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El salón de plenos del Ayuntamiento de Bugarra acogió este martes 23 de septiembre la segunda edición de las Jornadas de Turismo de La Serranía, organizadas por El Periódico de Aquí. Tras el éxito de la primera edición en Chelva, la cita volvió a reunir a representantes institucionales, expertos y agentes del sector con un triple objetivo: analizar el impacto de la dana en los recursos naturales -principal atractivo turístico de la zona-, reflexionar sobre la necesidad de un modelo turístico sostenible y proponer fórmulas de convivencia entre visitantes y población local.
La jornada arrancó con una visita guiada a la playa fluvial de Bugarra, situada en la partida de La Palmereta, junto al río Turia. La alcaldesa, Teresa Cervera, explicó a los asistentes el estado actual del enclave, considerado una de las playas interiores fluviales más valoradas de la Comunitat Valenciana y hoy en pleno proceso de reconstrucción tras los daños ocasionados por la dana que azotó gran parte de la provincia de Valencia hace ahora casi un año.
"Lo primero que se degrada y lo más difícil de recuperar es nuestro entorno natural. Estamos en pleno momento de reconstrucción y esperamos que el año que viene gran parte de este espacio esté ya regenerado", señaló Cervera.
Tras un coffee break ofrecido por el Ayuntamiento, dio comienzo la ronda de ponencias, que contó con una activa participación del público asistentes entre exposiciones. La periodista Judith Celma, jefa de redacción y delegada de El Periódico de Aquí en La Serranía, fue la encargada de presentar y moderar el encuentro. En su intervención recordó el espíritu con el que nacieron estas jornadas: "Queremos analizar juntos qué se ha hecho, qué se está haciendo y qué podemos hacer en el futuro para seguir impulsando el turismo en La Serranía, un pilar económico esencial".
Celma subrayó además la labor de difusión de este medio de comunicación, que se compromete a dar voz a los pueblos y comarcas de la Comunitat Valenciana a través de sus ediciones impresas y digitales.
Turismo sostenible en la Reserva de la Biosfera
La primera ponencia corrió a cargo de Elena Laveda, técnica de Turismo de la Mancomunidad del Alto Turia. Laveda comenzó agradeciendo la oportunidad de dar voz a la Reserva de la Biosfera del Alto Turia, reconocida por la UNESCO en 2019. "No es solo un título, es un compromiso internacional que nos abre puertas a la financiación, a las redes globales y a la proyección de un modelo de turismo respetuoso", destacó.
Laveda subrayó que los pilares de este modelo son la conservación, el beneficio local y las experiencias auténticas. Entre los proyectos en marcha destacó el futuro certificado Starlight, que acreditará la calidad del cielo nocturno de la zona: "será una herramienta para diversificar la oferta y desestacionalizar el turismo con actividades como rutas nocturnas o talleres de astronomía".
También citó la riqueza ornitológica del territorio, con eventos como el Festival de los Buitres de Tuéjar, y el hermanamiento con una reserva italiana que permite compartir buenas prácticas. "El Alto Turia es un territorio que mira al futuro mientras preserva lo mejor de su pasado", concluyó.
La Serranía y el reto de la diversificación
La segunda ponencia estuvo a cargo de Vicente Polo, presidente de la Mancomunidad de La Serranía, quien reconoció que la comarca "ha ido un poco más retrasada que el Alto Turia" en la puesta en valor de sus recursos, debido en parte a su mayor diversidad de municipios, pero que está avanzando con paso firme. "El turismo es ya un pilar fundamental para el desarrollo de nuestros pueblos, y aunque la dana frenó parte del plan de dinamización previsto para 2025, hemos seguido adelante con otras iniciativas", explicó.
Polo presentó la nueva marca turística, 'La Serranía: Un latido de naturaleza y cultura', que busca aglutinar la diversidad de los municipios: "desde el parapente en Villar hasta los molinos y el aceite de Alcublas o la certificación Starlight de La Yesa. Cada pueblo tiene algo único que aportar".
El presidente apostó por la digitalización como gran aliada, con el desarrollo de la plataforma Ciceron, "que permitirá a los visitantes planificar rutas según sus intereses y fechas. La inteligencia artificial, que tanto se menciona ahora, puede ser una herramienta clave para conectar mejor a nuestros pueblos y difundir su oferta", señaló.
