Acurdo de gobierno en Valencia. EPDAEl Rialto llega al ecuador de su segunda legislatura. Y es que, el 15 de junio de 2021, Joan Ribó sumó 6 años consecutivos ostentando la vara de mando en el Ayuntamiento de Valencia, con el apoyo del PSPV (y también de Podemos en el pacte de la Nau). Cada día queda más lejos el año 2015, cuando el nacionalista consiguiera llegar a un acuerdo progresista para imponerse así a la, hasta entonces, imbatible líder del Partido Popular, Rita Barberá, que llegó a sumar un cuarto de siglo como máxima autoridad local.
Sin embargo, pese a las altas expectativas que ofrecía el gobierno de coalición, la realidad es que el cambio de color político en el gobierno municipal sigue sin haber dado solución a algunas de las reivindicaciones locales que llevan más tiempo esperando en la recámara. Todo ello, pese a sumar ya la izquierda más de 2.000 días al mando del Consistorio.
Playas del sur y albufera
A pesar de sacar músculo de pasión ecologista, la realidad es que ni Emergencia Climática, ni la concejalía de Playas (ambas en manos de Compromís), han podido poner solución al mayor problema medioambiental al que se enfrenta la ciudad, el detrimento de las Playas del Sur y la situación límite que sufre el Parque Natural de l’Albufera. Por si fuera poco, ambos espacios naturales se han colocado en el centro de la batalla de los nacionalistas para tratar de frenar la ampliación del Puerto de Valencia. Incluso, aunque el grosor de las obras de este proyecto ya están realizadas.
El eterno túnel pasante
La playa de vías sigue dividiendo la ciudad 6 años después. Y es que, la situación de este entramado ferroviario sigue lastrando otros proyectos vitales para la capital, como el Parque Central o la ampliación de la Estación de Joaquín Sorolla. En este sentido, la inversión global alcanza los 2.000 millones de euros, pero los Presupuestos Generales de 2021 no contemplan inversiones para esta dotación. Sí lo prevén para los tres ejercicios siguientes, en los que se han programado partidas de 3 millones en 2022; 10, en 2023; y 60 en 2024. Hasta el momento, el Rialto se ha limitado a inaugurar la parte actual del Parque Central, cuyas obras inició el gobierno del PP en 2015.
Sin modelo para la Plaza del Ayuntamiento
La plaza del Ayuntamiento sigue sin un modelo definitivo, y es que la búsqueda de un proyecto que dignifique el espacio más importante de la ciudad lleva abierto desde que en los años 60 se derribara la tortada de Goerlich. Ya en 1993, Barberá, junto a sus socios de Unió Valenciana, proyectó una reforma para la zona que no llegaría a ejecutarse. La reforma express impulsada por Sandra Gómez ha dado lugar a una plaza provisional, mayormente peatonal, que sin embargo ha generado muchas criticas, tanto por su dudosa estética como por la descoordinación en sus usos. Un peveter, un marcador deportivo, una feria y hasta mercados de ropa conviven en un espacio que precisa estar a la altura. El monolito al 15-M ha sido la última polémica en este escenario.
Sin noticias del túnel de Serrería
Tampoco tenemos noticias sobre el túnel de Serrería, otra infraestructura ferroviaria que limita el crecimiento de Valencia hacia su zona marítima. Si en el caso del túnel pasante la inyección económica avanza a un ritmo muy lento, en este caso, ni está ni se la espera, al menos de momento. De hecho, los últimos movimientos sobre este plan se dieron a mediados de 2020, cuando el Ministerio de Transportes demandó información al equipo municipal para iniciar los estudios para el proyecto, pese a que había un acuerdo plenario de 2018 exigiendo su redacción inmediata. Tampoco se han realizado grandes avances en torno al PAI del Grao, que sigue en vía muerta y donde descansan los restos del circuito urbano de Fórmula. Del mismo modo, el Rialto tampoco ha apostado por seguir ampliando los Jardines del Turia, que finalizan frente a l’Oceanogràfic a la espera de un proyecto que lo lleve hasta al fachada marítima.
Solares abandonados en Ciutat Vella
El centro de Valencia sigue sin solución. Y es que, las administraciones no han logrado revitalizar uno de los barrios más emblemáticos de la ciudad. De hecho, un estudio de ‘Amics del Carme’ constata que la superficie pendiente de edificar en el centro histórico del Cap i Casal equivale a la de cuatro campos de fútbol. La Generalitat aprobó un plan de actuación para la zona que ha sumado ya más de un año sin avances. Ahora, a estos puntos más deteriorados, se suman la avalancha de obras en las plazas (Brujas y la Reina) en plena temporada alta, y tras más de un año de pandemia. Una situación que ha generado el cabreo unánime de comercios y vecinos.
