en 1953 y fue conocida por no solo ser mercería sino también la Administración de Lotería de Amparo Ponce 'La Porrona'. Hace ya 18 años la adquirió Amador Gabaldón, su actual gerente quien reconoce que la compró como inversión con la intención de vender productos relacionados con los vinos y la música "pero la clientela ha sido la que al final me ha hecho mantener la mercería".
Existe constancia documental de que el Café-Salón Pérez proyectaba cine y disponía un coqueto salón de café para los espectadores aristócratas de Utiel y los alrededores desde el año 1911 aunque se cree que su construcción fue anterior a esta fecha. Fue el primer café utielano Matías Pérez, su primer dueño, ideó un local de alto postín que tuvo un tremendo éxito, y llegó a tener hasta un pequeño teatro burgués anexo más conocido como Cine Pérez. El Café-Salón Pérez se convirtió en uno de los puntos más importantes de la sociedad local y comarca, centro neurálgico para tertulias políticas, y reuniones de amigos y asociaciones.
CAUDETE DE LAS FUENTES
Seguro que no están todos los que son pero sí representan un buen ejemplo de los negocios de la comarca que han conseguido salvar cientos de vicisitudes. En Caudete de las Fuentes, los más longevos son los dedicados al sector alimentario. La Carnicería Mayte fue fundada por Marcelina, luego la regentó Pepín y más tarde la abuela de Mª Teresa Torres, la actual propietaria quien conserva junto a su marido, Manolo Gabaldó, el amor por la elaboración artesanal en todos sus embutidos. Una familia de carniceros conocidos como los Gaviras que también están presentes en Utiel.
El tío Orencio -tío abuelo de la actual propietaria- fue el fundador de otro de los negocios con más solera de la comarca. Se trata de Alimentación Viana, que, desde hace tres generaciones ofrece productos de primera necesidad a los caudeteñosen el número 14 de la calle Baja.
El Restaurante Casa la Abuela fue durante décadas el único bar de la comarca. La señora Esperanza, su fundadora, dio empleo a buena parte de la juventud del municipio y parte de la comarca. Así, Francisco Torres uno de sus mejores trabajadores, tras pasar de camarero a cocinero, decidió adquirir el negocio de quien lo recogió hace ya más de 20 años su actual propietaria, Mª del Mar. Un local bien conocido también pues era en el que se clebraban las bodas y los eventos sociales aprovechando el Paseo.
Fuera de esta categoría del sector alimentario y también acercándose a la centuria está el taller Broseta, un negocio familiar inciado por Luis Broseta y dedicado a la fabricación de herraduras para los burros. Tras tres generaciones, recientemente fue traspasado a Talleres y Recambios Jolvesa. También han vivido una 'mudanza' de la carretera de Madrid a la calle Arco, 75.