Vicent Mompó y Natàlia Enguix./EPDALos municipios de la plana Utiel-Requena con
proyectos pendientes del Plan de Inversiones 2022-23 de la Diputació de
València dispondrán de un año más para ejecutar y justificar las actuaciones, que
suponen más de dos millones de euros solo en obras en proceso de documentación
y adjudicación, a las que habría que sumar otras solicitudes aprobadas en el
último plan de la anterior legislatura que aún no se han terminado de
justificar. “El objetivo de la prórroga es facilitar a los ayuntamientos el
proceso para que finalicen las obras y se quede en los municipios hasta el
último euro”, coinciden tanto el presidente, Vicent Mompó, como la
vicepresidenta primera, Natàlia Enguix.
La plana Utiel-Requena tiene en proceso de
adjudicación 30 proyectos del último programa inversor de la pasada
legislatura, heredado por el actual equipo de gobierno provincial con “un nivel
de ejecución bajo que se ha acrecentado con los problemas derivados de la
DANA”, apunta Enguix, responsable de Cooperación Municipal. Estas actuaciones,
además de dos proyectos de las mancomunidades El Tejo y Tierra del Vino, fueron
solicitadas por nueve ayuntamientos de la comarca, por un importe global de
2.159.212 euros.
Aunque la propuesta de prórroga, aprobada en el
pleno de abril, beneficiará a todos los municipios hayan resultado afectados o
no por la DANA, la medida impulsada desde el área de Cooperación pretende
proteger las actuaciones planteadas por los consistorios con mayor afectación
tras la catástrofe del 29 de Octubre. En la comarca, destacan los casos de
Utiel, con seis proyectos que suman 740.000 euros; y Requena, con nueve
proyectos sin ejecutar y una inversión global de 550.000 euros.
Entre las obras pendientes destacan la sustitución
de la cubierta de la antigua biblioteca del parque de la Glorieta de Requena
(335.000 euros); la reforma del centro sociocultural de la aldea requenense de
Barrio Arroyo (100.000 euros); la habilitación del espacio degradado en un
edificio de la calle Berlanga de Utiel para transformarlo en zona urbana
peatonal (190.000 euros); la renovación de las tuberías de agua potable,
repavimentación y eliminación de barreras arquitectónicas en plazas y calles de
Sinarcas (195.000 euros); y la urbanización de distintas calles del núcleo
urbano de Caudete de las Fuentes (170.000 euros).
Suspensión de plazos
La propuesta de la vicepresidenta Enguix plantea
una suspensión extraordinaria del plazo de ejecución de las obras incluidas en
el plan, que pasará del 12 de agosto de 2025 al 30 de septiembre de 2026. La
intención es “prorrogar el último plan de la anterior legislatura, que aún
tiene 70 millones de euros pendientes de adjudicar o certificar en municipios
de todas las comarcas, para facilitar los procesos a los ayuntamientos y que no
tengan que renunciar a un solo euro de las ayudas”.
El plan 22-23, con un total de 148,8 millones de
euros en proyectos aprobados y algo más de 123 millones de euros como importe
finalmente adjudicado en la provincia, registra a fecha de hoy 55.350.545 euros
abonados por parte de la Diputación por obras finalizadas, mientras que las
actuaciones en proceso de documentación y adjudicación superan los 31 millones
de euros y las no certificadas suman 39 millones, con 558 proyectos incompletos
que van desde los 148 euros que aún debe certificar Alboraya por la ejecución
de la segunda fase de las piscinas municipales, hasta el 1.365.000 euros que
debe certificar Picassent por la reurbanización de las calles Jaume I y
Calvari.
“El nivel de ejecución era bajo antes de llegar la
DANA, con más de la mitad del plan sin adjudicar o justificar”, afirma Natàlia
Enguix, quien explica que “el problema se acrecentó con los devastadores
efectos de la riada, tanto en los municipios afectados con daños en
infraestructuras, equipamientos y servicios públicos, como en los no afectados,
por falta de empresas a las que adjudicar las obras o por el encarecimiento de
las materias primas y los costes de ejecución”.
