ArcelorMittal, la planta de acabado de acero que inició sus operaciones en 1975, se especializa en productos planos de acero para el sector automotriz. Esta planta ha sido un pilar clave de la economía local y podría enfrentar un aumento en sus costos de producción si se implementan aranceles, lo que podría afectar su competitividad.
Por otro lado, Gonvarri Valencia S.A., un centro de servicio de acero que realiza tratamientos superficiales y cortes de bobinas, también se vería impactada, ya que muchos de sus procesos dependen de la importación de materiales que podrían encarecerse con las nuevas tarifas. Además, Thyssenkrupp Galmed S.A., que produce productos de hierro y acero mediante el tratamiento y revestimiento de metales, enfrenta riesgos similares.
El sector de la automoción, también en la cuerda floja
En un contexto más amplio, el sector de la automoción, en el que el Camp de Morvedre juega un papel esencial gracias a la presencia de gigantes como Ford y PowerCo (la división de baterías de Volkswagen), también corre el riesgo de sufrir graves consecuencias. Ford Almussafes, una de las plantas de fabricación de vehículos más importantes del país, es un claro ejemplo de cómo la industria automotriz está directamente conectada con los proveedores de acero y aluminio. Estos aranceles podrían aumentar significativamente los costes de producción de vehículos, lo que se traduciría en precios más altos para los consumidores y una posible pérdida de competitividad frente a otras naciones.
La incertidumbre sobre los aranceles de Trump también podría afectar a la empresa PowerCo, que, al igual que Ford, depende de la importación de materiales como el acero y el aluminio para la fabricación de componentes esenciales de vehículos eléctricos. Esta industria está en plena expansión, y cualquier medida que encarezca los costes de las materias primas podría ralentizar el proceso de transformación hacia una industria más sostenible y competitiva en Europa.
Las consecuencias económicas para la Comunitat Valenciana
Según un estudio reciente del sindicato Comisiones Obreras (CCOO), la Comunitat Valenciana es una de las regiones más expuestas a los aranceles del presidente estadounidense, junto con Andalucía y el País Vasco. Las exportaciones al mercado estadounidense representan más del 8% de las exportaciones totales de España, y muchas de estas exportaciones provienen precisamente del sector industrial, incluyendo el acero y el aluminio.
En la Comunitat Valenciana, el sector siderúrgico juega un papel crucial en las exportaciones, especialmente en productos transformados como transformadores eléctricos y otros metales. Sin embargo, la posible imposición de los aranceles podría limitar estas exportaciones, afectando directamente a la economía local y a las industrias que dependen de este comercio.
Respuesta del gobierno y el sector
El gobierno español ha expresado su preocupación por la situación. El ministro de Economía, Comercio y Empresa, Carlos Cuerpo, ha señalado que la respuesta a la imposición de estos aranceles debe ser firme, pero también equilibrada. En su reunión con los representantes del sector siderúrgico y metalúrgico, Cuerpo reiteró que Europa está preparada para enfrentar estos retos, pero también pidió prudencia, ya que aún se desconocen los detalles específicos de la medida anunciada por Trump.
El sector de la automoción y las empresas relacionadas con la producción de acero y aluminio en España ya han advertido de las consecuencias potenciales. El clúster AVIA, que agrupa a las empresas del sector, ha alertado sobre el impacto negativo de estos aranceles en la competitividad de las empresas españolas, especialmente aquellas que dependen de la importación de materias primas.