El sábado por la mañana, la Policía Local recibía un aviso urgente: una vecina se había puesto de parto en su casa y no había tiempo de trasladarla a un hospital. Sandro, el agente que estaba de servicio, se desplazaba al domicilio inmediatamente para asistir el parto.
Una vecina, auxiliar de enfermería, se encontraba en el domicilio y ayudó a venir al mundo al niño. Por su parte, el agente de policía, tuvo que asistir el parto pinzando y cortando correctamente el cordón umbilical del recién nacido.
Finalmente, Omar vino al mundo sin mayores complicaciones y tanto la madre como el niño se encuentran en perfecto estado.