El Museu de Prehistòria de la Diputación ha finalizado su campaña estival de excavaciones en yacimientos valencianos, con distintos hallazgos entre los que destacan piezas líticas, fauna y restos constructivos y vegetales. En palabras del diputado de Cultura, Paco Teruel, "los trabajos efectuados por el Servicio de Investigación Prehistórica de la Diputación siguen marcando un referente en la investigación y la conservación del patrimonio valenciano. Estas intervenciones son una de las actividades primordiales del museo y tienen por objeto profundizar en el conocimiento de la prehistoria en nuestras tierras".
El programa de actuaciones de 2025 incluye excavaciones que abarcan "un amplio período cronológico, desde el Paleolítico medio hasta la época ibérica", explica la directora del Museu de Prehistòria (MUPREVA), Mª Jesús de Pedro. Durante los meses de verano "se han llevado a cabo significativas campañas de excavación en yacimientos relevantes de la provincia, como la Cova Foradada de Oliva, la Cueva Merinel de Bugarra, el Pico de los Ajos de Yátova y la Cueva del Sapo de Chiva, con la colaboración de diversas instituciones y prestigiosos investigadores", señala De Pedro, quien incluye entre el personal técnico a "numerosos grupos de especialistas y estudiantes de arqueología".
El responsable provincial de Cultura destaca "el apoyo de los ayuntamientos de Oliva, Bugarra, Yátova y Chiva, que han facilitado la realización de los trabajos de excavación en los respectivos yacimientos". En este sentido, Paco Teruel enmarca estos proyectos en el plan anual de intervenciones del Museu de Prehistòria, que tiene como objetivo "garantizar la protección y la difusión de nuestro rico patrimonio arqueológico, además de profundizar en el conocimiento de la prehistoria y la historia".
La Cova Foradada
La Cova Foradada de Oliva es "un yacimiento de referencia en el ámbito peninsular, una ventana al pasado más remoto", destaca la directora del MUPREVA. Mª Jesús de Pedro considera el yacimiento "fundamental para comprender el modo de vida de las últimas poblaciones neandertales en el actual territorio de la Safor, así como su sustitución por parte de nuestra especie Homo sapiens o humanos anatómicamente modernos".
En julio tuvo lugar la tercera campaña de excavaciones en la cueva para seguir explorando los últimos niveles del Paleolítico superior inicial, a fin de conocer mejor las primeras ocupaciones de los Homo sapiens en tierras valencianas. La intervención, dirigida por los arqueólogos Alfred Sanchis, del Museu de Prehistòria de València-SIP, y Aleix Eixea, de la Universitat de València, ha permitido descubrir piezas líticas, fauna y restos vegetales, producto de varias ocupaciones de la cavidad por parte de grupos humanos.
Entre el material lítico destaca la aparición de hojitas Dufour, elementos típicos del Auriñaciense con la función de ser enmangadas en un soporte de madera empleado en la caza de animales. Entre la fauna, las especies con más restos representados son el conejo, el ciervo, el caballo, el asno silvestre y el jabalí, especies que fueron cazadas sobre todo por los grupos de sapiens a comienzos del Paleolítico superior hace 30.000 años.
La Cueva Merinel y la Cueva del Sapo
Las de Bugarra y Chiva son dos cuevas con uso ritual en época ibérica. Las intervenciones arqueológicas están dirigidas por Sonia Machause y Agustín Díez, profesores de la Universitat de València. La segunda campaña de excavación en la Cueva Merinel se efectuó durante el mes de junio para avanzar en el estudio de las prácticas rituales ibéricas entre los siglos V y III a.C. Los trabajos se centraron en analizar los espacios donde se documentaron ofrendas cerámicas (vasos y platos) y restos faunísticos (partes craneales de suidos y ovicaprinos de tan solo unos meses de edad) con el fin de comprender su uso ritual.
En cuanto a la Cueva del Sapo, durante el mes de septiembre se ha llevado a cabo la séptima campaña de excavación. La intervención ha tenido tres objetivos principales: en primer lugar, las tareas de adecuación de las instalaciones de acceso afectadas por la Dana. El segundo objetivo ha sido completar la excavación de un sector situado a la entrada, que confirma su uso en cronologías anteriores. Finalmente, el equipo ha trabajado en la protección de los sectores excavados, con el objetivo de garantizar su conservación. En las próximas semanas empezarán los trabajos de laboratorio, así como el proyecto de puesta en valor y difusión del yacimiento.
El Pico de los Ajos
En el mes de agosto concluyó la novena campaña de excavación en el Pico de los Ajos, un yacimiento ibérico de gran relevancia, conocido por su colección de plomos escritos en lengua íbera. Ubicado en la cumbre de la Sierra Martés, a más de mil metros de altitud, estuvo ocupado entre el siglo VII y I a.C., durante sucesivas fases, con el fin de controlar una importante vía de comunicación entre el litoral y las llanuras interiores.
Los trabajos, dirigidos por los profesores de la Universitat David Quixal y Consuelo Mata, se han centrado este año en la excavación de dos áreas diferentes del poblado: una dedicada al hábitat y la otra a una estructura defensiva. "En un agreste espolón rocoso, con vistas espectaculares, se está sacando a la luz un edificio ibérico, con función de hábitat, una posible casa ibérica", apunta la directora del museo de la Diputación.
En otro sector ubicado al oeste se ha excavado parte del sistema defensivo del poblado, incluyendo un foso y la planta de una gran torre que protege el acceso principal al lugar. "En estos momentos estamos trabajando para dar a conocer los hallazgos constructivos documentados en distintos sectores del poblado, a fin de consolidar los restos y ponerlos en valor", concluye Mª Jesús de Pedro.