Entrevista a Damián Ibáñez, alcalde de Náquera

Hemos realizado muchos proyectos durante estos años de legislatura, por ejemplo: los colegios, la plaza, el puente de acceso al pueblo, las rotondas a la entrada del municipio, hemos informatizado el ayuntamiento, hemos rehabilitado el tejado del consistorio, hemos hecho un paseo peatonal hasta las urbanizaciones,  hemos solucionado deudas y saneado las cuentas del ayuntamiento, hemos renovado la flota de la brigada, hemos comprado un camión grúa y máquina retroescavadora que nos ayuda mucho en la limpieza del municipio, reformado el edificio de 3 plantas Manuel Casanova...Pero, también tenemos muchos proyectos a futuro, como la depuradora de aguas residuales, centralizar instalaciones...en concreto hay uno de ellos que se debería de respetar, sea quién sea el que esté en el cargo en el futuro, es el de dotar a las urbanizaciones de alcantarillado. 

Nuestro partido es local y únicamente estamos ligados a nuestros vecinos, no tenemos ninguna coordenada que nos indique lo que hacer, sino que nos lo indica nuestro pueblo y esto es una gran ventaja. Además, nosotros siempre pensamos en propuestas realistas por y para el pueblo. Somos personas que viven en Náquera, que conoce las necesidades que hay en el municipio y que tiene roce continuo con nuestros vecinos, esa cercanía del alcalde y el equipo al final vale mucho.

No he tenido trato con él desde que se marchó. El problema fue que Alejandro escogió diferentes concejalias y, posteriormente, decidió marcharse a estudiar a Madrid. En ese momento me dijo que aunque él estuviera en Madrid podía dirigir las concejalias desde allí, pero consideramos que eso no era posible porque para poder llevar las concejalías de las que era responsable, era necesaria su presencia en Náquera y tenía que estar aquí. Entonces, acordamos que yo me quedaba con algunas de las concejalías de mayor soporte como urbanismo, patrimonio… y él se quedaba con juventud y fiestas. Finalmente. tras medio año estudiando fuera, Alejandro volvió a Náquera e intentó desorganizar todo el trabajo que llevábamos adelantado. Lo peor fue cuando acordó por su cuenta, sin consultarlo previamente con nadie, cambiar el proyecto de la plaza que estábamos haciendo. De hecho yo me enteré cuando intervención me comunica que hay una factura de 50.000€ con el concepto de modificación de proyecto. Ante mi duda, procedí a preguntar a los arquitectors y me comunicaron que el exconcejal Alejandro Ricart había dicho que cambiaran el proyecto, todo ello  sin comunicarlo. Llegado este punto, me senté a hablar con él y le comenté que las cosas no se podían gestionar de esa manera y que tenía que habérmelo comunicado previamente. La conversación se quedó ahí, pero a los pocos días me presentó su dimisión. Considero que la dimisión tendría que haber llegado en el momento en el que se fue a Madrid a estudiar porque, al final, como he comentado antes, no se puede estar al mismo tiempo en Madrid y sirviendo al pueblo de Náquera a distancia, y más con las responsablidad que conlleva el cargo.