Cambios con el Pla Obert
Del millar de proyectos pendientes del Plan de
Inversiones 22-23, un total de 450 se encuentran aún en fase de documentación o
adjudicación. “Con estas cifras, lo más sensato es suspender el plazo de
ejecución y el de justificación y dar un margen de más de un año a los entes
locales para que puedan completar los procesos y reciban el dinero aprobado por
la Diputación para esos proyectos”, apunta Enguix, quien apuesta por “ofrecer
todas las facilidades a los municipios para que las ayudas se traduzcan en mejoras
para sus vecinas y vecinos, y no en el anuncio de una lluvia de millones sin
mayor preocupación”.
En la misma línea, el presidente Mompó destaca “la
proximidad con los alcaldes y alcaldesas por la que apostamos desde el primer
minuto de la legislatura, con la intención de conocer sus necesidades y
ayudarles en todo lo posible”. Para ello, “el área de Cooperación que coordina
la vicepresidenta Enguix ha puesto en marcha un Pla Obert que elimina plazos y
presión para los ayuntamientos, en el que llevamos cerca de 400 proyectos
aprobados y 60 millones invertidos, más otros 100 millones que están
presupuestados este año para atender las solicitudes de los municipios en
cualquier momento”.
La propia Natàlia Enguix incide en el carácter
cuatrienal del Pla Obert como “uno de los grandes aciertos del nuevo programa
inversor, que flexibiliza los procesos y permite a los municipios hacer frente
a necesidades sobrevenidas, como fue la pandemia hace unos años y ahora ha sido
la DANA”. “La cuestión de los plazos era una de las cosas que hemos corregido
de anteriores planes, ya que generaban problemas a los ayuntamientos a la hora
de adjudicar y ejecutar las obras, teniendo que recurrir a prórrogas cuando no
a renunciar a las ayudas”, añade Enguix.
La eliminación de plazos en el principal programa
inversor de la Diputación no ha sido la única medida adoptada por el equipo de
gobierno que encabezan Mompó y Enguix. El presidente destaca igualmente los
cambios en la estructura interna impulsados recientemente para reforzar la
asistencia técnica, en especial a los municipios afectados por la dana,
departamento que pasa a coordinar el diputado Ricardo Gabaldón, alcalde de
Utiel, quien a su vez cede el área de Personal a la vicepresidenta segunda,
Reme Mazzolari.
Proyectos y modificaciones
Entre las obras y suministros sin ejecutar
encontramos actuaciones urbanísticas, adecuación de instalaciones públicas para
distintos usos, renovación y ampliación de zonas verdes e instalaciones
deportivas, arreglo de caminos, equipamiento, mejoras en la eficiencia
energética de los servicios, etc. Proyectos de todo tipo que no han llegado a
concretarse por problemas con los plazos, por el encarecimiento de los costes
de ejecución o por la dificultad para encontrar proveedores y empresas cualificadas
disponibles, entre otros motivos.
En respuesta a esta situación, el área de
Cooperación Municipal que coordina Natàlia Enguix está concediendo todas las
facilidades a los ayuntamientos para que puedan ejecutar las actuaciones
pendientes y no pierdan las subvenciones aprobadas en el marco de los
anteriores planes de inversión. “La prórroga del plan 22-23 es la última medida
que hemos tomado para que los municipios dispongan de más tiempo para terminar
los procesos y no tener que renunciar a las ayudas”, apunta Enguix, “pero no es
la única, ya que en estos últimos meses, en paralelo al desarrollo del nuevo
Pla Obert, hemos dado luz verde al cambio de proyectos que ya no eran
prioritarios o con sobrecostes para los ayuntamientos por otros más necesarios
y que se van a poder materializar”.
En la misma línea de contribuir a la mayor
ejecución posible del último plan del anterior equipo de gobierno, Cooperación
está aprobando decretos como el de Sueca, que permite destinar a una nueva
obra, en este caso la habilitación del antiguo edificio de Correos para
Servicios Sociales, los remanentes del plan 22-23 que resultan de los proyectos
no ejecutados y de las diferencias en el coste definitivo de adjudicación de
los trabajos.
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