Portada de El Niño Jesús no odia a los mariquitas. /EPDA
Como es sabido, la modesta editorial valenciana se sitúo en el ojo del huracán mediático después de que un librero asegurara en la polémica red social X que el ya citado libro era un cuaderno infantil que pretendía convertir a los niños en homosexuales. A pesar de que la editorial explicó en repetidas ocasiones que el libro era un cuaderno humorístico destinado para adultos y que era la distribuidora quien había cometido el error de confundirlo con un producto infantil, la asociación Abogados Cristianos decidió iniciar una acción judicial contra la editorial por considerarlo una publicación que atentaba contra la libertad sexual de los menores.
Los tribunales ya dieron la razón a la editorial Fandogamia amparándose en el hecho de que el libro ilustrado, creado por el dibujante de la Revista El Jueves Don Julio, no sólo entraba dentro de lo establecido por el derecho a la libertad de expresión, sino que se había acreditado de manera clara que era un producto destinado para el público adultos. Sin embargo la asociación apeló la decisión ante la Audiencia Provincial de Valencia alegando que no sólo era para menores sino que, aún en el caso de que se probara que era para adultos, además sus páginas constituían un delito de odio.
Hoy la sala quinta de la citada audiencia ha desestimado la petición de reapertura del juicio y confirma que Abogados Cristianos deberá pagar las costas del juicio. En su sentencia, compartida en redes por la editorial, el juez no sólo señala que no ha encontrado en las páginas del libro ningún mensaje que pueda calificarse de odio, sino que la querella presentada por Abogados Cristianos hace una "interpretación absolutamente subjetiva, y diríamos que alejada de la realidad social y cultural de nuestros tiempos". "Aceptar que existen otras tendencias o religiosas o sexuales y expresiones literarias mas o menos afortunadas no pueden confundirse con actos de incitación directa o indirecta al odio" sentencia el juez que añade "por mucho que se retuerzan las frases o se quiera ver en los dibujos lo que no hay, no se puede hablar de la existencia de una acción que incite directa o indirectamente al odio, hostilidad, discriminación o violencia contra un grupo o una parte del mismo o contra una persona determinada".
Esto convierte en firme la sentencia contra la editorial valenciana ya no cabe posibilidad de recurso contra la decisión del juez.
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