El lunes 31 de marzo de 2025 pasará a la historia de La Pobla de Farnals por la despedida de una trabajadora al servicio de los vecinos de esta localidad de l'Horta Nord, MarÃa Gloria Montalar López 'Tapona', después de 51 años. ''PodrÃa decir mucho de esta mujer increÃble, pero brevemente resumirÃa en que he aprendido mucho y me ha enseñado a ser mejor alcalde gracias a su consejo y su vasto conocimiento de la administración'', le dedicaba el alcalde, Enric Palanca, en su muro de Facebook. Porque Gloria ha hecho de casi todo en el Ayuntamiento y ha coincidido y convivido con seis alcaldes diferentes, el último del periodo franquista, el primero de la democracia del PCE, otro socialista, uno del Partido Popular, una tránsfuga que acabó en la cárcel por aceptar soborno y otro socialista, el actual. Sirva esta página como homenaje a Gloria, pero también a todos los funcionarios y funcionarias que han dedicado su cuerpo y alma para ayudar al prójimo. Pero, ¿quién es Gloria Montalar?
La primera vez que pisé el ayuntamiento de La Pobla de Farnals fue en el año 2008, un año después de abandonar Las Provincias y comenzar a dirigir Tele 7 Calderona. La Pobla de Farnals la conocÃa muy bien, especialmente el núcleo de playa, porque entre los 16 y los 25 años, aproxidamente, iba a esa zona en verano a cenar y a salir por algunas de las discotecas cercanas. En 2008, sin embargo, fue la primera vez que pisaba el ayuntamiento y lo hacÃa por la moción de censura que desalojó del poder a José Manuel Peralta. Llegaba la tránsfuga Natividad GarcÃa, con quien acabarÃa entablando una buena relación comercial entre Consistorio y la televisión. A partir de ahà las circunstancias polÃticas iban cambiando con el tiempo: de Natividad GarcÃa, volvió Peralta y después llegarÃa Enric Palanca. Pero algo, o mejor dicho alguien, seguÃa al frente del cañón impasible ante los cambios polÃticos, una testigo de los avatares locales, una funcionaria entregada a sus vecinos, trabajadora, leal y responsable, una mujer de la vieja escuela pero adaptada a todos los cambios históricos -y han sido muchos- en los 51 años que ha sido funcionaria y esta persona se llama MarÃa Gloria Montalar López. Una persona humilde y reservada, recibe a este periodista el viernes antes de su jubilación.
Desde 1973
La historia de Gloria Montalar comenzó en 1973, cuando no aprobó el acceso a Cruz Roja y se encontró un dÃa por la calle al entonces alcalde, el último del periodo franquista, José Juan Castellar. ''En la parada de autobús me dijo que iba a hacer un bando porque se necesitaba personal en el Ayuntamiento y mi madre -con quien vivÃa junto a mi abuela y mi hermana, pues mi padre falleció en 1971, cuando tenÃa 14 años- me animó: ''chica, preséntate, que está al lado de casa''. Llevé una instancia y a la semana me llamaron para que viniera a trabajar. En aquella época La Pobla de Farnals tenÃa un censo de 2.550 habitantes y sólo habÃa un oficial, José Solves; José Rajadell, Carmen Salas, el secretario municipal, Manuel Mateu, el alguacil Jesús Lapiedra; el recaudador, José Antonio Lapiedra y un tesorero en funciones, José Izquierdo. El municipio y el propio Consistorio no se parece en nada a los de aquella época, pues si entonces habÃa 9 concejales nombrados por el gobernador civil, hoy cuenta con 9.300 habitantes, 13 ediles y un Ayuntamiento con 70 empleados.
La Pobla de Farnals era como Canet d'En Berenguer y tantos municipios costeros que fueron desarrollándose en los años 70 y 80. Su playa todavÃa se mantenÃa virgen de edificios y construcciones. Cuatro décadas después, ambas localidades quedarÃan unidas por la voracidad y avaricia de unos pocos, como quedó patente en la moción de censura que Natividad GarcÃa lideró contra José Manuel Peralta, con el secretario de Canet d'En Berenguer como cabecilla. Precisamente ese fue uno de los episodios más duros que vivió Gloria Montalar en el Consistorio, aunque es muy prudente. ''Con Nati me llevaba bien, pero lo que vi en el pleno de la moción me impresionó mucho'', rememora.
