Amparo Pardo, alcaldesa de Godelleta, tras la entrevista para El Periódico de Aquí realizada en su despacho. / LAURA FLORENTINO¿Cómo está siendo la nueva realidad de Godelleta?
Ahora mismo las zonas afectadas por la DANA se han rehabilitado considerablemente, sobre todo la parte residencial, que es donde nosotros hemos puesto todo el empeño. Tenemos un equipo de maquinaria de Tragsa trabajando en caminos, porque aquí cayeron 800 litros por metro cuadrado, de los municipios de la zona donde más agua se registró y nuestros agricultores se han visto muy afectados, todos ellos son damnificados completamente, sumado a los caminos y campos. Tenemos 2.400 parcelas diseminadas, los caminos los comparten tanto residentes como agricultores y ahora mismo los equipos de Tragsa bajo la dirección del concejal de Agricultura están adecentando todo ello para que la población pueda transitar con sus vehículos. Todavía tenemos trabajos por realizar, como quitar cañas, cortar pinos y eso está un poco más retrasado, pero vamos viendo la luz al final del túnel poco a poco.
¿Cuántas víctimas mortales hubo en Godelleta?
En Godelleta encontraron seis personas, una de ellas empadronada y vecino de aquí. Era una persona muy querida por todos, nuestro amigo Jorge. Los demás no eran personas empadronadas aquí, pero tenemos el mismo sentimiento de tristeza, pena y nostalgia, es extensible a todos.
¿Cómo vivieron aquel 29 de octubre?
El 29 de octubre llovió en Godelleta, bien es cierto que la caída de agua súper importante fue por la tarde. Por la mañana tenía una reunión en la Dirección General del Agua con la directora Sabina Goretti en Valencia. Esa reunión nos costó meses agendarla. Éramos mucha gente y esa mañana nadie dijo de anularla, entonces yo tampoco lo dije.
Es cierto que mi concejala Paqui me dijo que no fuera que estaba lloviendo muchísimo e iba a continuar lloviendo. De hecho, nosotros cancelamos la escuela y el colegio. Pero, finalmente fui porque nos había costado mucho tiempo conseguir esa reunión, nadie cancela y no iba a ser yo quien iba a cancelarla. Llegamos a Valencia, no llovió nada por el camino ni en la capital. Salimos de la reunión y nos tomamos un café tranquilamente y luego volvimos.
La estancia en Valencia fue tranquila y normal. No me enteré de nada porque en toda la mañana no pude conectarme a la televisión ni a la radio, ni me llego ningún WhatsApp, solo la de la alerta del 112 que siempre llega. Llegué a casa a las dos y por la tarde teníamos un pleno extraordinario de urgencia. Me fui sobre las cuatro y cuando salí vi que se me estaba inundando el almacén y comencé a sacar agua hasta que se nos fue la cobertura y cayeron todas las comunicaciones. Antes de que se fueran todas las conexiones envié un mensaje de que se cancelaba el pleno. Después nos quedamos incomunicados. Me pasé toda la tarde sacando agua de mi casa. Cuando dejó de llover subimos y vino la policía a buscarme, eran las siete y media, estuvieron aporreando la puerta, me vestí corriendo y me fui con ellos. Me dijeron: “Amparo tenemos un problema importante en Alameda, es un desastre”.
Estaba todo a oscuras íbamos con las linternas de nuestros móviles. Ya estaban evacuando a gente de la urbanización de la Herradura y la de los Pinos. Los trasladamos al salón de actos del Ayuntamiento para que pasaran la noche. Les dimos mantas, comida, leche para un bebé y ya poco más pudimos hacer porque estábamos incomunicados. Nadie éramos conscientes de la magnitud, de lo que ocurría en los otros pueblos que sin llover sufrieron un tsunami. Me pongo en la piel de esos alcaldes y alcaldesas y se me pone la piel de gallina.
¿Qué le transmitía la población?
Sentían miedo, estaban asustados. Una amiga vive en una casa justo encima del barranco, se salvó de milagro porque en 10 minutos comenzó a subir el agua y salió con sus tres hijos y sus perros por la ventana trasera poniendo un somier para acceder a la casa de su vecino gritándole que por favor rompiera el muro que tenía que salir de ahí. Todo ello en diez minutos, pensó con rapidez, pero muchísima gente no ha podido salvarse. Cuando escucho todas las historias me da mucha tristeza y mucha pena.
¿Cuándo volvieron las conexiones a Godelleta?
Tardó un poco, tres días. El teléfono fue lo primero que retomamos. Iberdrola tenía muchos tendidos eléctricos caídos. Todos los municipios de alrededor estábamos igual y era cuestión de paciencia. Poco a poco fueron levantando los tendidos afectados y lo solucionaron. Fueron varios días sin luz, sin agua y sin comunicación.
¿Ha echado en falta algo en términos de comunicación con las diferentes instituciones?
Recuerdo tener la sensación al día siguiente de no saber qué hacer, no sabía a quién tenía que pedirle ayuda…Hablaba con la policía y me decían los cuerpos sin vida que iban encontrando, los desaparecidos y tenía la sensación de ¿qué hago? ¿a quién tengo que llamar? Recuerdo que enseguida la Diputación de Valencia organizó reuniones con los alcaldes y eso nos dio aliento y el empuje que necesitábamos. Después vinieron consellers, visitamos los dos pasos que dan acceso a Cumbres de Calicanto, ahí parecía que habían dejado caer una bomba, lo destrozó. En esas zonas del barranco viven unas 1.200 personas aproximadamente. A esos pasos queríamos darle prioridad, eran residenciales. La Conselleria está siendo ágil y siguen trabajando en ello.
