El exalcalde socialista de Albal, Ramón Marí. EPDADespués de media vida dedicada a la política y 20 años como alcalde de Albal a sus espaldas, el socialista Ramón Marí ha colgado las botas y entregó su acta como concejal en el último pleno celebrado este jueves. Cumplió su palabra, como él mismo anunció hace años, "me retiraré cuando pare el primer tren en Albal".
Se hizo "famoso", traspasando las fronteras de su pueblo, con el anuncio de una bebida en 2013 en el cual, vestido de vaquero, defendía a los débiles. Y así ha sido su trayectoria en la política. Marí es un político de raza, como él dijo de "política de la buena, con principios y de servicio público". Él destapó la trama de corrupción de Emarsa, se erigió como un impulsor de la abolición de la prostitución, persiguiendo a los puteros, y defendió a sus vecinos contra los desahucios.
"Ahora llega el momento de colgar las botas, de viajar, de caminar por el campo y demostrar a mi familia lo mucho que les quiero y explicarles mis ausencias durante todos estos años", explicó. Marí tuvo palabras de agradecimiento a todos los que han compartido tiempo con él durante estos 33 años en la corporación municipal y a los vecinos que le han dado su confianza y a los que no, "porque me han ayudado a dibujar el Albal que ahora tenemos".
También hizo referencia a su partido, el PSPV-PSOE, "por confiarme cargos orgánicos" y "dejarme cumplir el sueño de servir al pueblo y protagonizar la historia de Albal, luchando contra la corrupción y defendiendo la abolición de la prostitución".
"He aprendido lo mejor y lo peor de la política", señaló y apuntó que "he sido feliz con las victorias colectivas", con una única derrota electoral desde 2003. En este punto matizó que "no perdimos las elecciones, fuimos la fuerza más votada pero aceptamos las reglas democráticas y asumimos el papel de oposición" y añadió que "sigo esperando las denuncias de corrupción de las que me advirtieron, que no han llegado todavía".
Logros y proyectos
Marí ha hecho un repaso por sus logros como alcalde durante tres décadas. "El primer año se acabó el instituto y ahora tenemos una estación, que la oposición retrasó y ahora, una vez en el poder, la celebran".
En su repaso recalcó la naturalización del municipio, con un millar de árboles en el casco urbano, 25 parques infantiles de punta a punta del municipio, el bosque mediterráneo, el parque de la Balaguera y el de Benamà, pulmones medioambientales.
"Hemos hecho un pueblo accesible, con el cambio de aceras, dejamos un ayuntamiento saneado con deuda cero y conseguimos a coste cero la transformación del polideportivo de Santa Anna, además de la piscina cubierta, el polideportivo de la Balaguera, y el PGOU para revalorizar Albal, con un tráfico más radial, desviando a la periferia".
Por otra parte destacó, la protección del patrimonio ampliando la semipeatonalización, la restauración de la ermita, la nueva ubicación de servicios sociales y la casa natalicia del Padre Carlos Ferris. "Hemos hecho posible un pueblo con oportunidades para todos y todas, y junto a los equipos de gobierno, hemos escrito la historia de Albal".
"Ahora soy un vecino más de un pueblo que quiero", añadió el ahora exedil, aunque apuntó que "ayudaré a hacer oposición y en la próxima campaña electoral. También tuvo palabras para el alcalde, José Miguel Ferris, a quien le dijo que "tu suerte será la suerte de Albal".
Por su parte, el primer edil tuvo un reconocimiento del trabajo realizado por Ramón Marí que "los momentos más duros, como la pandemia, has dado la cara por este pueblo" y lo definió como un político "muy válido y útil para el pueblo. Tus éxitos han sido los de nuestro pueblo".
Tanto los portavoces del PP como de Vox, agradecieron el compromiso del socialista y Compromís, su socio de gobierno en dos legislaturas, le lanzó el reto de "no te vayas muy lejos que volveremos".
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