Unos 3.000 vehículos circulan cada día por la carretera CV-377 que atraviesa los municipios de Pedralba, Bugarra y Gestalgar y recoge el tráfico de camiones, que transportan principalmente productos mineros y alimenticios de canteras y cooperativas de esta zona de la comarca valenciana de La Serranía.
En el caso de Pedralba, se trata de la arteria principal del municipio, llamada calle de la Acequia, con un valor patrimonial incalculable. Las viviendas salvaguardan el canal con puentes y escaleras de gran atractivo, que se desvanecen al paso de los camiones que diariamente la atraviesan y han provocado, en numerosas ocasiones, desperfectos en las fachadas.
Desviar el tráfico de esta vía es una reivindicación histórica de vecinos y vecinas del municipio, que parecía ver la luz al final del túnel el 13 de noviembre de 2014, cuando el pleno de la Diputación de Valencia, presidida por el entonces socialista Jorge Rodríguez, aprobaba el proyecto de la conocida como variante sur de Pedralba con un presupuesto de 3,4 millones de euros. Pero solo fue un destello, porque las posteriores complicaciones llevarían a que aún hoy estos vehículos sigan empañando la belleza de la calle de la Acequia.
Nuevo proyecto
Ahora, a tan solo cinco meses de que se cumplan diez años de la aprobación inicial, la Diputación de Valencia ha reactivado el proyecto con la presentación de cuatro propuestas, que parten de tres premisas "fundamentales", según explican desde el Área de Carreteras de la institución provincial: que funcione como una vía de circunvalación externa, que no afecte ni invada el Parque Natural del Túria y que no se convierta en una barrera arquitectónica entre el municipio y el río.
Así, el equipo técnico del Área de Carreteras, que dirige la vicepresidenta segunda, Reme Mazzolari, ha presentado el Proyecto V-175 con cuatro opciones, de las cuales la Diputación apuesta por la tercera (marcada en naranja en el mapa superior), que es la que más se asemeja al proyecto inicial (mapa inferior). Por ello, se trataría de la opción más viable, tanto económicamente como en términos de trazado, ya que las expropiaciones ya se han llevado a cabo y solo faltaría adquirir algunas parcelas adicionales, según lo previsto en el nuevo proyecto, que requiere más espacio en los márgenes.
La Diputación también defiende que la alternativa 3 cumple con las exigencias del Plan de Ordenación de Recursos Naturales (PORN) del Túria e incluye una estructura vial que integra al peatón y al ciclista. Los dos carriles para el tráfico pesado estarían elevados y tendrían una acera para peatones, mientras que en una zona más baja habría un carril para ciclistas y peatones que discurriría junto a la carretera (imagen página 5).
La segunda opción (en color azul) ha estado sobre la mesa históricamente para que camiones y vehículos rodeen el municipio por el norte, desde la rotonda de la CV-380 hasta la carretera CV-377 en un trayecto de 1,2 kilómetros. En cuanto a las otras dos opciones, la alternativa 4 (en verde) también pasa por el sur, al otro lado del río, con un recorrido de 3,2 kilómetros y cuatro rotondas; mientras, la opción 1 (en rojo) es igualmente novedosa e implica la construcción de 3,2 kilómetros por el norte con tres nuevas rotondas.
Nuevo enfoque
Aún la semejanza de la alternativa 3 con el proyecto inicial, desde la Diputación aseguran que han dado un nuevo enfoque al proyecto, comenzando por la propia denominación, ya que, en lugar de "variante" de Pedralba, ahora se denominará "ronda", con el objetivo de humanizar esta infraestructura que dejará de ser una autovía alrededor del municipio para convertirse en una "vía amable", con una filosofía que la define como una "ronda medioambiental del Túria" integrada en su entorno.
Este proyecto también busca, según los técnicos de carreteras, conectar el municipio con el Túria, ya que actualmente están separados por una gran zona de cultivos, muchos de ellos abandonados, que separan el centro urbano de esta área verde y natural. Así, se busca conectar ambos entornos sin destruir el mosaico agrícola, manteniendo una considerable extensión de tierras de cultivo entre el casco urbano y el río.
Diez años de vaivenes
Tras la aprobación inicial de la variante todo parecía ir sobre ruedas. La Conselleria de Medio Ambiente emitió la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) favorable desde el primer momento y la Declaración de Urgente Ocupación en febrero de 2016 permitía arrancar con las expropiaciones. Sin embargo, tan solo un mes después, la Conselleria decretó la suspensión cautelar del proyecto durante tres años, a la espera de la aprobación del nuevo PORN del Túria, ya que podría paralizar las obras.
Una vez transcurrida la suspensión cautelar, en marzo de 2019, la Conselleria extendió la vigencia de la DIA hasta octubre de 2022, aunque instó a la Diputación a suspender el proyecto hasta la inminente aprobación del nuevo PORN. La institución provincial, en ese momento presidida por el socialista Toni Gaspar y que estaba dispuesta a retomar el proyecto, acabó recurriendo al Consell Jurídic Consultiu. Este órgano no llegó nunca a cuestionar la legalidad del proyecto, aunque recomendó a la Diputación desistiera o suspendiera el proyecto, ya que la inminente aprobación del PORN podría paralizar las obras.
No fue hasta agosto de 2021 cuando el Consell aprobó definitivamente la modificación del PORN del Túria, que tampoco prohibía expresamente la actuación en Pedralba, aunque no concebía construir infraestructuras que discurrieran en paralelo al cauce del río y, en todo caso, deberían llevarse a cabo medidas de integración paisajística, con un impacto ambiental mínimo de las obras. Además, el PORN tampoco añadía ninguna disposición transitoria sobre los proyectos ya comenzados.
Siete años después de la aprobación inicial, la variante de Pedralba volvía a estar en un limbo legal y la Diputación optó por seguir adelante con las expropiaciones, ante la falta de respuesta por parte de la Conselleria. No fue hasta febrero de 2022 cuando se pronunció. El informe de la Dirección General de Medio Natural y Evaluación Ambiental determinó que la variante de Pedralba aprobada en 2014 "colisionaba" con el PORN en el caso de que existieran "alternativas efectivas", al tiempo que recomendaba a la institución provincial a "desistir en la ejecución del proyecto, en convivencia con la recomendación realizada por el Consell Jurídic Consultiu".
Así, en abril de 2022, el pleno provincial aprobó suspender la ejecución del proyecto original y, en noviembre, se licitó el estudio para buscar una alternativa viable a la variante, por 150.000 euros y un plazo de ejecución de 11 meses.
Ese estudio es el que ha visto ahora la luz, en 2024, en un escenario diferente, en el que tanto la Diputación como el Consell han pasado a estar presididos por el PP.
Ahora, solo queda esperar la valoración de la Conselleria de Medio Ambiente, para que finalmente el proyecto pueda resucitar, aunque hayan pasado ya diez años desde que arrancó.