"Pues la paz al mundo envía, María, el cielo por vos, Haced que nos dé paz Dios,
Madre de la Paz, María".
Villar del Arzobispo, ese hermoso pueblo que desde hace muchos venera por patrona a la Virgen de la Paz, abre sus puertas generosas a los corazones de los villarenses que en torno al fuego se reúnen para celebrar la antesala de la fiesta.
El día 23 de enero al anochecer las calles del Villar del Arzobispo se encienden con el calor de las hogueras y el calor humano de los vecinos que unidos por lazos de hermandad, se sientan entre el humo y llamas de los tocones de madera para disfrutar de la "turrá" que enlaza la noche con el día.
Mientras tanto en la Iglesia Parroquial, al finalizar las primeras Vísperas solemnes el Grupo Salarejo pone la nota tradicional bailando la jota a los pies de su patrona, para posteriormente dejar caer el blanco tapiz que cubre a la Virgen de la Paz.
Bailes en la plaza, jotas, mantones de colores y aplausos son el preludio del día grande. La banda de música del Villar, al son del pasodoble Amparito Roca, empieza el recorrido por esas calles repletas de calor humano, haciendo la primera parada donde esperan los fuegos artificiales, los cohetes que lanzan con pasión los Cueteros del Villar, llenando de luz y alegría el recorrido festivo.
Desde allí la comitiva se dirige hasta el Huerto del Señor, para prender fuego a la majestuosa hoguera que precede el recinto preparado para durante toda la noche lanzar los cohetes que iluminan el cielo de la Serranía Valenciana.
A las seis de la mañana vuelve por las calles a sonar la campana, avisando de la Aurora del día grande, para continuar en un precioso programa repleto de actividades día 24 de enero en el que la protagonista es la Virgen de la Paz.
"Si tanto os debe el Villar, Virgen triunfante y gloriosa, acogednos amorosa, cuando os vamos a buscar. Ya que el pueblo en vos confía, no lo desechéis de vos ".
Tanto os debe el Villar, quizás Villar sea ese pueblo amante y agradecido que tiene un corazón abierto para abrazar a todas aquellas personas que allí acuden para vivir con intensidad los actos de amor que brindan al mundo. ¡Que Viva la Virgen de la Paz!
