El
pleno ordinario del mes de julio en el Ayuntamiento de Corbera ha supuesto un vuelco en la representación política del consistorio, aunque no a la estabilidad gubernamental.
Juan Climent, único concejal del PSPV-PSOE en la actual legislatura, anunció su
salida del grupo municipal socialista para pasar a formar parte de los no adscritos, lo que deja al partido sin presencia institucional por lo que queda de mandato.
La decisión, recogida en una resolución de alcaldía de la que se dio cuenta durante la sesión plenaria, ha sorprendido a la corporación y ha generado malestar en la militancia socialista local. Climent justificó su marcha alegando una cuestión económica y de coherencia personal: “No estoy cotizando las cuotas del PSPV y, por tanto, considero injusto seguir representándolo institucionalmente”.
El argumento no convence al PSPV local
La explicación no ha satisfecho al colectivo socialista de Corbera, que considera que la verdadera responsabilidad de Climent era representar a los votantes y ejercer oposición, algo que —según denuncian— no ha hecho en el último año. “Oposición, cero”, afirman a El Periódico de Aquí fuentes de la agrupación, que recuerdan que el edil ha respaldado de forma sistemática todas las propuestas del equipo de gobierno de Compromís, que cuenta con mayoría absoluta.
Además, le reprochan una “nula implicación” en la vida orgánica del partido: “No convocaba asambleas anuales, solo las provinciales porque se veía obligado. La participación en la agrupación local ha sido inexistente”, aseguran.
Entre las críticas destaca la forma en que se ha producido la marcha: sin convocar a la militancia ni plantear un relevo. “Podría haber salido por la puerta grande, dejando paso al segundo o tercer candidato de la lista, dos personas jóvenes que habrían dado continuidad al proyecto”, apuntan, recordando que él mismo accedió al acta de concejal en la pasada legislatura (2019-2023) tras la dimisión de un compañero, Joshua Palomares, cuando ocupaba el sexto puesto en la candidatura.
La agrupación también cuestiona la validez del motivo esgrimido para abandonar el grupo municipal. “No hay ninguna normativa que diga que para ir en una lista tengas que estar afiliado al partido”, señalan ejemplificando el caso de la exconsellera Gabriela Bravo. En tono irónico, la misma fuente comenta: “Uno cuando es moroso sale en el tablón de anuncios de morosidad, pero de no pagar las cuotas al partido no sale uno como moroso”.
Un año de desencuentros internos
La relación entre Climent y la agrupación ya estaba debilitada. El edil fue secretario general del PSPV de Corbera hasta diciembre de 2024, cuando dimitió. Desde entonces, aseguran en el partido, su implicación fue mínima y no impulsó ni participación interna ni iniciativas políticas propias. “Nos ha dejado desamparados. El partido está en un solar enorme. Votamos su candidatura cuando nadie quería presentarse, y ahora nos quedamos sin voz en el ayuntamiento”, lamentan.
ÇLa salida de Climent implica que el PSPV-PSOE afrontará el resto de legislatura sin representación en el pleno, con la consiguiente pérdida de visibilidad y capacidad de influencia en la política municipal. La agrupación local deberá reorganizarse y tratar de recomponer su proyecto político de cara a las elecciones de 2027, mientras su exconcejal mantendrá el acta como independiente.
Mientras, este municipio de la Ribera Baixa se mantiene como un auténtico bastión para los de Compromís, que arrastran mayorías absolutas desde hace legislaturas.