Movilidad insostenible
Valencia tiene un problema cada vez más grande con su movilidad, a pesar de que avanzar en un modelo sostenible de esta materia era uno de los buques insignia para Compromís. Sin embargo, sobre el papel, las actuaciones del Ayuntamiento se han limitado a la ejecución sin límite de decenas de carriles bici, algunos criticados incluso por los propios ciclistas, al tener que compartir espacio con los carriles bus. El tráfico rodado se encuentra cada vez más colapsado, una situación que ha llevado a la capital a ser la cuarta que más problemas de tráfico sufre. La EMT está en bancarrota, con caída histórica de pasajeros y con un rediseño de líneas que, previsiblemente, tendrá que volver a modificarse, una vez más, con la nueva reforma de la Plaza del Ayuntamiento. Y por lo que respecta a Metrovalencia, la línea 10 aún sigue a la espera, aunque debería entrar en funcionamiento en 2022. Una conexión que sigue sin estar lista, mientras se anuncian nuevos proyectos para conectar el Hospital la Fe y la zona marítima. Se tira la toalla, al menos a corto plazo, con la construcción de un itinerario por Ciutat Vella, cuya estación en Mercat Central sigue abandonada.
Vivienda inaccesible
La vivienda sigue siendo inaccesible para gran parte de la población, incluso pese al batacazo económico de la pandemia. De hecho, este mes de junio se ha dado a conocer la paralización de la única promoción de vivienda pública que tenía en marcha esta concejalía, en manos de Compromís, por la falta de crédito. En seis años no ha salido adelante ningún proyecto, mientras que los planes de cesión de suelo para viviendas de alquiler asequible tampoco consiguen arrancar. El único pequeño éxito es las ayudas al alquiler, sin embargo, las fuertes condiciones de acceso (como un precio por bajo de 600 euros o una renta inferior al IPREM) limitan mucho el número de personas que se encuentran en situación de beneficiarse de ellas.
Cabanyal sin avances
Salvar el Cabanyal de la ampliación de Blasco Ibañez era, sin duda, una de las principales gestas que se proponían las fuerzas de izquierda antes de llegar al poder. Sin embargo, 6 años después, el barrio sigue estando en una situación complicada. Pese a la reforma de algunas vías, el plan urbanístico sigue sin aprobarse definitivamente. El Plan de fondos europeos EDUSI se está convirtiendo en un ejemplo de los problemas de gestión a los que se enfrenta la coalición. Y es que,el plan se aprobó en 2016 y en marzo de 2021 tan solo se había ejecutado en un 5%. El EDUSI se acaba en 2022, por lo que parece cada vez más improbable que los 30 millones de euros disponibles acaben ejecutándose.
Una Marina sin arranque
Establecer y clarificar un plan de usos para la Marina de Valencia es, sin duda, una de las principales tareas pendientes del gobierno municipal. Ante la ausencia de proyecto para la zona, Compromís y PSPV se han limitado a pequeños lavados de cara y a rechazar grandes obras como una noria gigante o un resort de lujo, dejando incluso en el aire una torre eólica que haría funciones de mirador. Las firmas llegan todavía muy tímidamente y hay espacios que siguen pendientes de uso. El último batacazo ha sido el de la vieja estación marítima, donde la resolución de los tribunales ha tumbado su licitación como centro de innovación. Una de las pocas buenas noticias del año ha sido la condonación de 330 millones de deuda por parte del Gobierno Central procedentes del préstamo ICO, solicitado por el Consorcio Valencia 2007. Sin embargo, aún queda pendiente el préstamo con la financiera TCA ECDF Investment.
Alto desempleo
La pandemia ha venido a empeorar la situación económica y deja unas cifras de desempleo disparadas en la ciudad de Valencia, muy similares a las que tenía la capital cuando la izquierda entró al Ayuntamiento. Los últimos datos del paro fijan en 64.729 los desempleados en la ciudad, una cifra cercana a los 69.035 parados que había en Valencia en junio de 2015, cuando Joan Ribó fue investido como alcalde de Valencia.
Comparte la noticia
Categorías de la noticia