Vercher. EPDAEl Trinquet de Oliva vivirá acogerá la final del prestigioso Trofeo Gregori Maians, que este año ha completado su edición número XXIII. Y sentimentalmente, porque antes de la partida tendrá lugar un homenaje a uno de los más grandes del raspall de todos los tiempos: Pepito Malonda. La final enfrentará a Salelles II y Tonet IV contra Vercher y Brisca.
El partido será a
las 18.30 horas, después de la disputa de una previa de juveniles. La partida
será retransmitida en directo por la plataforma ProximiaTV.
Ambas parejas lo tuvieron muy complicado para llegar a la final. Tanto es así
que superaron sus compromisos de semifinales por el mismo resultado de 25-20.
Salelles II y Tonet IV fueron los primeros que se ganaron el derecho de jugar
por el título al eliminar a Moltó y Seve. Por su parte, Vercher y Brisca han
dejado en el camino a Ian y Canari.
La final se presenta con pronóstico incierto. Salelles II y Tonet IV tienen en
su favor el hecho de contar con el número uno de la modalidad y, en verdad,
Tonet IV continúa dejando claro en cada aparición que es el pilotari más
decisivo del momento. Detrás, Salelles II jugará ante su público, en su casa,
en un trinquet en el cual podría jugar con los ojos cerrados. El joven resto de
Oliva sigue consolidándose como primera figura y demostrando que es uno de los
pilotaris más completos del raspall de élite.
Pero el hecho que Salelles II sea de Oliva no significa que su equipo se pueda
considerar como 'local'. Y es que enfrente habrá otro jugador del pueblo,
Brisca, que en la segunda semifinal del pasado martes estuvo muy arropado por
sus incondicionales. Tal vez, este apoyo desde la escala tuvo mucho que ver con
su gran actuación en la remontada, superando un marcador adverso de 20 por 5.
Pero si Brisca estará jugando mañana la final también se debe a la aportación
de Vercher. El resto de Piles empezó un poco frío, incluso errático, pero
cuando entró en partida hizo gala de su contundencia habitual.
UNO DE LOS MÁS GRANDES
Antes de la partida se hará el homenaje a Pepito Malonda, dominador de los
trinquets durante tres décadas y una de las figuras más grandes que ha conocido
el raspall. No solo esto, Malonda ha estado vinculado a la pilota toda su vida.
Primero como pilotari y posteriormente como monitor y marxador, tarea que
todavía hoy realiza a la edad de ochenta y un años.
