La planta de Ford en Almussafes (Valencia) cerrará el año 2024 con un descenso de la producción del 45 %, reflejo de tener un solo modelo en la línea de fabricación, y un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) que se extenderá, al menos, durante los dos próximos años.
El acumulado del año en vehículos Kuga, el único modelo que fabrica la planta, ascenderá a algo más de 103.000 unidades, según las estimaciones, a lo que se suma la producción de la furgoneta Transit que tuvo hasta mediados del pasado mes de abril y de la que produjo 16.600 unidades, según datos facilitados a EFE por fuentes de UGT.
El descenso previsto al cierre del año continúa la tendencia de 2023, cuando ya redujo la producción alrededor de un 10 % respecto al ejercicio anterior, y sitúa a la factoría en un escenario de transición hasta 2027 en que la multinacional ha comprometido para Valencia un nuevo vehículo multienergía.
El Kuga, que produce en las versiones de combustible, híbrido e híbrido enchufable, ha sido el de mayor producción en los últimos años en la planta valenciana, que ha perdido sucesivos modelos y cientos de trabajadores hasta estabilizarse en los 4.300 empleados que permanecen tras los ERE puestos en marcha, el último este mismo año para 626 trabajadores.
La plantilla ha sido objeto de ERTE encadenados desde que llegó la pandemia de covid-19, y desde julio ha aplicado la regulación rotatoria de 996 empleados y días de paro total de la actividad en vehículos y motores.
Este último ERTE concluye el próximo 31 de diciembre y, aunque se confiaba en poder negociar antes de finalizar 2024 el nuevo expediente de transición con el apoyo de las administraciones, la dana del 29 de octubre y sus consecuencias en parte de la provincia de Valencia y los trabajos de reconstrucción han dificultado que se pudiera avanzar en la negociación para la puesta en marcha del mecanismo Red ya los primeros días de enero.
Asimismo, la catástrofe ha arrasado las instalaciones de Industrias Alegre, proveedor de piezas y componentes de Ford, cuyos trabajadores han ayudado en las labores de limpieza, y ha hecho que la planta hiciera un paréntesis en el ERTE por causas productivas y optara por un ERTE de fuerza mayor a causa de la dana, que ha afectado a la actividad a lo largo del mes de noviembre.
Este lunes volvieron a dos turnos de producción de vehículos unos 3.300 trabajadores de Ford, a partir de entonces de nuevo bajo el ERTE por causas productivas, mientras la planta de motores continúa en un solo turno de trabajo, el de mañana.
Desde el Comité de empresa señalan que si no se acuerda ese mecanismo de flexibilización del empleo en lo que queda de diciembre, podría prorrogarse el actual expediente que termina el 31 de diciembre.
Además, el presidente del Comité, Carlos Faubel, no descarta días completos de parada el próximo año.
La situación de la planta valenciana de Ford se enmarca en un proceso de reestructuración en Europa que llevó a la compañía automovilística estadounidense a anunciar un recorte de unos 4.000 empleos de los 28.000 que tiene en Europa para finales de 2027, la mayoría de ellos en Alemania, a través de un plan para reestructurar costes.
Según informó la compañía el 20 de noviembre, los recortes de empleo previstos afectarán principalmente a sus operaciones en Alemania, pero también en el Reino Unido, con reducciones mínimas en otros mercados europeos.
En el caso de España, la compañía confirmó que la planta de Almussafes no se verá afectada, ya que está acometiendo su propio plan de reestructuración y de transición hasta 2027, aunque algunas áreas no relacionadas con la fabricación podrían verse mínimamente perjudicadas, una afección que no se ha concretado.
Con estos planes de reestructuración, Ford quiere crear una estructura más competitiva de costes y garantizar la sostenibilidad y el crecimiento de su negocio en Europa a largo plazo.