El Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible ha finalizado las obras de reconstrucción del tramo entre los km 294 y 298 de la carretera N-3, a su paso por los municipios de Siete Aguas y Buñol en la provincia de Valencia, y que se vio afectado por la dana del 29 de octubre de 2024. Los trabajos han tenido una duración aproximada de ocho meses y la inversión realizada ha ascendido a 3,75 millones de euros (IVA incluido).
La reconstrucción se ha centrado en restituir a las condiciones de la carretera previas al suceso de lluvias torrenciales, principalmente a través de la restitución de los taludes colapsados y el extendido de nuevas capas de firme, entre otros trabajos, mejorando las prestaciones tanto de los materiales empleados como de las soluciones finalmente propuestas, con la finalidad de que la carretera siga manteniendo su funcionalidad en caso de nuevas avenidas.
Entre las actuaciones completadas se encuentran:
La reconstrucción de la explanada arrastrada por la crecida del río.
La reposición del firme de la carretera y señalización horizontal.
La reparación de las obras de fábrica aterradas por los arrastres del río.
La restitución de los accesos.
La renovación de los elementos de balizamiento, señalización vertical y sistemas de contención de vehículos que la riada dejó inservibles.
Daños ocasionados
Los daños más graves ocasionados por la extraordinaria crecida del caudal del río Buñol en el tramo que discurre paralelo a la carretera N-3, fueron dos colapsos de taludes de terraplén localizados en los km 294,600 y 297, así como la destrucción del firme, especialmente la registrada en el km 297,500. Además, en varios taludes a lo largo del recorrido se produjeron numerosos descalces y pérdidas de estabilidad.
También se produjeron otros daños, de menor entidad, pero sobre los que ha sido necesario actuar con el fin de no agravar las consecuencias que tuvieran futuras avenidas de agua. Así, se produjeron la obstrucción de drenajes, daños en sistemas de contención de vehículos, sedimentación en cauces de restos de firme, señales, barreras y otros, acumulación errática de sedimentos y material de arrastre en los cauces del río Buñol y del Barranco de Moneri, principalmente.
La situación generada representaba un grave peligro para la seguridad vial de una carretera que constituye el único acceso a varias urbanizaciones y a una serie de edificaciones de uso residencial, pertenecientes a los municipios de Siete Aguas y Buñol.
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