Carrito para la basura
Pero no avancemos tan rápido. Cuando esta 'curranta' llegó con 17 años al ayuntamiento ''el servicio de recogida de basura era en carro y luego en un camioncito''. ''Recuerdo que todo era muy familiar. En el año 1966-67 empezó a construirse en la playa, hasta que llegó el gran desarrollo en los años 80. Comencé como auxiliar de tesorerÃa. Iba a Valencia a la avenida del Oeste a una academia de mecanografÃa, pues escribÃa a cuatro dedos y tenÃa que coger velocidad. Aprendà de todo: empadronaba, pasaba los libros de contabilidad. Entonces se escribÃa con pluma y lápiz y hacÃamos copias con papel de calco. No habÃa fotocopiadoras y me acuerdo cuando llegó la primera, fue todo un acontecimiento. Después se crearÃa el cuerpo de policÃa y el alguacil fue el primer jefe de la PolicÃa de un cuerpo formado por 2-3 personas del pueblo. A los 18 años convocaron una plaza de auxiliar y se presentaron dos, ''pero el dÃa del examen estaba yo sola. Pasé una prueba de mecanografÃa, un tema escrito sobre las fallas de Valencia, una veintena de tema para 'cantar' uno y una prueba de matemáticas, consistente en sumas, restas, divisiones, multiplicaciones y raÃces cuadradas''.
Mientras el Ayuntamiento iba creciendo, fue pasando por distintos cometidos, como el empadronamiento, el registro de entrada o urbanismo, con una máxima que le inculcó su madre: ''el bon soldat ajuda a tot el món''. Su debilidad, las personas mayores, a quien siempre intentó facilitar las gestiones municipales o a la hora de votar.
Poco a poco se fueron definiendo las áreas del Ayuntamiento y se fue incorporando más trabajadores. Tras ser madre de su tercer hijo, se reubica en secretarÃa, junto a Julián Lucena. ''En aquella época pasamos de las máquinas de escribir a los ordenadores. Carmen Salas y yo estábamos muy unidas y hubo una promoción interna en la que pasamos a administrativas tres personas. Era la década de los 2000. Como entraron técnicos de gestión y se redefinieron las áreas, comencé a justificar subvenciones. Hubo una remodelación total y acabé en urbanismo. También estuve en la organización de las mesas electorales cuando habÃa comicios'', añade.
La última década ha sido la mejor para Gloria. ''He estado como una reina. En los años 2014-15 el secretario que habÃa me llamó una mañana paraa ver si querÃa estar en el gabinete de alcaldÃa. Al final de mi vida profesional lloro por la oportunidad que me dio Enric Palancia y, de hecho, he estado cuatro años más por él y su equipo''.
Una persona que conocÃa a todos los vecinos, con experiencia en todos los departamentos, era ideal para ayudar al nuevo alcalde. ''TenÃa un control del pueblo total. Me sé los nombres de las plazas y las calles porque he ido empadronando puerta a puerta. Cada cinco años se hacÃa el padrón y he visitado pueblo y playa'', añade. ''Lo primero que le dije a Enric fue que le hablarÃa con la cabeza y a veces con el corazón y que lo que tuviera que decir lo hiciera buscando las palabras adecuadas, que es un buen orador''. ¿Un último consejo al alcalde?: ''Se gobierna para todo el pueblo y que tenga mucha serenidad''.
La moción de censura
Dos son los momentos que más le han impactado a esta funcionaria modelo: la pandemia -''nos quedamos todos en casa y nos conectábamos por teléfono''- y la moción de censura impulsada por la tránsfuga del PP y otro miembro de la lista del alcalde, José Manuel Peralta, con el apoyo de los ediles socialistas liderados por el ex alcalde, Josep Vicent Sanchis. ''Me impresionó mucho. El sábado de la moción vine por si Peralta necesitaba algo'', explica, aunque destaca que ''nunca he tenido problemas con ningún alcalde, tampoco con Nati'', quien fue a la cárcel junto a Sancho, una lamentable historia que forma parte del libro 'El zorro en el gallinero', publicado por NPQ Editores.
Y a qué va a dedicarse Gloria a partir de ahora: ''a mis tres hijos, dos viven en Palma y ayudaré en algo, en Manos Unidas, los jubilados del pueblo... Soy muy ama de casa, me gusta hacer punto de cruz, aprovecharé para viajar con el IMSERSO, ir al mercado y desayunar sin prisas, ver a las amigas... ¿Te parece poco?''. Descanso más que merecido.