Foto de familia de los ganadores de los I Premios Convivencia. /EPDA Los Premios Convivencia celebraron anoche su primera edición en un acto que congregó a algunas de las más destacadas personalidades de la sociedad valenciana en el Centro Cultural y Deportivo La Petxina que no quisieron perderse la nueva iniciativa conjunta de la Fundació Protegir VLC y el Ayuntamiento de Valencia.
El acto presentado por la periodista Melu Bort, uno de los rostros más conocidos de TV Mediterráneo,sirvió para reconocer las mejores contribuciones civiles a la vida de todos los vecinos de la ciudad de Valencia premiando a entidades, asociaciones y personas en particular que impulsan en la sociedad valenciana los valores de la convivencia democrática y ciudadana impulsando la cultura de la paz y el respeto tan necesaria en este crispado 2022.
Además el acto contó con el respaldo del concejal de Protección Ciudadana del Ayuntamiento de Valencia, Aarón Cano, y la vicealcadesa, Sandra Gómez, que se encargaron de los discursos protocolarios de la ceremonia de entrega de los premios.
Pero los auténticos protagonistas de la noche, como no podía ser de otro modo, fueron los premiados. El primer galardón de la noche fue para la Asociación Alanna, una entidad sin ánimo de lucro creada hace 20 años para conseguir una sociedad igualitaria y la inclusión de mujeres en situación de grave vulnerabilidad. El jurado valoró su labor en la inclusión social de víctimas de violencia de género o pertenecientes a minorías étnicas.
Los segundos premiados la compañía de teatro La Subterrànea. Una compañía que ha apostado siempre por la creación colectiva y la búsqueda constante de nuevas dramaturgias y lenguajes escénicos. La Subterrànea asegura que su trabajo artístico se caracteriza por el “compromiso social y estético”, y combinan la creación escénica con la pedagógica organizando talleres y charlas para fomentar la convivencia des del escenario.
El jurado también quiso premiar al cineasta Samuel Sebastián, el director del festival Socialmed que luce el orgullo de ser una iniciativa cultural que apuesta por fomentar el respeto de los derechos humanos en las dos riberas del mar Mediterráneo. El jurado ha premiado tanto su labor para fomentar estos valores y su apuesta por la creación artística comprometida pero también su propia historia de superación personal que le llevó de sufrir serios problemas de convivencia a ser uno de sus mayores defensores en la esfera cultural mediterránea.
También fue premiada la Plataforma Intercultural de España, una entidad dedicada a fomentar la integración social de los migrantes de toda procedencia que se han establecido en Valencia, y de quien el jurado destacó su labor en superar estereotipos y su compromiso para impulsar la ciudadanía y una convivencia plena en la ciudad de Valencia.
Los I Premios Convivencia no quisieron dejar pasar la oportunidad de premiar a la que según todos los registros es la entidad más antigua de España, al menos en activo, en lo que resolver conflictos y fomentar la convivencia se refiere. Hablamos, claro está, del Tribunal de las Aguas de la Vega de Valencia, uno de los orgullos de la capital valenciana, y que disfruta del reconocimiento como patrimonio intangible de la humanidad. El jurado consideró al Tribunal “un ejemplo de ejercicio de la autoridad” como demuestra que todos los conflictos los resuelva de forma estrictamente oral. rápidamente y sin atribuir gastos a las partes.
También fueron protagonistas los falleros y falleras de la Comisión de la Falla San Marcelino, por su labor vertebradora, firme y continuada desde hace casi 60 años, en el barrio del que recibe el nombre.
El jurado de los Premios Convivencia también quiso premiar a la Asociación de Empresarias y Profesionales de Valencia (EVAP), uno de los referentes de la Comunidad Valenciana en la representación de la fuerza empresarial femenina que agrupa a 350 mujeres emprendedoras que encuentran en esta asociación un lugar donde “crecer e intercambiar experiencias profesionales que hacen crecer a todas sus integrantes”.
Los deportes también se reivindicaron como espacio, y motor, de convivencia ciudadana gracias al premio que recibió el Isabel de Villena Club de Baloncesto. Con tan sólo 5 años de existencia el club ya se ha convertido en uno de los referentes de la Malvarrosa donde ofrece alternativas a los jóvenes del barrio donde ya cuenta con 140 jugadores.
También se premió la labor de AVAPACE, la Asociación Valenciana de Ayuda a la Parálisis Cerebral, que lleva medio siglo peleando todos y cada uno de sus días por mejorar la calidad de vida de las personas con parálisis cerebral. Tal y como resaltó la presentadora de la gala, Melu Bort, “AVAPACE ofrece humanidad y calor en el trato, apuesta por la investigación para mejorar su calidad de vida y favorece la integración social de sus miembros”.
Otro de los momentos destacados de la gala fue el premio a una de las entidades verteranas de la ciudad. El Teléfono de la Esperanza de Valencia, una entidad que cumple cincuenta años, no sólo luchando contra el suicidio, sino ayudando a desarrollar la autoestima, y ofreciendo una labor pedagógica para la inteligencia emocional.
La entrega de premios se cerró con un emotivo premio, el que recibió la Semana Santa Marinera de Valencia, una de las señas de identidad de la ciudad de Valencia gracias a una tradición centenaria que se trasmite no sólo de padres a hijos, sino a través del tejido social de los vecinos de los Poblats Marítims, de una forma que la ha convertido no sólo en una tradición sino un elemento de defensa del barrio y su identidad.
Una actuación del swing eléctrico del grupo “The Shag Sharks” cerró una ceremonia que apunta nuevas ediciones de estos premios organizados por la Fundación Protegir, la fundación de la Policía Local de Valencia, y el Ayuntamiento de Valencia.
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