El Ayuntamiento de Mislata, a través de la empresa pública
Nemasa, ha incorporado a su flota de vehículos dos camiones para la
recogida de residuos que utilizan gas natural comprimido (GNC) como
combustible. Una tecnología que permite que los nuevos camiones de recogida sean
más eficientes y sostenibles, ya que el camión GNC es más seguro, silencioso y
menos contaminante que los vehículos convencionales de diésel al reducir las
emisiones de gases nocivos. Además, estos camiones son de menores dimensiones
que los actuales, por lo que contarán con una mayor accesibilidad y
maniobrabilidad, agilizando así los tiempos de recogida.
El alcalde de Mislata, Carlos F. Bielsa, informa: "Mislata continúa con su firme apuesta por una movilidad sostenible que reduzca las emisiones contaminantes y por el impulso de las nuevas tecnologías destinadas a la mejora de los servicios públicos"
Como explica el alcalde de Mislata "este Ayuntamiento ha decidido apostar en firme por el cuidado medioambiental y
la sostenibilidad y por ello hemos decidido renovar nuestra flota de vehículos.
Ya incorporamos en su momento los coches y motos eléctricas. Con estos dos
camiones impulsados por gas damos un paso más hacia el desarrollo sostenible y
la economía circular".
La adquisición de estos dos vehículos, que sustituirán a los
más antiguos que serán retirados del servicio de recogida, constituye una "notable mejora" medioambiental en el municipio de Mislata ya que como explica Mercedes
Caballero, concejala de Medioambiente y Cambio Climático, "el vehículo de
combustible GNC es más ecológico que el de combustible fósil diésel,
consume menos y además se reducen los niveles de contaminación acústica y las
vibraciones".
El gas natural comprimido es un combustible limpio y seguro,
que aporta grandes ventajas medioambientales frente a combustibles
convencionales. Concretamente,
emite un 99% menos partículas contaminantes
que
uno similar impulsado por diésel. Además, el motor es entre un 50% y un 75% menos
ruidoso que su versión de motor convencional. A esto se suma una mayor economía
de uso. Permite un ahorro de combustible del 40%, pero con la misma
capacidad de transporte y sin incrementar el efecto invernadero ni comprometer
la calidad del aire.