Inauguración de la ermita de la Santa Cruz de Domeño Viejo. /JUDITH CELMA Mira la galería de fotos del acto aquí.
Domeño Viejo, en la comarca de La Serranía, está cada vez más lejos de ser un “lugar desolado”, como en el que se había convertido desde el momento de su traslado a la comarca del Camp de Túria por la construcción del Embalse de Loriguilla en el año 1979 y, especialmente, tras su total destrucción en 2001. De todo el municipio, tan solo se conservaron parte del castillo y de la iglesia, que hasta hace poco se encontraban prácticamente en ruinas.
“Durante años, tras pasar por la carretera de enfrente todos los jueves, veía este lugar desolado y me decía que tenía que hacer algo que recordara que aquí hubo un pueblo”. Así arrancaba su emotivo discurso el alcalde de Domeño, Paco Gómez, este sábado, en el acto de inauguración de la ermita de la Santa Cruz, que se asienta sobre la antigua iglesia del municipio, en una jornada que ha arrancado hacia las 10:30 horas, con una misa y la bendición de la ermita por parte del párroco del municipio, Ismael Mateo.
Una ceremonia en la que el sacerdote ha aprovechado para destacar que se trata de “un día grande”, porque “estamos en un sitio donde se nos van los sentimientos, donde muchos habéis vivido, trabajado y habéis criado a vuestros hijos”.
Tras la bendición de la nueva ermita, decenas de asistentes que han llegado hasta Domeño Viejo con sus vehículos y dos autobuses puestos a disposición por el Consistorio, además de autoridades de localidades como Marines, donde se asentaron muchos domeñeros, han disfrutado de la exquisita interpretación de una saeta por parte de la Sociedad artístico-Musical de Domeño, a los pies de los restos del Castillo de Domeño, los cuales también están siendo restaurados.
A continuación, el alcalde, Paco Gómez, ha inaugurado el espacio con la apertura de una placa conmemorativa, y ha dedicado unas emotivas palabras a todos los presentes en un día que él mismo ha calificado “de alegría, de fraternidad, de encuentro de familias y amigos que hace 50 años separó el destino y que hoy nos juntamos” y ha agradecido especialmente la colaboración de las amas de casa, que se han encargado de la limpieza de la ermita y han donado el cuadro que preside su altar.
El primer edil ha agradecido el trabajo del ex teniente de alcalde, Benjamín Montes, que consiguió los primeros 25.000 euros para financiar la primera fase de la construcción de esta ermita, que tras muchas dificultades, se ha podido terminar con fondos propios del Ayuntamiento.
Asimismo, el alcalde ha anunciado que este día “es solo el primer paso para celebrar cada año una romería a la ermita de la Santa Cruz y, de paso, ver cómo se va recuperando el Castillo y adecentando el cementerio, que ha pasado a ser propiedad del Ayuntamiento desde hace poco tiempo”.
La jornada ha finalizado con una fiesta y un almuerzo popular a los pies de la ermita, en una emotiva jornada que pretende ser el precedente de una cita anual y que, sumada a la restauración del Castillo, que cuenta ahora con otra subvención de la Generalitat, y la adecuación del cementerio, no dejen en el olvido el origen de Domeño, su patrimonio y su historia.
Comparte la noticia
Categorías de la noticia