Turismo de convivencia en Bugarra
La tercera intervención fue de la alcaldesa de Bugarra, Teresa Cervera, que profundizó en el reto de gestionar el turismo en su propio municipio. "Ha habido veranos con tal avalancha que en un solo día llegaban 3.000 personas a la playa fluvial. El camping estaba al 100%, los aparcamientos desbordados y los residuos los terminaban pagando los bugarreños con sus impuestos", recordó.
En este sentido, Cervera defendió un modelo de "turismo de convivencia", que combine la hospitalidad con la sostenibilidad. Entre las medidas en marcha destacó la replantación de especies autóctonas con financiación de Siemens (58.000 euros), la mejora de accesos adaptados a personas con discapacidad, la instalación de papeleras de reciclaje y campañas de educación ambiental.
"La dana ha sido un punto de inflexión para trabajar en nuestra estrategia. No queremos más turismo masivo. Queremos que el visitante consuma en nuestro comercio local, descubra nuestros productos y entienda que este es un espacio que hay que cuidar", afirmó.
El patrimonio como motor económico
José Esteban Montoya, técnico de Turismo de la Fundación María Antonia Clavel de Chelva, puso el acento en el potencial del patrimonio como recurso turístico y cultural. Hizo un recorrido por las ocho fases históricas y arquitectónicas del Palacio Vizcondal de Chelva, desde restos íberos hasta su uso como fortín carlista o puesto de mando en la Guerra Civil. "Pasamos de estar en la lista roja de patrimonio en peligro a formar parte de la lista verde de Hispania Nostra gracias a la restauración", recordó con orgullo.
El Palacio, que ha recibido ya más de 5.000 visitantes en 2025, aspira a convertirse en un centro cultural de referencia comarcal, con biblioteca especializada y convenios con la parroquia de Chelva y la orden franciscana. "Queremos que sea un espacio vivo, que acoja desde presentaciones de libros y conciertos hasta cursos internacionales, siempre en colaboración con asociaciones locales y con la marca de la Reserva de la Biosfera del Alto Turia", explicó Montoya.
El éxito de público demuestra, en palabras del ponente, que "el turismo no depende solo de la iniciativa pública; también desde la sociedad civil y la filantropía podemos impulsar proyectos de enorme valor".
La reconstrucción del Parque Natural del Turia
Antonio Ballester, director del Parque Natural del Turia, ofreció una de las ponencias más técnicas y esperadas. Relató el impacto de la DANA, que llegó a ensanchar el cauce del río hasta 300 metros en algunos tramos, destruyendo hábitats, infraestructuras y arrastrando a micro y macroinvertebrados, "la base de la cadena alimentaria".
"No hablamos solo de árboles arrancados o caminos desaparecidos; lo que ha ocurrido es un desastre ecológico de enorme magnitud. La biodiversidad está tocada y necesitamos replantear todo el modelo de uso del río", advirtió.
Ballester explicó que la recuperación pasa por sectorizar el río, separando las zonas de baño -legalmente solo permitidas en Bugarra y Gestalgar- de las áreas de conservación. También detalló cómo el cauce ha invadido antiguos campos de cultivo que ahora son dominio público hidráulico, generando nuevos humedales y playas naturales que, en algunos casos, se dejarán como hábitats para la fauna.
Así, ya se está trabajando en un ambicioso plan de restauración con la plantación de bosque de ribera, la instalación de cartelería interpretativa, la creación de rutas que unan municipios como Vilamarxant y Pedralba, así como la instalación de badenes inundables en lugar de puentes, que puedan soportar futuras crecidas.
Innovación digital para el turismo de proximidad
La jornada se cerró con la intervención de Pablo García, emprendedor en PGA Consultoría, que presentó un marketplace de experiencias y productos turísticos de proximidad.
"El turismo del futuro se basa en datos: nos permiten controlar aforos, justificar subvenciones y diseñar campañas de marketing segmentadas. Además, generan confianza en los visitantes y beneficios para los ayuntamientos", aseguró.
García puso como ejemplo el control de accesos en la Albufera de Anna y defendió la formación de las empresas locales para adaptarse a un modelo más profesionalizado. "La digitalización no es una opción, es una necesidad", remató.