Un instante de la gala. / EPDALa Sala Alfons el Magnànim del Centro Cultural La Beneficencia de Valencia acogió este martes la II Gala de los Doctores de la Comunitat Valenciana, un evento que ha contado con la colaboración de El Periódico de Aquí y que estuvo cargado de emoción, solemnidad y reivindicación del valor del conocimiento. La gala estuvo organizada por la Asociación Profesional de Doctores y distinguió a cuatro figuras destacadas del ámbito académico como 'Magnos de la Excelencia 2025': Ana Lluch Hernández, referente internacional en oncología; Juan Carlos Crespo de la Rosa, cirujano especializado en medicina regenerativa; Vicente Juan Botti Navarro, pionero en inteligencia artificial y Premio Nacional de Informática; y María Josefa Ridaura Martínez, jurista de prestigio estatal y vicepresidenta del Instituto Iberoamericano de Derecho Constitucional.
El acto se convirtió en una celebración del compromiso ético y social que implica alcanzar el grado de doctor. Pedro Adalid, vicepresidente de la asociación, inauguró la gala con un discurso de tono humanista en el que subrayó que "ser doctor no es solo poseer un título, sino asumir una responsabilidad con nuestro tiempo". Además, aapeló a la necesidad de pensamiento crítico y rigor intelectual ante los desafíos actuales. La ceremonia se desarrolló con una puesta en escena cuidada y profundamente simbólica. El joven músico Zihao Zou, de apenas 11 años, ofreció una interpretación al piano y violín que conmovió a los asistentes, y el grupo Lutz Cavero cerró el acto con el Canon 'Sanctus' de Pachelbel, dotando al momento de una atmósfera solemne.
El arte tuvo también un papel protagonista gracias a la intervención del pintor Antonio Camaró, quien entregó a cada premiado una litografía personalizada como símbolo de una excelencia que trasciende lo académico. En su intervención, Camaró reivindicó la unión entre arte y ciencia como fuerzas complementarias que elevan al ser humano: "Ambos buscan comprender lo invisible. El conocimiento no es propiedad de unos pocos, sino un bien común".
José Francisco Tárrega, presidente de la asociación, clausuró el acto con un recorrido histórico por el origen del doctorado y su evolución desde las universidades medievales hasta su papel actual en la sociedad del conocimiento. Advirtió sobre la "devaluación" del grado universitario en el mercado laboral y pidió mayor reconocimiento institucional para los doctores. Aunque celebró avances como el impulso al doctorado industrial o su revalorización en baremos autonómicos, insistió en que "el hecho de que más personas accedan al doctorado no significa que se valore adecuadamente". Concluyó citando a Spinoza: "Entender es ser libre. Por eso, los doctores son los más libres de todos los hombres".
Durante el acto se recordó también a los galardonados de la primera edición —María Gómez, Frank Silvestre y Rafael Torres—, cuyas intervenciones sirvieron para visibilizar el impacto de la investigación en la sociedad. La asociación anunció que los nuevos premiados participarán en un ciclo de conferencias para acercar su trabajo al público a lo largo del año.
La gala contó con el respaldo de instituciones y entidades comprometidas con la promoción del conocimiento, como la Fundación Antonio Camaró, la Diputación de Valencia, el sindicato CSIF, el Ilustre Colegio Oficial de Médicos, Cámara Valencia, Bodegas Hay, el grupo Alma, la Fundación Altius y Fran Silvestre Arquitectos. El acto concluyó con un vino de honor en los jardines de La Beneficencia, donde los asistentes celebraron juntos el valor del conocimiento como motor de una sociedad más libre, justa e innovadora.
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