Un proyecto que transformó Valencia. Ese es el quorum general al que los ciudadanos de la capital llegan cuando son preguntados por la intervención urbanÃstica más importante que la ciudad ha llevado a cabo en las últimas décadas, el Plan Sur. La iniciativa permitió el desvÃo del rÃo que atravesaba la ciudad y la creación de los actuales Jardines del Turia, el parque urbano más grande de Europa.
El proyecto fue impulsado tras la gran riada de octubre de 1957 (una de las catástrofes más grandes que ha asolado la capital, con más de un centenar de fallecidos) y llevó el rÃo a las afueras de la ciudad para asà poder ejecutar en este espacio una autopista urbana. La idea creó una movilización social sin precedentes hasta la época, donde ciudadanos de todas las ideologÃas reclamaron esta nueva zona como un gran espacio verde para la ciudad bajo el lema 'El riu és nostre i el volem verd'.
La primera piedra de la intervención se puso en 1980, en concreto entre los puentes de San José y Serranos, finalmente fue en 1986 y 1987 cuando se inauguraron sus primeros tramos. Desde entonces, 35 años después, hemos visto como a los pies de este espacio natural nacÃan algunas de las instalaciones más importantes de la capital: La Ciudad de las Artes y las Ciencias, el Parque Gulliver, el Bioparc, el Parque de cabecera, el Palau de la Música o el Centro NaTúria.
Del mismo modo, también se llevan a cabo actividades polivalentes como los castillos de Fallas, la Feria de atracciones, la Feria de Abril, festivales de música, la Valencia Fashion Week y un sinfÃn de actividades deportivas como han sido la Global Champions Tour de HÃpica o el Open 500 de Tenis.
Sin terminar
Con 110 hectáreas de zonas verdes y una longitud cercana a los 10 kilómetros, la realidad es que esta gran obra sigue todavÃa por terminar. En la actualidad, goza de 16 tramos, desde Mislata, hasta l'Oceanogrà fic, donde la falta del túnel de SerrerÃa, una de las grandes demandas históricas de la ciudad, todavÃa divide a la metrópoli. La ejecución de esta instalación permitirÃa ampliar con dos tramos más el parque hasta el barrio de Nazaret, y hacer crecer el jardÃn hasta los 12 kilómetros de recorrido y las 170 hectáreas.
El aprecio por la instalación por parte de los valencianos se ha multiplicado tras el confinamiento sufrido en 2020 como consecuencia de la pandemia del covid-19. Y es que, el miedo al contagio en los espacios cerrados, ha provocado un auténtico 'boom' en los usos del parque, donde se llevan a cabo una gran cantidad de actividades de ocio, cultura y deporte. Por ello, es cada vez más habitual encontrar espacio donde se reúnen grupos de personas para realizar clases organizadas o encuentros sociales. De hecho, el Ayuntamiento de Valencia se vio obligado a cerrar todos los accesos durante los meses en los que estaba limitada la movilidad en la ciudad.
Acequias secas
Pese a la popularidad de este espacio son evidentes las deficiencias que la instalación sigue sufriendo, pese a que el Ayuntamiento de Valencia continúa defendiendo los Jardines como una de las grandes joyas de la corona del cap i casal.En el proyecto inicial la presencia del agua era una de los piedras angulares, simulando el recorrido que el rÃo Turia realizaba junto a la ciudad. Por eso, en gran parte del itinerario, hay un circuito de fuentes y acequias que debieran recordar con su presencia el afluente valenciano. Sin embargo, en la gran actualidad, este recorrido queda inconexo. Y es que, no solo una gran cantidad de estas acequias están vacÃas y sin agua, si no que en muchas casos presentan daños y acumulación de basuras, por el tiempo que llevan ya en este estado.
Suelo en mal estado
La enorme arboleda que dota de vegetación el parque intenta ganar espacio con el largo paso de los años. Y es que, el firme es cada vez más peligroso en algunos puntos del jardÃn debido al levantamiento que están causando las enormes raÃces de estas unidades arbóreas. De esta manera, los socavones y los montÃculos son algo común en algunas de las zonas donde los pinos son habituales. De hecho, el Consistorio ha tenido que levantar vallados de seguridad en algunas zonas donde los problemas son más evidentes.
Arte abandonado
El comúnmente llamado como "rÃo" pretende ser también un espacio cultural y didáctico. Sin embargo, sirve como un ejemplo del abandono patrimonial que sufre la ciudad. Por ello, en el tramo siete de este jardÃn podemos encontrar, si nos fijamos, algunas muestras de restos arqueológicos de la época romana y visigoda, asà como parte de los restos del antiguo Hospital General, en plena intemperie. Los restos, localizados entre los puentes de La Trinidad y el del Real, son casi imperceptibles para los usuarios, y siguen deteriorándose a pasos agigantados, una de las denuncias habituales del CÃrculo por la Defensa y Difusión del Patrimonio Cultural que piden una protección y puesta en valor de los mismos.
Daños en puentes y muros
Otra de las grandes quejas de esta entidad de defensa del patrimonio valenciano es la falta de protección que se da sobre los puentes y muros históricos de esta instalación. Los grafitis son habituales en este espacio y, pese a que se procede a la limpieza, todo este proceso de retirada va mermando la protección de los mismos. Sin embargo no son los únicos ataques que sufren. De hecho, en los últimos dÃas, un incendio ha provocado daños en el Puente del Real, uno de los pasos con más valor histórico, al datar de 1589.
Asentamientos ilegales
Los campamentos comienzan a ser la tónica general en los rincones y bajo los puentes de los jardines. Precisamente, muchos de los sin techo de Valencia, levantan su zona para dormir en este jardÃn. Por este motivo es muy habitual encontrar carros de la compra, cartones y hasta tiendas de campaña en diferentes tramos de este pulmón verde. La situación provoca que los vecinos eviten circular por la noche por el jardÃn debido a la falta de seguridad, un consejo que también acompaña a un gran número de guÃas turÃsticas, manchando la imagen del espacio.
Gulliver cerrado
El Parque Gulliver, una de las grandes atracciones para los más pequeños, está cerrado a cal y canto. Durante meses permaneció clausurado debido a las restricciones sanitarias, motivo por el cual se procedió a algunas mejoras puntuales. Sin embargo, en mayo, pocas horas después de su reinaguración fue cerrado al público de urgencia tras las quejas de ciudadanos por las alergias, rasguños y picores que al parecer provocaba la pintura del tobogán. A pesar de que la reapertura contaba con el aval de los informes técnicos de Parques y Jardines Singulares, el Consistorio procedió al cierre y ha encargado investigar la causa que estos problemas causaron en los usuarios.
Señalizaciones en mal estado
Runners, ciclistas, gente con patines, con carros de cuatro ruedas… Cada vez son más los usuarios que realizan sus actividades de recreo en los jardines del Turia, lo que provoca, a diario, problemas y desavenencias por el espacio reservado a cada uno. Y es que, las señalizaciones de los carriles, son en algunos casos deficitarias. Esto provoca a menudo situaciones de riesgo de atropello o problemas incómodos en los carriles bici y las zonas reservadas exclusivamente para corredores.
Dotaciones en obras
Algunas de las instalaciones más importantes en los jardines del Turia se encuentran cerradas por obras. Es el caso del edificio Àgora, que pasará a ser un Caixaforum, el cual no abrirá sus puertas hasta julio de 2022. O el caso del Palau de la Música, cuyas deficiencias obligaron a cerrarlo de urgencia y permanecerá asà al menos hasta el año 2023.