Un helicóptero trabaja en las labores de extinción del incendio forestal en El Saler, en Valencia. EFE-Ana Escobar
Varios vecinos de las urbanizaciones de El Saler (València) han testificado este jueves en el juicio contra el supuesto pirómano que actuó en la zona en 2023 y 2024 que vieron al acusado instantes después de producirse los incendios junto a las llamas y en actitud esquiva y sospechosa.
La Sección Primera de la Audiencia Provincial de Valencia ha acogido el juicio a un hombre de 60 años como supuesto autor de dos incendios forestales en la Devesa de El Saler en octubre de 2023 y enero de 2024.
En su declaración, el acusado ha negado cualquier responsabilidad en estos hechos, ha insistido en que se trata de un espacio natural que aprecia desde su adolescencia y que ha contribuido a reforestar y ha asegurado que, en uno de los casos, avisó él mismo al teléfono de emergencias 112.
Al acusado se le llegaron a atribuir durante la fase de instrucción un total de once incendios ocurridos en la zona entre agosto de 2023 y febrero de 2024, aunque finalmente solo se le juzga por dos de ellos.
El procesado, que es residente de una de las urbanizaciones de El Saler, ha respondido únicamente a la fiscal y al letrado de su defensa, evitando al abogado del Ayuntamiento de València, que ejerce la acusación particular en esta causa.
Preguntado por el incendio de octubre de 2023, el acusado ha asegurado que fue testigo del mismo cuando salió a pasear, que vio a varios chicos en un coche por la zona y que él mismo avisó al 112, y respecto al fuego de enero de 2024 ha insistido en que él ni siquiera estaba en la zona.
"Pienso que esto ha pasado porque en el año 2000, por desgracia, hubo un incendio que provoqué con un artefacto pirotécnico defectuoso. La causa se archivó porque no hubo intencionalidad", ha asegurado.
"También en 2005 el Seprona intentó imputarme un macroincendio en El Saler sin ninguna prueba, también se archivó. Cuando me detuvieron lo primero que me sacaron fueron los atestados de los años 2000 y 2005, cuando esos antecedentes estaban cancelados", ha lamentado el acusado.
Sobre los 143 mecheros que los investigadores hallaron en el registro de su domicilio -70 de ellos los lanzó por la ventana antes de que entraran los agentes-, el procesado ha explicado que los coleccionaba.
En el juicio han comparecido varios agentes de la Guardia Civil, que han coincidido en señalar algunos factores comunes a los incendios que se atribuyen al procesado, como su inicio en la base de un árbol, el perÃmetro cercano o la ausencia de causas naturales, lo que les lleva a concluir que fueron intencionados, aunque no han podido detallar cuál fue la fuente de ignición.
Estos agentes también han explicado que el procesado tardó alrededor de una hora y media en abrirles la puerta, con el argumento de que estaba dormido, si bien observaron desde fuera de la vivienda cómo se apagaban y se encendÃan luces en su interior.
Además, varios vecinos de la zona han relatado al tribunal que el dÃa del primer incendio, el 21 de octubre de 2023, vieron al acusado salir de unos matorrales junto a los que vieron una "pequeña bola de fuego".
"Paramos el coche en seco y vimos cruzar a una persona corriendo, era un árbol lo que se habÃa prendido. Cuando llegó a nuestro lado iba ya tranquilo, me asusté, yo grité bajando la ventana, el hombre se paró, le vi la cara como ido, alterado y dejé de gritar porque me resultó violento. Le vi llamar por teléfono y cuando yo llamé a Emergencias dije que la persona que habÃa visto corriendo posiblemente habÃa llamado también, como me confirmaron", ha explicado esta testigo.
Aunque ha admitido que no le vio prender ningún fuego, ha situado al sospechoso junto a las llamas en su fase más embrionaria.
Además de esta joven y su novio, el sospechoso fue visto por otros vecinos, que le siguieron y comprobaron cómo, en el camino hacia su domicilio, dio un rodeo y "trató de esconderse entre los coches" de un aparcamiento cercano.
En el juicio han comparecido también peritos de los Bomberos de Valencia, técnicos medioambientales y el presidente de la junta rectora del Parque Natural de l'Albufera, Carles Sanchis, quienes han instruido al tribunal sobre los costes de las labores de extinción, la flora y la fauna amenazadas en estos fuegos y el valor medioambiental y "simbólico" de la zona.
Tanto la FiscalÃa como el Ayuntamiento de València mantienen su petición de seis años de condena, una multa de 10.800 euros y una responsabilidad civil de 120.000 euros, si bien han formulado peticiones alternativas al final del juicio en caso de que el delito de incendio no se considere continuado.
En esa hipótesis, la FiscalÃa ha pedido que se imponga al acusado un año de prisión y el Ayuntamiento tres, con la agravante de zona poblada y espacio natural.
La defensa ha solicitado la libre absolución porque a su juicio no hay indicios "lo suficientemente contundentes como para que no haya alternativa, como requiere el Supremo".
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