Fernando Darder, es uno de los referentes españoles, y europeos, del fotoperiodismo. Durante años fue uno de los principales corresponsales para agencias tan prestigiosas como France Press en zonas de conflicto y desastres naturales, lo que le permite ganar varios premios de fotoperiodistas. Su empatía personal le llevó a poner sus conocimientos de zonas conflictivas al servicio de ONGs humanitarias, primero con la ING Medecin Sans Frontieres, acompañando los convoyes de ayuda al continente africano, y después en la ONG valenciana Esperanza sin Fronteras de la que es presidente. Su último trabajo ha sido ayudar en la guerra de Ucrania. Una ayuda que se verá reflejada en una exposición fotográfica que podrá verse en el Colegio de Ingenieros, Puentes, Caminos y Puertos de Valencia. Y que se inagurará ese mismo día a las 7 de la tarde, en la sede del colegio de la calle Luis Vives, 3.
Con motivo de esta exposición El Programa Líderes de Aquí de la 99.9 Plaza Radio invitó a Darder a una entrevista conducida por el director del programa Pere Valenciano, y que reproducimos aquí:
Las ONG siempre apelamos a la solidaridad, porque tenemos tanto trabajo que no damos abasto. El mundo está hecho un trapo y la situación es cada vez peor: la inflación, las amenazas de Putin, las amenazas de Estados Unidos…Nunca sabemos por donde vamos a amanecer. Estas personas que manejan los hilos del mundo, que sólo se mueven por la ambición de poder, de dinero, de acumular cada vez más dinero, más poder… que les da igual que los niños se mueran de hambre. Les da igual por ejemplo lo que está pasando en Irán, un país del que no se suele decir nada porque existen intereses económicos y estatales pero donde están pasando cosas gravísimas. No se ha asesinado sólo a una mujer por llevar mal el velo, una joven de 16 años apareció muerta después de cortarse el pelo y quemar su hijab, y es una cuenta que sigue. Llevamos 41 muertos allí por manifestarse por querer ser persona, por querer peinarse como quieran. Y eso no lo vemos. Vamos allí y les estrechamos las manos, les damos abrazos, y sólo porque tienen petróleo y aceite.
Yo el mundo lo veo cada vez más raro. Se ve hasta en los conflictos. Todo el mundo manda armas, todo el mundo manda dinero, se habla de Putin, del presidente de Ucrania, pero nadie se manifiesta de verdad, con un par de narices, nadie grita a los cuatro vientos la injusticia….No se si recuerdas que hace poco tiempo, después de un asesinato de un policía norteamericano hacia un ciudadano negro, y el mundo entero se puso de rodillas, todo el mundo rezaba, se manifestaba delante de las embajadas…Pero ahora pasan cosas muchísimo más graves, pero la cobardía del ser humano, la cobardía del sistema, es cada vez mayor. En vez de ir creciendo vamos decreciendo, vamos a un mundo cada vez más cobarde...más "o me das algo o no hablo contigo".
Se ve en la guerra de Ucrania. Yo entré en Ucrania por Leópolis (Lviv) e hice un recorrido hasta Kiev, y allí ves que no hay muchos periodistas en primera línea, casi todas las noticias llegan desde Kiev o desde Moscú, ya hechas por ellos y controladas por ellos, en un círculo vicioso de la desinformación generalizada que es lo que está pasando. Hay demasiadas incógnitas en el conflicto, y cuando la gente se sienta a hablar en una mesa de lo que está pasando hay mucha desinformación.
Todo lo que está pasando en Ucrania está muy cerrado, muy oscuro. La ayuda humanitaria no la palpas...Nosotros como organización humanitaria, en la que ya llevo 30 años, tenemos una forma establecida de trabajar. Cuando hay un conflicto o una catástrofe humanitaria, lo primero que hacemos es movilizarnos, después entramos en la zona del conflicto para conseguir información, para poner en marcha un sistema de comedores, centros para que no se dispersen los menores, centros de acogida...y cuando llega la ayuda humanitaria todo se centraliza. Pues nosotros siempre nos situamos un paso por detrás de lo que organizan los gobiernos, nos situamos en las zonas donde no llega la acción de ellos. Lo que he visto en Kiev, es que cada uno va a su bola. Que no hay una estructura. Que hay mucha traba. Lo que palpas dentro es que son muy altivos. Que están asustados pero hacen como que no pasa nada. Nos cuesta entenderlo porque es algo que no hemos vivido en otros conflictos.
Yo no retrato muertos. En mi trabajo se nota evidentemente la destrucción, el pánico, la desesperación, pero no me recreo en el drama de la muerta, o en las fosas comunes, si saco una fosa común se verá pero no con el morbo de ver donde está el asesinado. Quizás soy más moralista ahora, pero hace años que entendí que mi posición en la profesión fotográfica era más hacia las personas que sufren. Prefiero sacar un niño sonriendo, aunque a su alrededor se vea lo duro que es su vida a sacar el horror de los muertos de un conflicto… Tuve que sacar muchos años a los muertos y me ha marcado mucho en mi vida, cuando trabajaba en France Press sí que tenía que ir a ser el primero en alcanzar la foto de impacto, pero fue muy duro, ahora quiero contar lo mismo de otra manera.
Son 30 fotos seleccionadas de las 300 que he hecho en Ucrania, y durante la presentación daremos una charla sobre como funcionamos en estas zonas, e incluso se podrán comprar fotografías para ayudar a la ONG. De hecho voy a presentar al SARC, para que se vea cuanto en más lugares mejor, si algún ayuntamiento quiere seleccionarla no le va a costar nada.
Basta buscar en google a Esperanza sin Fronteras, tenemos los sistemas habituales de donativos y lotería. Antes teníamos más apoyo institucional, todo hay que decirlo, pero en los últimos tiempos la administración se centra más en las grandes como UNICEF y nos deja a las más pequeñas, que también hacemos falta, más abandonados.