¿Os estáis encontrando con mucha burocracia respecto a la tramitación de las ayudas?
Las ayudas las tenemos desde noviembre, el equipo de Tragsa está atendiendo a toda la gente y les están ayudando. El equipo de Recursos Humanos está trabajando y organizando todos los expedientes. La burocracia siempre es complicada, pero me consta que a nivel Generalitat ya se ha concedido un porcentaje muy importante de estas, estatalmente está costando un poco más. La gente tiene que tener paciencia en las situaciones delicadas.
¿Las considera suficientes?
Las ayudas suficientes no van a ser nunca. A la persona que ha perdido a un familiar o amigo pueden darle todo el dinero que quieran que no va a sustituirlo ni ser suficiente. Y en cuanto a lo material también es insuficiente como pasa con los vehículos. Al menos están y lo han prometido, ahora falta que las den y que la gente tenga ese aliciente y que no pase como otras catástrofes naturales que todavía están esperando ayudas como en Lorca o en La Palma.
¿Qué balance hace de la respuesta del Gobierno central?
El Gobierno central deja un poco que desear. Les está costando mucho poner en marcha las ayudas. Desde la Diputación y desde algún ayuntamiento han solicitado suspender las reglas fiscales para todos los afectados por la DANA. Estuvieron suspendidas cuando llegó la pandemia y este año han vuelto a la normalidad. El Ministerio de Hacienda y el Gobierno se han negado, ahí veo que podrían haberse esforzado un poco más porque estamos teniendo graves problemas para reconstruir y volver a la normalidad, la cual será imposible al 100%. El Gobierno de España debería haberlo estudiado mejor, ahí está fallando. Las ayudas autonómicas son más rápidas que las estatales. Pienso que el Gobierno central está siendo bastante deficiente con Valencia y con nuestras necesidades.
¿Y del autonómico?
Creo que están respondiendo muy bien, tanto la Diputación como las consellerias. Han estado desde el minuto cero a nuestro lado. Los alcaldes y alcaldesas somos los que más hemos tenido que afrontar o que dar la cara en este sentido. Estar con el ciudadano, transmitir tranquilidad o al menos intentarlo. Conselleria se empeñó en liderar la reconstrucción y está dando su fruto.
¿Cómo ha sido el trabajo de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado?
Tardaron un poco en llegar, pero han estado más de un mes. Son gente súper trabajadora, quiero aprovechar para dar las gracias. Han cubierto nuestras necesidades y han trabajado de cara a la ciudadanía, sacando barro en residencias o enseres de las viviendas, entre muchas más cosas. Tenemos mucho por hacer aún.
¿En qué punto se encuentra el proyecto del barranco del Murtal?
Estamos peleando para llevar a cabo su desvío. La semana siguiente de la DANA llamé a Sabina Goretti para que viera toda la zona de la Herradura. Me comentó que intentaría incluirlo dentro de las necesidades prioritarias. Tengo pendiente una conversación con ella para ponerlo en marcha, me dijo que sí que va a salir seguro.
¿Cómo ha cambiado la hoja de ruta de este gobierno tras la tragedia?
Estamos arreglando caminos, eso nos da bastantes dolores de cabeza durante todo el año, cualquier lluvia que cae los destroza. Una de las prioridades es asfaltar caminos, invertiremos bastante en ello. Pelearemos para que todos queden en perfecto estado. Seguiremos trabajando para hacerlo lo mejor posible de cada a todas las viviendas que han padecido la cercanía a los barrancos. Tenemos que darle una vuelta a ello. Nosotros como políticos tenemos una responsabilidad importante. No sé si se trata de indemnizar y buscar otra vivienda para ellos, de hacer muros para evitar que entre el agua en caso de que eso pudiera evitarlo, desviar barrancos. No sé exactamente cuál es la operación definitiva para paliar esos daños, pero sí tengo claro que difícilmente dejaría esas viviendas ahí. No hemos tenido más daños personales porque no tocaba, mucha gente no estaba en sus casas, pero están tan cercanas al barranco… Esta DANA nos ha demostrado que pueden ser muy peligrosas, el desastre hubiese sido mayor si hubiese pasado de madrugada, me da miedo pensarlo. Hay que darle una vuelta.
¿De qué manera van a cambiar los presupuestos tras esta ‘nueva realidad’?
Tendremos que invertir mucho dinero en asfaltados, en mejoras. Esta DANA nos tiene que servir para tener en cuenta todos estos problemas. Tenemos nueve pasos de barranco para agricultores y ciudadanos que viven en diseminados que hay que solucionar.
¿Cómo ha sido el papel de la oposición durante estos meses tras la riada?
¿La oposición? No ha aparecido para nada. 15 días después de la DANA recibí un mensaje vía WhatsApp del segundo concejal del PSOE para decirme si necesitaba algo que ahí estaban, casi lo mismo que le dijo Pedro Sánchez a Mazón. 15 días después, no han aparecido para absolutamente nada, cada uno con su conciencia. La gente sabe que no han estado. Incluso en el último pleno que fue en noviembre, el cabeza del PSOE ni vino. Poco tengo que decir de ellos.
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